Sobre el terreno
Ecuador
Sin esperanza de que la vacuna llegue pronto –«los pobres siempre somos los últimos»– y con unos médicos que no acuden por miedo al coronavirus, las comunidades a las que atiende el misionero Amado López, párroco en Viche, «procuran curar a los enfermos con remedios naturales». El sacerdote confiesa sentir miedo y, a pesar de que «toda mi actividad pastoral está suspendida», «voy cuando alguien me llama para que confiese a algún paciente, para administrar la Unción de Enfermos o para rezar junto a los familiares de algún fallecido».
En Moyobamba «siempre se puede encontrar un plátano que comer», asegura Jaime Ruiz del Castillo. Por ello, habla de la «precaria cobertura sanitaria» antes que del hambre al ser preguntado por la pandemia. Esta «ha colapsado los hospitales» y ha arruinado la «economía». Ante esta situación, Ruiz destaca la labor de los curas, que han tenido los templos y los comedores sociales abiertos, han visitado a los enfermos e incluso han realizado colectas para comprar oxígeno. «Eso sin olvidar la prioridad del Pan Espiritual».
Brasil
Si la pandemia ya es difícil de controlar, «imagínese hacerlo con un presidente que dice que la COVID-19 es una gripecilla y que hace ostentación de ir sin mascarilla porque lo contrario es de maricas». Ante esta situación, «pienso que nuestro servicio más importante es la llamada constante a que la gente se quede en casa», asegura el misionero Antonio Pintado. Desde la diócesis de Ruy Barbosa, destaca el trabajo de la Iglesia para retransmitir las celebraciones litúrgicas y para dar alimentos a las familias necesitadas.