EL LIBRO DE LOS VISHANTI

Uno de los objetos mágicos en torno a los que gravita el argumento de la película del Doctor Extraño que acaba de estrenarse es El libro de los Vishanti. Este tomo apareció por primera vez en la quinta aventura del héroe (Strange Tales, núm. 116), donde Stan Lee y Steve Ditko lo presentaban como un grimorio que contenía algunos de los conjuros más poderosos conocidos. Corría el otoño de 1963 y en las oficinas de Marvel comenzaron a recibir cartas en las que los lectores preguntaban quiénes eran esos Vishanti a los que Extraño también mencionaba cuando lanzaba algunos hechizos. «Vishanti» era una palabra como tantas otras de las que Stan Lee se inventaba cuando escribía tebeos. Había buscado algunas con una sonoridad especialmente exótica o misteriosa para aderezar la magia de su nuevo héroe, que invocaba «las bandas carmesí de Cyttorak» o «las lunas de Munnopor». Sin embargo, años después, otro guionista, Gardner Fox, iba a dotar de significado a la palabra, y los Vishanti terminaron por revelarse como una tríada de entidades casi divinas que prestan su favor al Hechicero Supremo. Si la resonancia esotérica de tres entidades que son una al mismo tiempo no fuese suficiente, los rasgos de los tres Vishanti tampoco dejarán indiferente a los lectores amantes de los temas que suelen tratarse en AÑO/ CERO: uno de ellos, Oshtur, formaba parte de una raza que habría sido creada en la Tierra en los primeros estadios de formación del planeta y uno de sus grandes enemigos habría sido Set; el segundo, Hoggoth, conocido como el Señor de las Legiones, no era otra cosa que la única deidad superviviente de un antiguo panteón adorado por razas extraterrestres; y el tercero, Agamotto, sería un hechicero ascendido que nació de una lágrima de la propia dama Oshtur.