Unas puertas nuevas para acoger al hombre de ahora
Tres puertas de bronce, obra de Antonio López, adornarán la fachada principal de la catedral de Burgos por su octavo centenario
El 20 de julio de 1221, el obispo Mauricio y el rey Fernando III el Santo pusieron la primera piedra de la catedral de Burgos. Para celebrar estos ocho siglos de historia, la diócesis y el Cabildo de la catedral han encargado al artista Antonio López tres nuevas puertas que adornarán la fachada principal del templo. «Queríamos dejar un símbolo a la historia, algo que permaneciese y que puedan admirar las generaciones futuras», afirma Vicente Rebollo, deán de la catedral.
Se eligió a Antonio López «porque es un artista realista cuyo estilo encaja muy bien con el del resto de puertas de la catedral. Un artista abstracto habría sido menos apropiado. Además, en la diócesis se le conocía porque en los últimos años ha tenido cierta relación con el monasterio de Silos y con Las Edades del Hombre», dice Rebollo.
Para el deán, «la catedral es un edificio vivo que ha ido adquiriendo distintos estilos artísticos a través de los siglos». Por eso, estas puertas suponen la incorporación de un nuevo estilo: «No queríamos un neoclásico o un neogótico, por ejemplo. Teníamos claro que esta nueva incorporación a la estructura del templo debía tener un estilo moderno, del siglo XXI. Son imágenes de ahora de un autor de ahora».
Tras aceptar el encargo hace dos años, «lo primero que nos dijo Antonio López era que había que poner a Dios Padre en el centro, como una figura que invite al visitante a entrar en su casa, en la catedral», dice el deán. Aunque esta figura central está todavía perfilándose, para Fernando García, vicario general de la diócesis y testigo del proyecto desde el primer momento, las puertas «tienen que decir algo al hombre de hoy, por lo que Antonio López ha expresado con el lenguaje artístico de este siglo una necesidad de siempre del ser humano, la que refleja el salmo: “Tu rostro buscaré, Señor”. Es un modo de presentar al Dios cristiano a los hombres de esta generación».
A la derecha de esa figura está María en el momento de la Encarnación. «Es una Virgen niña a la que el Espíritu Santo se le presenta en forma de una bandada de pájaros», explica el vicario general de Burgos. «Su pureza la indica una flor de azucena, un motivo que también está en el escudo de la catedral. Y su mirada se dirige de frente al espectador mostrando ternura».
A la izquierda del Padre está la puerta de Jesús Niño, a quien acompañan algunos símbolos de la Redención. «Aparece como un pequeño jugando con unas espigas que hacen referencia a la Eucaristía, y detrás hay un árbol que es una representación de la Iglesia. Jesús siembra el reino, y su fruto es la Iglesia», revela García. Al fondo están las figuras de la Virgen y de santa Ana, «en una escena familiar y casera, muy sencilla».
Controversia con la UNESCO
El proyecto de las nuevas puertas se ha visto env uelto en cierta controversia porque un órgano asesor de la UNESCO ha mostrado su disconformidad. Sus pronunciamientos no son vinculantes y, al final, la última palabra la tiene la Junta de Castilla y León, «pero tenemos esperanza en que las cosas se solucionen», afirma Vicente Rebollo. «Hay diálogo y ganas de hablar, porque estamos al ser vicio todos», añade. Además, el proyecto no está concluido todavía y no hay ninguna fecha concreta para la instalación de las puertas. De todos modos, «contribuyen a crear valor tanto para la catedral como para la ciudad de Burgos, por lo que al final creemos que la propuesta saldrá adelante».
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