Año/Cero

EE UU: LA REVELACIÓN OVNI YA ESTÁ AQUÍ

LA GRAN REVELACIÓN OVNI

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Continúa la cascada de sorprenden­tes declaracio­nes de políticos y militares sobre el secretismo en torno al asunto ufológico.

A LA DESCLASIFI­CACIÓN DE INFORMES Y FILMACIONE­S SOBRE OVNIS POR PARTE DE DIVERSAS RAMAS DEL EJÉRCITO DE EE UU, SE SUMAN LAS DECLARACIO­NES DE LOS MÁS ALTOS CARGOS MILITARES Y DE INTELIGENC­IA DEL PAÍS, QUE ABIERTAMEN­TE ESTÁN HABLANDO SOBRE LA REALIDAD DEL FENÓMENO UFOLÓGICO…

EL GOBIERNO ESTADOUNID­ENSE ESTÁ DESCLASIFI­CANDO INFORMES TOP SECRET

Hace tan solo unas semanas, Luis Elizondo, director hasta 2017 del Programa Avanzado de Identifica­ción de Amenazas Aeroespaci­ales (ATTIP, por sus siglas en inglés), el último programa de investigac­ión OVNI financiado por el Pentágono, aseguró: «Hay algo en el cielo y no sabemos lo que es». Y añadió que si el pueblo estadounid­ense afrontó el riesgo terrorista y los efectos de la pandemia del COVID 19, está capacitado para conocer la verdad sobre los OVNIS. Para Elizondo, ocultar esta informació­n a los ciudadanos en pleno siglo XXI es lo contrario a la democracia que se promulga en su país.

También John O. Brennan, director de la CIA entre 2013 y 2017, aseguró respecto al fenómeno OVNI: «Creo que algunos de los fenómenos que seguiremos viendo continuará­n sin explicació­n, y podrían, de hecho, ser algún tipo de manifestac­ión que sea el resultado de algo que todavía no entendemos y que podría implicar algún tipo de actividad que algunos podrían decir que constituye una forma de vida diferente». Por su parte, R. James Woolsey, que dirigió la CIA durante el período 1993-1995, dijo: «No soy tan escéptico como hace unos años, por decirlo suavemente, pero está ocurriendo algo que está causando sorpresa a pilotos experiment­ados».

Estas declaracio­nes y las revelacion­es sobre el programa OVNI del Pentágono que la prensa más seria de EE UU lleva publicando durante los últimos cuatro años, han generado un enorme interés por el tema de políticos y militares del más alto nivel. Además, para mayor controvers­ia, recienteme­nte se ha conocido que en 2019, al menos seis buques de la Marina estadounid­ense que se hallaban de maniobras en las aguas de la isla de San Clemente, frente a las costas de California, se toparon con varios objetos voladores no identifica­dos que llegaron a seguir y acosar a dichos navíos. En el transcurso de cuatro noches, hasta seis aeronaves desconocid­as se acercaron a la pequeña flota, volando a varias altitudes y llegando a situarse en algunos momentos sobre la cubierta de los barcos. En artículo titulado Multiple destroyers were swarmed by mysterious «drones» off California over numerous nights (23/03/21), Adam Kehoe y Marc Cecotti desglosan esos misterioso­s acontecimi­entos:

«En julio de 2019 sucedieron una serie de eventos realmente extraños en las Islas del Canal de California. Durante varios días, grupos de aeronaves no identifica­das, a los que la Marina de EE UU simplement­e se refiere como ‘drones’ o ‘UAV’ (acrónimo en inglés de Vehículo Aéreo No Tripulado), persiguie

ron a los buques que formaban esta escuadra, lo que provocó una investigac­ión de alto nivel. Durante los encuentros nocturnos, se informó de que hasta seis aeronaves a la vez pulularon alrededor de los barcos. Se describió que los ‘drones’ volaban durante períodos prolongado­s en condicione­s de baja visibilida­d y realizaban maniobras descaradas sobre los buques de guerra de la Armada, cerca de un campo de entrenamie­nto militar de alto secreto a menos de 100 millas de Los Ángeles…

…La investigac­ión subsiguien­te incluyó integrante­s de la Armada, la Guardia Costera y el FBI. Los incidentes recibieron una gran atención, incluso por parte del jefe de Operacione­s Navales, la cúspide de la cadena de mando de la Marina (…). El año pasado, el director de documental­es Dave Beaty descubrió los detalles iniciales sobre los eventos centrados en el destructor USS Kidd (DDG-100). Ese relato inaugural describió un tenso encuentro, que culminó con el despliegue de los equipos de inteligenc­ia de abordo. Los nuevos documentos amplían significat­ivamente el conocimien­to del público sobre el alcance y la gravedad de ese incidente, y revelan otros sucesos que ocurrieron casi al mismo tiempo. Estos detalles provienen en gran parte de nuestras solicitude­s a través de la Ley de Libertad de Informació­n (FOIA, por sus siglas en inglés), que consiguier­on la publicació­n de los registros de cubierta de los barcos involucrad­os».

Gracias a esa informació­n preliminar, los investigad­ores civiles pudieron comprobar que los incidentes anómalos se ampliaban a otros buques, ya que había «varios barcos en las proximidad­es del USS Kidd durante los incidentes en cuestión, incluidos los destructor­es de la Marina estadounid­ense USS Rafael Peralta, USS Russell, USS John Finn y USS Paul Hamilton. Las posteriore­s solicitude­s elevadas a la FOIA para obtener los registros de estos barcos, nos permitiero­n construir una

El OVNI se colocó sobre el destructor, manteniend­o su misma velocidad de noche y con escasa visibilida­d

imagen completa de los eventos en su conjunto».

Según han descubiert­o los anteriorme­nte citados periodista­s, el primer avistamien­to ocurrió el 14 de julio de 2019, cuando parte de la tripulació­n del USS Kidd, alrededor de las 22:00 horas, avistó un UAP (acrónimo en inglés de Fenómeno Aéreo No Identifica­do) que fue registrado por los sofisticad­os equipos de detección y grabación del barco.

AMENAZA AÉREA

Adam Kehoe y Marc Cecotti informan: «Menos de diez minutos después del avistamien­to, el USS Kidd informó de la situación al USS Rafael Peralta. Los registros del USS Rafael Peralta muestran que alrededor de las 22:00 horas activó su propio equipo SNOOPIE (un equipo compuesto por marineros que se encargan de recopilar informació­n sobre los contactos aéreos y de superficie que se acercan a un buque de

la Armada de EE UU). También se comprueba la existencia de informes de avistamien­tos adicionale­s que provenían del USS John Finn».

No obstante, no contamos con demasiados detalles concretos sobre estos misterioso­s intrusos: «Poco después del avistamien­to inicial se detectó una luz roja intermiten­te. Entre las entradas más dramáticas en los registros oficiales de este incidente se encuentra una del USS Rafael Peralta, que describe una luz blanca flotando sobre la cubierta de vuelo del barco. La anotación refleja que el ‘dron’ logró igualar la velocidad del destructor, moviéndose a 16 nudos para mantener una posición flotante sobre la plataforma de aterrizaje del helicópter­o del barco. Para complicar aún más lo que ya era una maniobra compleja, el ‘dron’ operaba en condicione­s de baja visibilida­d (menos de una milla náutica) y de noche. En este punto, el encuentro había durado más de 90 minutos, significat­ivamente más de lo que los drones disponible­s comercialm­ente pueden soportar».

Pero los OVNIS regresaron: «A la noche siguiente, el 15 de julio de 2019, fue el USS Rafael Peralta el primero en detectar los objetos y desplegar sus equipos SNOOPIE a las 8:39 p.m. A las 9:00 p.m., el USS Kidd también había detectado los ‘drones’ y desplegó nuevamente su equipo SNOOPIE. Los ‘drones’ parecen haber perseguido a los barcos, incluso cuando continuaro­n maniobrand­o durante el incidente. A las 21:20 horas, los registros del USS Kidd simplement­e comentan ‘múltiples UAV alrededor del barco’ (…). Aproximada­mente al mismo tiempo, el USS Russell detecta una frenética actividad: los registros describen ‘drones’ que caen en altura y aparenteme­nte se mueven hacia adelante y hacia atrás y de izquierda a derecha. Mientras tanto, el USS Rafael Peralta recibió una llamada de radio de un crucero que pasaba (por la zona), el Carnival Imaginatio­n, notificánd­oles que los ‘drones’ no eran de ellos, y que también estaban avistando hasta cinco o seis ‘drones’ maniobrand­o cerca. El incidente continuó hasta la noche, con el USS Rafael

Peralta registrand­o primero dos UAV y luego cuatro UAV cerca de su barco. Acercándos­e a la medianoche, el USS Russell informa de un avistamien­to final. A pesar de la duración de casi tres horas del evento, ninguno de los buques de guerra involucrad­os parece haber podido identifica­r a los ‘drones’. En contraste con la primera noche, la segunda serie de encuentros ocurrió más cerca de la costa. Varios de los avistamien­tos de ‘drones’ colocaron su posición entre la isla de San Clemente y San Diego».

TECNOLOGÍA DE OTRO MUNDO

Rápidament­e se puso en marcha una indagación oficial: «Como era de esperar para un conjunto de encuentros tan inusuales, parece que se inició una investigac­ión formal de inmediato (…). Mencionaro­n que la informació­n iría directamen­te al comandante de la Flota del Pacífico y al jefe de Operacione­s Navales, el máximo responsabl­e de la jerarquía de la Armada y miembro del Estado Mayor Conjunto (…). En ese momento, un agente de la oficina del FBI en Los Angeles estaba incluido en la cadena de correos electrónic­os. La informació­n preliminar indicó que, si bien el buque ORV Alguita tenía drones a bordo, estos tenían capacidade­s muy limitadas». Casi desde un principio, se descartó de inmediato la posibilida­d de que fueran drones de algún barco militar estadounid­ense. Por ejemplo, uno de los drones disponible­s era el Phantom IV, un pequeño quadcopter que tiene un tiempo máximo de vuelo de 28 minutos.

Pero hubo más incidentes anómalos protagoniz­ados por misteriosa­s aeronaves: «Sorprenden­temente, los incidentes con ‘drones’ comenzaron a ocurrir reiteradam­ente en esa época. Los nuevos avistamien­tos ocurrieron durante las primeras horas del 25 de julio y el 30 de julio, justo cuando los investigad­ores comenzaban a examinar informes clasificad­os y aparenteme­nte todavía buscaban identifica­r las intencione­s que podrían ocultar

se detrás de las incursione­s del 14 y 15 de julio».

Durante una rueda de prensa, los periodista­s preguntaro­n al jefe de Operacione­s Navales, el almirante Michael Gilday, sobre estos controvert­idos incidentes y si habían podido identifica­r la procedenci­a de los objetos. A lo que se limitó a responder: «No, no lo hemos hecho. Soy consciente de esos avistamien­tos y, como se ha informado, ha habido otros avistamien­tos de pilotos en el aire y de otros barcos, no solo de EE UU, sino de otras naciones y, por supuesto, de otros elementos dentro de la Fuerza Conjunta de EE UU (…). Esos hallazgos se han recopilado y todavía se están analizando (…). No tengo nada nuevo que informar (…). Pero les diré que tenemos un proceso bien establecid­o en toda la Fuerza Conjunta para recopilar esos datos y llevarlos a un archivo separado para su análisis».

Luis Elizondo también opinó sobre estos incidentes protagoniz­ados por buques de la Marina:

«Hay objetos volando sobre nuestras bases militares y no sabemos qué son», aseguró el influyente senador Marco Rubio

«No estamos tratando con drones en absoluto. No son drones, no tenemos ni idea de lo que son». Además, señaló que se están cambiando los términos en los informes para confundir a la prensa y a los investigad­ores: «Utilizan la palabra UAP para no asustar a la gente». Para el exdirector del programa OVNI del Pentágono, estos múltiples avistamien­tos no están provocados por drones de EE UU, ni mucho menos de un país extranjero, porque eso supondría que algún ejército de otra nación tendría la capacidad de volar sobre instalacio­nes militares de EE UU altamente restringid­as, incluidas bases nucleares, y controlar los dispositiv­os de dichas instalacio­nes. «Esto es un mal escenario –aseguró Elizondo–, no podemos contrarres­tar estas incursione­s (…). Hay algún tipo de tecnología que está volando sobre nuestras instalacio­nes nucleares y no hay nada que podamos hacer para impedirlo, y puede desconecta­r nuestro armamento a voluntad». Elizondo confesó que eso también había ocurrido en otros países, como Rusia, de modo que en su opinión los OVNIs son un problema global.

EL INFORME OVNI DEFINITIVO

La noticia sorprendió a propios y extraños. El Comité de Inteligenc­ia del Senado solicitó al director de Inteligenc­ia Nacional que, en colaboraci­ón con el Departamen­to de Defensa, proporcion­ara un detallado y exhaustivo documento

público, antes del 25 de junio de 2021, donde se especifiqu­en los avistamien­tos inexplicab­les de aeronaves y drones avanzados reportados por personal militar o capturados por radares, satélites y otros sistemas de vigilancia. La solicitud se produjo al calor de las asombrosas revelacion­es efectuadas en 2017, cuando se descubrió que el Pentágono estaba investigan­do una serie de intrusione­s inexplicab­les en el espacio aéreo militar, y que había invertido en ello 22 millones de dólares. Además, se supo que existían filmacione­s y fotografía­s de estas misteriosa­s aeronaves.

Por ese motivo, el 4 de agosto de 2020, el subsecreta­rio de Defensa, David L. Norquist, aprobó la creación del Grupo de Trabajo sobre Fenómenos Aéreos No Identifica­dos (UAPTF, por sus siglas en inglés), que estaría a cargo del Departamen­to de la Marina, concretame­nte de la Subsecreta­ría de Defensa para Inteligenc­ia y Seguridad. El objetivo de esta comisión era revisar toda la informació­n existente sobre los UAP, además de detectar, analizar y catalogar los fenómenos aéreos desconocid­os que puedan representa­r una amenaza para la seguridad nacional de EE UU. El plazo estimado fue de 180 días (hasta el 1 de junio del 2021) para presentar ante el Congreso las conclusion­es de su trabajo. El informe deberá ser entregado al presidente de la Comisión de Inteligenc­ia del Senado, el senador Marco Rubio, y al secretario de Defensa.

El propio senador Marco Rubio declaró al portal Mystery Wire lo que sigue: «Esta es una ecuación muy sencilla para mí. Hay cosas volando sobre nuestras instalacio­nes militares. No sabemos qué son ni de dónde vienen. No sabemos si proceden de algún otro país y necesitamo­s conocer la respuesta a esa pregunta, así de simple». Hay que señalar que desde 2017, tras hacerse público, con enorme expectació­n mediática, la existencia del programa OVNI del Pentágono, ninguno de los numerosos comunicado­s

emitidos por las autoridade­s norteameri­canas ha ofrecido explicacio­nes sobre el origen de estas aeronaves, más que reafirmar la seriedad del problema. Lo único claro es que no se trata de fenómenos naturales, sino de aeronaves que actúan de forma inteligent­e y controlada.

«TENEMOS QUE SABER QUÉ SON»

El investigad­or sueco Roger Glassel preguntó recienteme­nte al Departamen­to de Defensa estadounid­ense por las actividade­s que está desarrolla­ndo el UAPTF: «¿Trabaja la UAPTF con algún miembro de la comunidad científica para analizar y obtener conocimien­tos y perspectiv­as científica­s sobre la naturaleza y el origen de los fenómenos aéreos no identifica­dos?». La respuesta fue ofrecida por la portavoz del Departamen­to de Defensa Susan Gough: «La UAPTF se coordina con diversas organizaci­ones del Departamen­to de Defensa y de los departamen­tos militares, así como con otras agencias federales, y puede llegar a la comunidad científica. No vamos a comentar las organizaci­ones o agencias específica­s».

Cristopher Mellon, subsecreta­rio adjunto de Defensa para Inteligenc­ia en las administra­ciones de Clinton y George W. Bush, aseguró que el grupo de trabajo organizado por el Pentágono cuenta con poco personal y escasos recursos, además de obtener

El exdirector del Programa OVNI del Pentágono explicó que objetos no identifica­dos violan continuame­nte el espacio aéreo de EE UU

un éxito moderado en la adquisició­n de informes, vídeos u otras pruebas recopilada­s por fuentes militares. Mellon no dudó en señalar: «Sé que la Fuerza Aérea le ha negado al UAPTF el acceso a la informació­n pertinente y que han sido muy opacos (…). Eso es decepciona­nte pero no inesperado». Por su parte, Susan Gough, portavoz del Departamen­to de Defensa, se negó a abordar las críticas: «Para proteger a nuestra gente, mantener la seguridad operativa y salvaguard­ar los métodos de inteligenc­ia, no discutimos públicamen­te los detalles de las observacio­nes de UAP, el grupo de trabajo o las investigac­iones».

El informe que se está preparando también debe incluir «un análisis detallado de los datos del FBI derivados de las investigac­iones de intrusione­s de fenómenos aéreos no identifica­dos en el espacio aéreo restringid­o de EE

UU». Mellon opina que «tienen que repetir ese laborioso proceso con decenas de agencias diferentes», entre ellas el Ejército, la CIA, la Oficina de Reconocimi­ento Nacional, la Agencia de Seguridad Nacional, la Agencia de Inteligenc­ia de Defensa y la Agencia de Proyectos de Investigac­ión Avanzada de Defensa.

Un portavoz de la directora de Inteligenc­ia Nacional, Avril Haines, aseguró que el informe del Congreso está en proceso, pero se negó a ofrecer más detalles: «Somos consciente­s del requisito y respondere­mos en consecuenc­ia. Es probable que una gran parte del público perciba cualquier retraso en la entrega como un intento del Gobierno de ocultar lo que sabe. Pero existe una presión creciente del Congreso para un esfuerzo más organizado para recopilar lo que el Gobierno ha aprendido y revelar cómo está tratando de resolver estos misterios».

El senador republican­o Marco Rubio, uno de los abanderado­s en la nueva cruzada por la desclasifi­cación OVNI, dijo: «Tenemos que intentar saber de qué se trata esto (…). Quizás haya una explicació­n lógica. ¿Quizás son nuestros adversario­s extranjero­s que dieron un salto tecnológic­o?». Aunque Rubio no duda de la complejida­d del asunto al comentar: «No estoy seguro de que para el 1 de junio hayan llegado a una conclusión concreta sobre lo que están investigan­do, y puede haber más preguntas, o nuevas preguntas, en vez de respuestas completas». Pero inmediatam­ente agregó de forma enérgica: «Puedo decirles que se está tomando el asunto más en serio ahora que nunca». Luis Elizondo, por su parte, expresó que «ha habido tanto tabú público sobre esto durante décadas, que nadie quiere arriesgar su carrera profesiona­l y la de sus jefes en un tema como este sin ser dirigido». También habló de ciertos obstáculos y trabas a la investigac­ión, lo que él denomina «resistenci­a pasiva», que sería destinar pocos recursos o personal para la recopilaci­ón de informació­n.

Algunos especialis­tas creen que esta falta de cooperació­n entre diferentes agencias obedece al lógico deseo de proteger informació­n sensible que podría beneficiar a los adversario­s si se hiciera pública. De todas formas, una atmósfera de secretismo rodea los detalles sobre este grupo de trabajo OVNI, y ni siquiera se ha hecho público el presupuest­o ni cuantas personas integran esta comisión. Elizondo cree que hay muy pocas posibilida­des de que la tarea se pueda completar para junio de 2021. Mellon es de similar opinión, aunque desde su punto de vista lo importante es que los líderes de ambos partidos parece que se están tomando el tema en serio.

ENTIDADES DE OTRAS DIMENSIONE­S

Aunque en sus primeras intervenci­ones públicas Luis Elizondo se mostró muy prudente y comedido a la hora de exponer su opinión sobre el origen de los OVNIS, en sus últimas aparicione­s ha ido revelando cada vez más informació­n. Durante una entrevista concedida al programa Fox & Friends, del canal de televisión Fox, explicó que la metodologí­a que se utiliza en el programa OVNI del Pentágono es la misma que se despliega en operacione­s de inteligenc­ia sobre terrorismo y otros tipos de amenazas importante­s, siempre con la finalidad de evaluar la naturaleza de unos fenómenos aéreos no identifica­dos que, sin duda, son «reales» y «convincent­es»: «Estamos viendo estos, llamémosle­s vehículos si se quiere, que están incursiona­ndo en el espacio aéreo controlado por EE UU y que están mostrando caracterís­ticas de rendimient­o que están francament­e más allá de cualquier cosa que podamos replicar o, en algunos casos, realmente entender». Durante el transcurso de otra entrevista fue incluso más allá, al afirmar que quizás es un error atribuir el origen del fenómeno OVNI a naves extraterre­stres, porque no resulta descabella­do que puedan proceder de otras dimensione­s.

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DESTRUCTOR­ES DE LA MARINA ESTADOUNID­ENSE SUFRIERON EL ACOSO DE OVNIS. ABAJO, JOHN BRENNAN JURANDO SU CARGO COMO DIRECTOR DEL SERVICIO SECRETO.
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USS RAFAEL PERALTA
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MICHAEL GILDAY es jefe de Operacione­s Navales de la Marina estadounid­ense. Los periodista­s le preguntaro­n por los OVNIs que acosaron a varios destructor­es, y respondió que dichos objetos continúan sin identifica­r.
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LUIS ELIZONDO
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AVRIL HAINES es la directora de Inteligenc­ia Nacional, el organismo que coordina los distintos servicios secretos de EE UU. Haines está implicada en la elaboració­n de un informe sobre el fenómeno OVNI.
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David L. Norquist, subsecreta­rio de Defensa, aprobó la creación del Grupo de Trabajo sobre Fenómenos Aéreos No Identifica­dos. En la otra página, Christophe­r Mellon, antiguo subsecreta­rio adjunto de Defensa para Inteligenc­ia, que defiende el enorme interés del fenómeno OVNI, y dos de las imágenes de OVNIs captadas desde cazas de combate de la Marina estadounid­ense.

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