Las parroquias del futuro
Menos clericalismo, más transparencia y atención a los más pobres. Esa es la fórmula de la Congregación para el Clero para renovar las parroquias, consciente de que ya no son «el lugar primario de reunión y de sociabilidad».
Por ello ha publicado una guía con instrucciones prácticas para revitalizar los templos y encontrar «otras modalidades de cercanía y de proximidad». El documento, titulado La conversión pastoral de la comunidad parroquial al servicio de la misión evangelizadora de la Iglesia, aprobado por el Papa el pasado 27 de junio, hace un repaso de las conductas que deben desaparecer: inmovilismo, repetitividad pastoral, excesiva y burocrática organización de eventos, identificar a la iglesia solo con la jerarquía, concepción autorreferencial…Así los católicos contarán con una herramienta de trabajo fundamental para revitalizar su trabajo, con el impulso de las «sinergias» entre presbíteros, diáconos, personas consagradas y laicos.
Las parroquias del futuro, además de fomentar un «dinamismo en salida» que no cierre los ojos a los más necesitados, deberán llevar una contabilidad escrupulosa y cristalina. Así se invita a hacer público «el estado de cuentas anual» con indicación detallada de las entradas y salidas, ya que los bienes son de la parroquia y «no del párroco», aunque sea su administrador.
Por último, recuerda que, en casos extraordinarios, si no hay curas ni diáconos, el obispo puede pedir a un laico que presida un funeral o que sea testigo cualificado de un matrimonio.