Creatividad para salir adelante
La Casa Cristo Rey de Pozuelo se nutre de los grupos que acuden a retiros o actividades y la pandemia, con todas sus restricciones, ha supuesto un duro revés. Por ello, han tenido que buscar fuentes alternativas de ingresos. Siguiendo eso que el Papa llama «fidelidad creativa» y «los consejos de las personas que nos asesoran», comenzaron a cocinar y vender menús para los que teletrabajaban. La iniciativa fue providencial, reconoce el padre Enrique, porque sirvió además para «dar a conocer la casa» y que los clientes supieran que estaban ayudando al «sostenimiento de una obra de la Iglesia». Y, por supuesto, para mantener los puestos de trabajo de los empleados, un estímulo para ellos porque el trabajo «dignifica y santifica».
Al hilo de esta experiencia de aprovechamiento de sus cocinas y al ver las llamadas colas del hambre, desde mayo preparan también raciones para personas sin recursos de todo Madrid. Son 2.800 menús semanales destinados principalmente a población migrante y con problemas de drogadicción de Vallecas y Entrevías. Este proyecto, bautizado como «Porque tuve hambre», se costea gracias a contribuciones de terceros y a los propios consumidores de los menús para teletrabajo, que dan un euro de donativo.