LAS TRES «C»
LA INDUSTRIALIZACIÓN DE LA AGRICULTURA FACILITA LA DISPONIBILIDAD PERMANENTE DE CUALQUIER PRODUCTO DE LA HUERTA, PERO LOS EXPERTOS EN ALIMENTACIÓN Y VIDA SALUDABLE SIGUEN APOSTANDO POR EL PRODUCTO DE TEMPORADA. HABLAMOS DE UNA SALUDABLE TRIADA DE TONOS OCRES Y NARANJAS: DE CASTAÑAS, CAQUIS Y CALABAZAS.
En el mundo rico la tecnología permite que cualquier alimento vegetal esté disponible permanentemente, lo que sin duda satisface nuestros caprichos y paladar, pero también rompe, en opinión de los críticos, con ese equilibrio ancestral en el que la naturaleza, conforme a sus ciclos, nos proporciona lo que nuestro organismo necesita en cada estación.
Bajo ese prisma, el tránsito del otoño al invierno está gobernado por diferentes alimentos, entre ellos las verduras de hoja verde como las espinacas, acelgas y coles, y también por los naranjas y ocres de la halloweeniana calabaza, el dulce caqui y la todoterreno castaña.
VITAMINAS, MINERALES Y ENERGÍA VERDE
Calabaza: comencemos por la calabaza, de cuya versatilidad gastronómica nadie duda, pues podemos usarla cocida de formas diversas: en cremas y guisos variados, así como bajo la forma de snacks salados y postres de todo tipo. Existen diferentes variedades, siendo una de las hortalizas más digestivas que existen, con un valor calórico bajo y una destacada riqueza en vitaminas y minerales, aprovechándose también sus pipas o semillas, que además de ricas en vitaminas también lo son en minerales como el zinc, magnesio y fósforo. En las pipas encontramos mucho triptófano, que ayuda a combatir el insomnio y los síntomas depresivos. La pulpa es rica en las vitaminas antioxidantes C, E y betacarótenos, además de en potasio, hierro y fibra, de manera que viene genial para reforzar el sistema inmune, para un corazón sano, reducir la tensión arterial e inflamación y regular el peso.
Caqui: en el caqui encontramos una fruta deliciosa y jugosa originaria de China, que debe ser consumida bien madura para aprovechar su potencial y evitar el sabor astringente asociado a los taninos de su verdor. Es rica en azucares y agua, así como en fibra soluble, betacarótenos y vitamina C. Su contenido en manganeso, cobre, potasio, fósforo y magnesio aumentan su atractivo, recomendándose como antioxidante y protector ocular. Fresco, seco o en mermeladas, el caqui siempre sabe genial.
Castaña: en la castaña tenemos un fruto de temporada muy completo en nutrientes y resistente al paso del tiempo. Sus hidratos de carbono son de digestión lenta, por lo que es ideal como fuente de energía saciante. También aporta una buena cantidad de fibra y minerales como el potasio, magnesio y fósforo, así como pequeñas dosis de vitaminas del complejo B, junto con una buena cantidad de ácido vainílico, de propiedades antimicrobianas, antioxidantes y vermífugas. La podemos consumir tostada, guisada, confitada, etc.