ATRAPADOS EN LAS CRIPTOSECTAS
La larga experiencia de Laura Merino en el abordaje de la delicada cuestión de las sectas coercitivas le ha llevado a considerar que tan importante es actuar sobre las familias del afectado como sobre el propio sujeto. Es más, en muchas ocasiones, únicamente la familia y amigos tienen en su mano la mejor manera de afrontar la cuestión y no se necesita de un psicólogo que intervenga sobre la víctima. Aunque para ello, dicho entorno debe estar muy bien informado y capacitarse para resolver el problema. Por lo tanto, «la manera de abordar a un adepto no es ir de una manera crítico-racional diciéndole que ‘estás en una estafa’, ‘estás en una secta’, ‘lo dicen todos los periódicos’… Hay que intentar entender que los chicos, por ejemplo en este caso de las criptosectas, han sido captados desde una vía emocional. Ellos están convencidos de que van a hacer ricos a sus familias», y cuando ellos lo consigan, recuperarán el amor perdido y desaparecerá el cuestionamiento de sus acciones que ahora suscitan en sus parientes.
Por lo tanto, la vía para tratar estos casos no es actuar sobre la inteligencia o la racionalidad del sujeto, dice Laura. «Si fuera una cuestión de inteligencia, nadie inteligente caería en una secta destructiva. Sin embargo, está cada vez más demostrado que la gente que hay dentro realmente es muy inteligente, porque además es lo que le es más útil a la secta. Entonces tenemos que entender que el abordaje es por la vía emocional». Ha sido esa la vía a través de la cual fue captado, «secuestrado les digo yo a las familias. Lo tienen dominado a través del miedo, la ilusión, la motivación… En una burbuja que realmente es mala, pero él no la vive ni la siente así». Para salir y abandonar ese grupo coercitivo, la persona debe adquirir su «propio criterio, su propia autonomía, ser asertiva, y eso debe ayudar a procurarlo poco a poco, con la familia por medio de un acompañamiento. Es un abordaje complicado, lento y difícil desde las familias, para que el sujeto afectado recupere su libertad mental y consiga decidir por sí mismo», pero hay formas muy contrastadas de conseguirlo, concluye la psicóloga.