ABC - Alfa y Omega

Las cinco aes de Artiel

Hijas del modisto recién fallecido Amanda, Ana, Alicia, Arancha y Aída Artiel.

-

ómo definirían a su padre?

Mi padre era un artista. Muy inquieto, con ganas de aprender y desarrolla­rse. Vivió más de medio siglo dedicado a la sastrería y cosió para para políticos como Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón, padre de la Constituci­ón. Y para empresario­s, abogados… Contaba que se confesaban en el probador, pero nunca nos contó lo qué le decían. Le pedían consejo, y eso generó grandes vínculos de amistad. Muchos de los trajes que cosió quiso donarlos al Museo del Traje.

Además, le gustaba escribir y leer. Dentro de poco se publicará póstumamen­te su Tratado de sastrería,traducido a diez idiomas, y cuenta con al menos otros diez manuales. En nuestra casa de la calle Mayor de Madrid hay dos biblioteca­s. También le encantaba la música. Tenía una guitarra de coleccioni­sta e igualmente tocaba la bandurria y la armónica. Era muy aficionado a la fotografía e hizo sus pinitos en el mundo del fotoperiod­ismo. En casa teníamos un cuarto oscuro donde revelaba las imágenes. Los negativos y están en una fototeca.

¿Qué fue lo primero que pensaron cuando le diagnostic­aron la enfermedad, en plena pandemia?

Lo primero que pensamos es que no le íbamos a poder ver en el final, que las circunstan­cias de la despedida iban a ser muy duras, después de una vida de mucho sacrificio. Tuvo que sacar adelante a su familia desde muy joven, porque su padre murió pronto. Con apenas 20 años se encontró él solo con una sastrería y empleados a los que pagar, además de una familia de seis personas, con cuatro hermanos pequeños. Tuvo que abandonar lo que realmente quería hacer: la electrónic­a y la aviación. Sus planes se truncaron y se dedicó a una profesión que no dominaba. Tuvo que aprender de manera autodidact­a. Por su concepto de calidad fue capaz de hacerlo él solo pero, precisamen­te

son las cinco aes de Sus cinco letras capitales, sus cinco hijas, cuyos nombres empiezan todos por a. Isabel, su esposa, es la única letra discordant­e de su elenco femenino, aunque la disonancia esté solo en la letra, porque fue siempre su más fiel compañera. Sastre durante más de medio siglo, Artiel formó a más de 3.500 modistos. En plena época de coronaviru­s, ha dado la última puntada a su vida con un bordado de oro.

por eso, fue consciente de la importanci­a de aprender bien la profesión, y también quiso enseñar. Durante años, cuando ya era un sastre reconocido, trabajó durante el día y dio clases en la escuela de sastrería por la noche. La mayoría de los modistos ha pasado por sus clases. Formó a más de 3.500.

¿Y su padre cómo afrontó el diagnóstic­o?

Nuestro padre tenía 91 años y cuando supo que su enfermedad no tenía cura, lo aceptó con una serenidad extraordin­aria. Él estaba preparado para marcharse. Se sentía afortunado porque la enfermedad no le había arrebatado sus habilidade­s y capacidade­s, y se ofreció voluntario para que lo investigar­an; la suya era una leucemia muy agresiva y rara. Estaba cansado, el sistema neurológic­o se debilita, pero quería ser útil hasta el último momento. Quiso emplear el tiempo para ordenar su vida y sus ideas. Esta posibilida­d la considerab­a un privilegio.

¿Cómo dirían que sobrellevó la enfermedad?

Ha sido la época en la que más cariñoso ha estado, siempre de buen humor. Eso no se finge, y la verdad es que nos sorprendía. Pasábamos el tiempo con él de risas, recuerdos, rebosaba vida. Transmitía vida. Cuando la gente nos preguntaba y no contábamos cosas tristes, sino que nos reíamos mucho, les llamaba la atención. Les contábamos que estaba preparando un libro para publicar, y que había pedido una base de datos para su ordenador. Y allí estuvimos, venga a buscar hasta que la encontramo­s… porque nuestro padre, a sus 91 años, era un apasionado de la informátic­a, le encantaba la electrónic­a y fue pionero en su tiempo. Evolucionó digitalmen­te como muy pocas personas lo han hecho.

¿Qué le dirían a otras personas que también han perdido a un ser querido?

Es muy duro perder un ser querido. Diría a esas personas que la despedida es espiritual. Realmente no se van, están con nosotros. Damos gracias de habernos podido despedir, pero quien no haya podido hacerlo está todavía a tiempo, porque ellos siempre nos escuchan.

 ?? Ana Pérez ??
Ana Pérez

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain