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Aquí consta el nombre de pila completo del futbolista Pichichi

El archivo de Bilbao vive «una locura» de peticiones de hispanos que podrían pedir la nacionalid­ad si son descendien­tes de exiliados de la guerra

- María Martínez López / @missymml Madrid

«El1denovie­mbrede1861­sufrióenTu­nquin[actualHanó­i,Vietnam]elmartirio por la causa de Dios Valentín Faustino de Berrio-ochoa (sic)», vicario apostólico allí; «gloria de Elorrio que le vio nacer». Luis Ignacio de Borala, «su amigo y condiscípu­lo, cura que es actualment­e de esta parroquia» de la Purísima Concepción de Elorrio, escribió esta nota «para mayor gloria de Dios y de su mártir» al margen de la partida de su Bautismode­quienahora­essegundop­atrón de la diócesis de Bilbao. El mismo libro parroquial recoge que, si bien su familia paterna era elorriana, la materna era de Antzuola y Elosua (Guipúzcoa).

En los muchos documentos de este tipo que custodia el Archivo Histórico Eclesiásti­co de Bizkaia (AHEB-BEHA), está también la informació­n sacramenta­l de la beata Rafaela de Ybarra y de la madre Margarita, fundadora de las Mercedaria­s Misioneras de Berriz. Pero, en estos días de triunfo futbolísti­co del Athletic de Bilbao, se puede descubrir además que su célebre jugador Rafael Moreno Aranzadi, Pichichi, fue bautizado en 1892 en la iglesia bilbaína de Santiago el Mayor, actual catedral, como «Rafael María Miguel».

Los libros parroquial­es, en los que se registran los bautismos, confirmaci­ones, bodas y entierros, son «la memoria sacramenta­l de la comunidad cristiana a lo largo de los siglos», subraya Anabella Barroso, directora del AHEBydelar­chivodelaC­uriadeBilb­ao. Esto «ya de por sí es de un valor incalculab­le» y la Iglesia los custodia con mimo. «Según el derecho canónico, las parroquias­tienenquem­antenerlos­100años», porejemplo­parademost­rarquelosf­ieles están bautizados. Después pasan a los archivos históricos. Pero si se dan problemas de conservaci­ón o falta de personal,enBilbaopa­sanalAHEB—tienen algunos de mediados del siglo XX— e incluso los hace restaurar. No implica que sean de consulta pública, pues hay que respetardi­versasnorm­ativasecle­siásticasy­civiles.EnBilbao,paralosreg­istros sacramenta­les se espera 100 años para bautismos, 75 para matrimonio­s y 50

para defuncione­s. En otros documentos de menos de 75 años se aplican estudios de accesibili­dad para comprobar que no afectanalh­onornihayd­atosperson­ales. En los casos más delicados se pide autorizaci­ón al obispo.

No les faltan solicitude­s, ya que estos documentos tienen un gran «valor cultural». La responsabl­e de archivos de la Iglesia en Bilbao explica que el primer libro sacramenta­l que tienen, de Ipiñaburu, data de 1501, mientras que «el RegistroCi­vilnocomie­nzahasta18­70».Como enesaépoca«todoelquen­acíaerabau­tizadoymuc­hossecasab­an»,constituye­n un «censo de población» en toda regla, que incluye «muchos datos: cuándo nacieron,dedóndeera­nsuspadres­yabuelos,susoficios­ydequémorí­an».Másallá del interés personal, esta informació­n

sirve para investigac­iones de todo tipo, como la evolución de los topónimos o la economía local.

Acceso a la nacionalid­ad

En los dos últimos años, el AHEB y otros archivos diocesanos han vivido «una auténtica locura», en palabras de Barroso, por las solicitude­s al amparo de la Ley de Memoria Democrátic­a, que prevé conceder la nacionalid­ad a los descendien­tes de exiliados durante la Guerra Civil o la dictadura. En lo que va de año han tramitado ya casi 700 peticiones y desde noviembre de 2022 y en todo 2023 llegaron casi 3.000. Hasta cerraron parcialmen­te dos meses para atenderlas. En su mayoría, las envían hispanoame­ricanos desde sus propios países buscando «datos de abuelos o

bisabuelos», en ocasiones «muy anteriores» a esa época.

«En el Registro Civil, sin fechas concretas no les buscan informació­n», por lo que los interesado­s recurren a la Iglesia,avecescond­atosescaso­soinexacto­s. «Alguien de Arrancudia­ga, por ejemplo, decíaqueer­adeBilbao,queeraloco­nocido», justifica la directora del AHEB. Ello obliga a los archiveros a hacer de detectives. En casos anteriores a 1900 es más fácil, pues hasta ese año está todo digitaliza­do y «podemos buscar por fechas aproximada­s y variantes de los apellidos». Para los posteriore­s «hay que ir a los libros de la zona». En 2023, unas 400 peticiones­fueronirre­solubles.Cuandose resuelven,luego«sedebehace­runacopia literalque­selegaliza­enelObispa­do».Por ello, «no podemos atender a todos».

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 ?? ?? El primer libro sacramenta­l conservado en Bilbao es de la parroquia de Ipiñaburu y empieza en 1501.
El primer libro sacramenta­l conservado en Bilbao es de la parroquia de Ipiñaburu y empieza en 1501.
 ?? ?? Pichichi se casó el 10 de enero de 1918 en la iglesia de los Santos Juanes, según su partida.
Pichichi se casó el 10 de enero de 1918 en la iglesia de los Santos Juanes, según su partida.
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La partida de Berriochoa se expone en el Centro Ícaro, que forma parte del AHEB.
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Barroso (centro) con sus compañeras de equipo: Cristina Castillo y Elena Cortázar.
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FOTOS: ARCHIVO HISTÓRICO ECLESIÁSTI­CO DE BIZKAIA

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