EL PERGAMINO DE PALOMARES
El hallazgo «providencial» de un dibujo de la espada en 1967 en los fondos del actual Museo de Santa Cruz, en Toledo, sirvió para alimentar la historia de que se iba a realizar una réplica de la Espada de san Pablo para regalársela a Franco. Se trataba de un pergamino, perteneciente al gabinete de curiosidades del cardenal Lorenzana, que fue realizado por el coleccionista y erudito Francisco de Santiago y Palomares a finales del siglo XVIII. Tiene unas dimensiones de 0,990 por 0,310 mm, y está compuesto por dos hojas de vitela cosidas a mano en las que está dibujado en color el Cuchillo, reproduciendo en una cara del pergamino el anverso y en la otra el reverso. Se indica en él que es una «figura a lo vivo» de la espada, o sea, escala 1:1. Es un dibujo del barroco avanzado, representando una especie de alfanje de 935 mm de largo total, cruz de 240 mm y midiendo 77 mm la anchura máxima de la hoja. Tiene el pomo lobulado, muy aplastado y casi circular; mango de hierro; lambrequín cubierto de seda encerada; cruz de sección rectangular con un trébol calado en cada extremo; hoja ancha y sin vaceos que aumenta a medida que se avanza hacia la punta. La hoja lleva tres taladros en la parte más ancha, de unos 3 mm de diámetro, formando un triángulo. Sobre una de sus caras lleva la inscripción, en letra gótica, CESARIS: NERONIS: -MVCRO (espada del césar Nerón) y un tosco grabado a martillo de un pájaro, con cola adragonada. Al reverso: QVO.S.PAVL9:TRVCAT9: CA –PITE FVIT: ERA: CVIII (que decapitó a San Pablo en el año 108 –del calendario romano, equivalente al 68 después de Cristo–).