La palabra de oro en el Corral de Comedias
Cuando el espectador cruza la puerta del Corral de Comedias de Alcalá de Henares, siglos de teatro pasan por delante de sus ojos. «Todavía hay casas aledañas que conservan ventanas que dan a esta corrala, y hay un pozo –techado con cristal– en el centro del patio de butacas», me explica una vecina asidua. Construido en 1601, es el más antiguo de España y uno de los más vetustos de Europa, al menos entre los que han quedado documentados. Fue un carpintero de la ciudad, Francisco Sánchez, el encargado de levantar con mimo este espacio para la difusión pública de la palabra, que ahora está techado por las vicisitudes del tiempo. Llegó a ser hasta un cine en los años 70, abandonado durante una década y recuperado en los 80 para convertirse en lo que es hoy.
Tengo la suerte de ver La palabra de oro de Pedro Mari Sánchez desde la famosa cazuela o gallinero, la zona reservada antaño a las mujeres en el primer piso, a una altura inferior a la del resto de los palcos. Imagino cómo ellas, segregadas, pero dignas, accedían con temor y temblor a la cultura de los poetas y literatos, soñando el día en que podrían ser ellas las creadoras de mundos imaginarios.
Parece que el juglar que mora el escenario en este siglo XXI escucha mi pensamiento. Porque en su monólogo analiza los grandes temas que copaban la sociedad del Siglo de Oro: el poder, el sexo, la sangre, Dios, la trascendencia frente a la muerte, y la mujer, la figura de la mujer «en el centro de todo», como dice Pedro Mari Sánchez. Durante algo más de una hora de ejercicio actoral impecable asistimos a un espectáculo creado a partir de varios textos teatrales de una época en la que se escribió el castellano más hermoso; letras que conforman un discurso en el que se denuncian el abuso del hombre frente a la mujer, entonces asimilada al mal y causa de la corrupción del varón; la violencia intrafamiliar; la sed de poder, que está por encima de hermanos e hijos, o el paso inexorable del tiempo. «Esta palabra de oro se inscribe dentro de un mundo en el que bien y mal, hombre y mujer, Dios y demonio, pugnan de manera permanente», explica el autor en el catálogo que el Festival de Clásicos en Alcalá pone a disposición del público. Hasta el día 4 de julio la sede complutense ofrece diferentes propuestas sobre el Siglo de Oro que no hay que perderse.