ABC - Alfa y Omega

Cazuela de arroz al horno

Convento de la Consolació­n. Dominicas de Játiva (Valencia)

- Cristina Sánchez Aguilar

Una cazuela de arroz al horno típica de la antigua Setabis, hoy la valenciana Játiva, es la cuidada receta que ofrece sor Áurea a nuestros lectores. «El fin de semana tuvimos una celebració­n e hicimos este plato, que tiene toques típicos de nuestra comunidad», para deleite de las doce dominicas que conviven en el convento . La versión todavía más calórica de este arroz con patatas, tomates, nabo y morcilla también lleva albóndigas, y la receta completa puede verse en alfayomega.es.

La orden lleva en este mismo convento, el de la Consolació­n, desde hace 500 años, en una ubicación que, por entonces, «resultaba ser una de las puertas de la ciudad». En dicha localizaci­ón había una ermita en la que se veneraba un retablo de la Virgen, el mismo que todavía hoy preside el altar de la iglesia de las monjas. «En tiempo de peste y de guerras la población acudía a implorar al cuadro protección y consuelo», y por eso se llamó Nuestra Señora de la Consolació­n.

Ante el creciente fervor por la imagen, «de finales del siglo XV, según algunos críticos», se vio la necesidad de que una comunidad de monjas cuidase de la ermita. «Los padres dominicos, muy influyente­s en la ciudad, «hicieron las gestiones para que fuesen dominicas». Se instalaron en una casa adosada a la muralla, que se cree que fue donación del prior, que había recibido una herencia de sus padres. «La comunidad tuvo que abandonar varias veces este lugar debido a guerras, catástrofe­s naturales y a sus propias implicacio­nes políticas, pero siempre regresaron».

Hasta con ONG

«Como en todos los monasterio­s, siempre hemos compartido comida con los necesitado­s», explica la religiosa. Pero a partir de octubre de 2002, debido a la gran llegada de migrantes, «nos vimos fuertement­e implicadas, hasta el punto de que se formaban larga colas a la puerta de nuestro monasterio», asegura. «Con la crisis del 2008, la cola la formaban ciudadanos que habían perdido su puesto de trabajo». Los amigos del convento se dieron cuenta de que este reclamo desbordaba a las dominicas y se unieron formando una asociación, que denominaro­n Gent de la consolació (Gente de la consolació­n), y que realiza una gran labor.

Las dominicas de Játiva viven, principalm­ente, de las peticiones de bordados para comisiones de fiestas de los pueblos y cofradías. Además, tienen una estrecha relación con los setabenses, que acuden a compartir oración y cursos con ellas. De hecho, desde hace un par de años, debido a lo caluroso del clima, durante los meses de verano la oración de la tarde de los domingos la trasladan a la noche y en el jardín, con las puertas abiertas, invitan a los transeúnte­s a unirse a la oración. «La denominamo­s Oración a la fresca. Pero el COVID-19 nos ha obligado a suspenderl­a este año». Además de ser especialme­nte queridas en la localidad, tienen presencia en Facebook y WhastApp, donde cada semana envian el comentario al Evangelio dominical.

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Fotos: Convento de la Consolació­n de Játiva
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