Los peregrinos vuelven al Camino
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El Camino de Santiago reabrió este miércoles con incertidumbre ante lo que pasará en lo que queda de 2020 y con las esperanzas puestas en el próximo Año Santo Compostelano, que se iniciará el 31 de diciembre después de más de una década de espera
Este miércoles, a las 19:30 horas, tuvo lugar la primera Misa del peregrino en la catedral de Santiago desde hace más de tres meses. «Aunque no se celebró en el altar mayor, que está en obras, sino en un altar situado al final de la nave central», explica a Alfa y Omega el deán de la catedral, Segundo Pérez.
La Eucaristía ha podido celebrarse tras la reapertura de la catedral, marcada para el 1 de julio, y que con la puesta en marcha de la Oficina del Peregrino y de los albergues –al menos de parte de ellos, porque irán abriendo sus puertas de forma gradual a medida que vayan llegando peregrinos– ha supuesto la vuelta efectiva del Camino de Santiago.
De esta forma, los peregrinos ya pueden recorrer la distancia hasta la tumba del apóstol Santiago, aunque quien lo haga se encontrará con que la naturaleza ha recuperado parte del terreno que los cerca de 350.000 peregrinos que realizaron la ruta jacobea en 2019 le arrebataron con sus botas.
Con la declaración del Estado de alarma y el confinamiento, los peregrinos que estaban recorriendo el Camino tuvieron que regresar a sus casas, aunque «hubo alguno que no pudo y se le acogió», asegura Pérez. El resto recibieron la compostela –«en mano quienes se encontraban cerca, y por correo quienes todavía se encontraban lejos de la tumba del apóstol»– y emprendieron el viaje de vuelta.
A pesar de que el Camino se vació, varios de los trabajadores de la Oficina del Peregrino
siguieron acudiendo a su puesto de trabajo «y cada día respondían a montones de personas que llamaban solicitando información». Para el también delegado de Peregrinaciones del Arzobispado de Santiago, esto revela hasta qué punto los peregrinos tenían ganas de volver.
Ahora lo podrán hacer, aunque deberán respetar una serie de normas entre las que destaca la de mantener la distancia de seguridad. Sin embargo, esto no es siempre sencillo en el Camino, donde la fraternidad entre los peregrinos está a la orden del día. «Nosotros solíamos poner todas las cosas del desayuno juntas y cada uno cogía lo que quería, pero eso nos han dicho que no se puede hacer». También era muy importante «la cena compartida, un momento especial en el que habitualmente surgía una plegaria. Hemos tenido que cambiar el formato y la haremos al aire libre, extremando las medidas de seguridad», explica el sacerdote Jaume Alemany, responsable del albergue Santa María del Azogue en Betanzos (de la red Acogida Cristiana en los Caminos de Santiago). Todos estos cambios «han generado incertidumbre», pero «también es verdad que ya tenemos muchas reservas de cara a la reapertura», asegura Alemany.
Año Santo Compostelano
En cualquier caso, las esperanzas de este sacerdote mallorquín, y las de tantos otros, están puestas en el Año Santo Compostelano, que «llega con muchas expectativas después de más de una década de espera».
El último se celebró en 2010 y el siguiente dará comienzo el 31 de diciembre. «Esperamos que para entonces ya todo pueda transcurrir de forma normal, pero el arzobispo me ha dicho que lo vamos a celebrar, aunque estemos nosotros solos», asegura Segundo Pérez, que pertenece a la comisión organizadora. «Si finalmente no se pudiera celebrar con normalidad, estamos contemplando la idea de pedir a Roma que se alargue algunos meses», concluye el deán.