Como el Pan
b Clara de Pablo Voluntaria de Cáritas Diocesana de Madrid Como voluntaria de Cáritas Diocesana de Madrid, Clara de Pablo ha compartido los últimos meses con un grupo de menores extranjeros no acompañados. El contacto surgió en el verano y tuvo como mediadores no solo a Cáritas, sino también a los Grupos Loyola en los que participa De Pablo. «Nos ofrecieron formar parte de una experiencia de voluntariado durante las vacaciones en nuestra ciudad, debido a la COVID-19, y justo me tocó el de los MENAS», explica la joven, que tiene 20 años. Estaba previsto que el programa se desarrollara durante el verano, «pero tuvo tan buena acogida y hubo tan buena química con los chicos que se decidió ampliar a todo el curso». En el periodo estival, los voluntarios dedicaban una hora por la mañana, «en la que tratábamos de hacer una actividad más académica, tipo lectura o escritura», y otra por la tarde. «Ahí ya nos dedicábamos a actividades más de ocio». Luego ya, durante el fin de semana, «hacíamos planes especiales, como ir a la montaña». El plan durante el curso es diferente, porque «en verano tenemos más tiempo libre y ahora tenemos que compatibilizar el voluntariado con el resto de actividades cotidianas». Por otro lado, explica De Pablo, «ahora ya no se trata tanto de que los chicos tenga un profesor» con el que mejorar el idioma –intención original del proyecto– «sino un amigo». De hecho, «muchas veces, más que hacer algo lo que ofrecemos es la escucha». En realidad, lo que hace esta joven es derramarse como Cristo. «Es lo que le pido siempre en la Eucaristía. En el momento de la consagración le digo al Señor: “Enséñame y ayúdame a derramarme como tú hiciste en el pan y el vino”».