Derribado para siempre el muro de silencio
▼ El vademécum que recoge la praxis que seguir ante los casos de abuso sexuales cometidos por clérigos ofrece tres directrices claras: responsabilidad, rendición de cuentas y trasparencia
El vademécum que recoge la praxis que deben seguir los obispos, los superiores generales y los profesionales del derecho en los casos de abuso sexual de menores cometidos por clérigos llega para que la respuesta a esta lacra no sea el silencio. Lo hace un año y medio después de la cumbre que reunió en el Vaticano a casi 190 responsables de la Iglesia universal, concebida para hacer incrustar la tolerancia cero en todas las esferas de la vida eclesial. «El tiempo aparentemente largo de su redacción se debe al trabajo de cotejo no solo dentro de la congregación, sino también fuera de ella, con expertos en la materia, otros dicasterios y, en particular, con la Secretaría de Estado», señala el arzobispo italiano Giacomo Morandi, secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
Las directrices están claras: responsabilidad, rendición de cuentas y trasparencia. Pero el reto es aplicarlas, sobre todo, en algunas zonas geográficas de Asia o África donde no hay una cultura de denuncia, y donde la vergüenza y el miedo al escándalo ha impedido durante décadas que los casos llegasen hasta la mesa de trabajo de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
Tal y como detalla Morandi, el documento no promulga ninguna nueva ley y tampoco emite nuevas reglas. «La verdadera novedad es que, por primera vez, el procedimiento se describe de forma organizada, desde las primeras noticias de un posible delito hasta la conclusión definitiva de la causa, uniendo las normas existentes y la práctica de la congregación», define. Por ello, el vademécum es ante todo un manual de instrucciones para señalar un camino homogéneo y facilitar una administración de justicia más clara y unívoca.
Investigar las denuncias
Además de dar una explicación jurídica del proceso judicial, se recuerda de forma explícita la obligación de investigar todas las denuncias, incluso aquellas que sean anónimas o las que aparezcan en los medios de comunicación o redes sociales. El texto también ahonda en otros puntos clave de la metodología procesual para desarrollar la investigación previa, o en cómo imponer medidas cautelares una vez se tiene la noticia del delito. La histórica reivindicación de las asociaciones de víctimas de poner el caso en conocimiento a las autoridades civiles choca, en no pocas ocasiones, con el muro legislativo de cada país. No obstante, el vademécum invita a los responsables eclesiales a denunciar los abusos a las autoridades civiles incluso en los países donde no sea una obligación, sobre todo, en casos en que esta respuesta sea «indispensable para tutelar a la persona ofendida o a otros menores del peligro de eventuales actos delictivos».