QUE MIEDO DAIS
«La mayoría de los jóvenes, estudiantes de la ESO y universitarios en los primeros años, han sido captados por la criptosecta en parques que los alumnos frecuentan»
El mal se adapta con una facilidad y rapidez que sorprende. Eso sí, una vez que nos ha pillado desprevenidos. Y solemos ser conscientes cuando el remedio es difícil, o directamente no es posible. En el ámbito de las sectas, su capacidad de adaptación al medio es sobradamente conocida. Por eso resulta extraño que no se haya visto venir lo que, quizás con unas palabras muy rimbobantes, se han venido en denominar «criptosectas», que no son ni más ni menos que los mismos lobos de toda la vida pero con la piel llena de chips. Sea como fuere, el peligro es real, y como casi siempre están «pescando» en el caladero de la necesidad, del miedo, de la incomprensión y de la ambición; también de la búsqueda del éxito rápido, donde este tipo de colectivos, supuestamente contestatarios en lo relativo a los viejos y encorsetados formatos financieros, han abierto brecha gracias a glamurosos nuevos valores «fantasma» como el bitcoin. Un ejemplo: el pasado mes de marzo la policía detenía a ocho personas, responsables de una supuesta estafa piramidal, en la que se habían visto involucradas más de 3.000 personas y en la que, según fuentes policiales, se empleaban técnicas propias de las sectas destructivas. No en vano, un porcentaje de los captados, en su mayoría estudiantes de la ESO o universitarios en sus primeros años, eran «atrapados» en charlas que se daban en parques. Y se les prometía un futuro mejor que el de sus padres; y que alcanzarían el éxito con solo invertir 200 euros iniciales de cuota y 150 mensuales, que podían evitar si lograban atraer al grupo a otras tres personas más. Y todo esto con la dialéctica y puesta en escena propia de las sectas, con palabras de colores que a través de un altavoz suenan a gloria bendita para quien, ya en estado de euforia y completamente sometido al poder de la nueva secta, grita feliz por haber dado el paso adecuado y ser uno de los elegidos para el éxito… El asunto salió a la luz a raíz de la denuncia, como suele ocurrir, de la asociación de prevención contra las sectas RedUNE. Tal como descubren los compañeros del diario.es, con un adolescente llamado Quim como protagonista (estudiante de la ESO, 15 años), «a su corta edad su fondo era más bien escaso. Por eso, al poco de llegar a la escuela, tuvo que dejar de lado la formación en trading y dedicarse a aprender técnicas de network marketing para atraer a nuevos alumnos. “Pensé en dejar los estudios para dedicarme completamente a IM Academy”, dice este adolescente, que se desplazaba a diferentes ciudades a “parar a la gente por la calle” e intentar convencerlos». El adoctrinamiento, una vez conseguido el primer paso, se produce a golpe de podcast, despotricando contra la educación tradicional, erigiéndose como adalides de la libertad «que permite soñar». Y mientras esto llega, los muchachitos con ganas de prosperar se pegan horas y horas al día reclutando nuevos miembros. Pues eso, ante el adoctrinamiento, información. Y aún así, que miedo dais…