LA LUZ DEL PORVENIR
Amalia fue nombrada la única vicepresidenta del
Primer Congreso Espiritista Internacional (Barcelona,
1888). Sin duda, un logro como feminista. Pero nada comparable a sus textos en el semanario espiritista La
Luz del Porvenir. Con esta publicación Amalia se convirtió en una de las grandes protagonistas del movimiento feminista catalán, puesto que en la revista escribían en su mayoría mujeres. A partir de la colaboración de periodistas y activistas españolas como Belén de Sárraga o Ángeles López de Ayala, junto con médiums internacionales, La Luz del Porvenir se erigió en un auténtico altavoz de reivindicaciones y enseñanzas feministas. El primer número salió a la calle el 22 de mayo de 1879, causando una enorme polémica. Un artículo de la propia Amalia, titulado La idea de Dios, despertó graves acusaciones que llevaron a que la revista tuviera que cambiar de nombre durante algunos números para superar la censura. Pese al interés de Amalia en mantener la revista, que estuvo vigente durante veinte años, no siempre gozó de buena salud. Durante épocas de enorme precariedad distintas sociedades espiritistas de Barcelona tuvieron que unirse, mediante suscripción popular, para mantenerla a flote. En mayo de 1900 dejó definitivamente de publicarse y se unió a la revista La Unión Espiritista, dando lugar a una nueva publicación: Luz y Unión. Sin embargo, no podemos olvidar su importancia como integradora de grandes mujeres en la lucha feminista. Como explica Amelina Correa Ramón, «La Luz del Porvenir resultará una publicación importantísima en cuanto a esa ya adelantada conexión entre espiritismo y feminismo, así como otros movimientos ideológicos muy avanzados y progresistas del momento. La revista muestra fundamentalmente una orientación deísta y anticlerical» en la que Amalia se movió durante toda su vida. es necesario haber estado dos años sin poder contestar una carta (por carecer de seis cuartos para un sello) para apreciar en todo lo que vale la comunicación de las ideas». Sin embargo, no fue hasta su llegada a Barcelona cuando verdaderamente sintió que había llegado al punto que pretendía en su vida. Una Barcelona revolucionaria, librepensadora, de continuo flujo de ideas, de ateneos… Un ambiente en el que verdaderamente se sentía cómoda, en contraste con el círculo espiritista madrileño, en donde estaba rodeada de hombres de clase alta, muy alejados de sus ideas e inquietudes.
«NACÍ DE NUEVO»
Fue gracias a la invitación de Luis Llach, presidente del Círculo Espiritista «La Buena Nueva», que pudo vivir de su trabajo y vincularse por completo al espiritismo en la ciudad condal. Allí vivió sus primeras experiencias de contacto con su madre, fallecida cuando ella contaba con trece años. Pese a que nunca la buscó directamente, esa experiencia con el más allá se convirtió en la prueba definitiva de que tenía que asumir su papel como divulgadora espiritista: «Renacieron en mí los más nobles propósitos. Me juré a mí misma ser útil a la Humanidad, comprendí todo lo que se puede conseguir con el trabajo y la buena voluntad. En resumen, nací de nuevo».
Y es en «La Buena Nueva» en donde «a través del perfeccionamiento del espíritu humano mediante las sucesivas reencarnaciones, y la comprensión de las faltas cometidas en vidas pasadas a través de la expiación en la encarnación presente, Amalia Domingo va a encontrar por fin esa verdad que llevaba tanto tiempo y por tantos caminos dis