EL ENIGMA DEL MERCURIO Y EL JADE
Hasta tiempos recientes no ha existido una evidencia científica de la nocividad del mercurio, perjudicial para el ser humano tanto por inhalación e ingestión, como por simple contacto. Eso explica que, antes del descubrimiento de sus peligros, fuera utilizado ampliamente por muchas civilizaciones. Y es precisamente en el uso de este metal noble donde volvemos a encontrar coincidencias entre las pirámides chinas y las que, al otro lado del mundo, se construían casi al mismo tiempo en lo que hoy es México. Lo más probable es que se emplearan para representar ríos y océanos. Pero, ¿del mismo modo en ambos lugares? Se nos antoja en exceso casual. Y cuando estamos a punto de aceptar una casualidad, aparece otra de igual magnitud: la presencia del jade. Se sabe que en China se lleva usando esta piedra desde hace milenios, considerando el jade verde como una piedra sagrada. «Casualmente», a lo largo y ancho de México vemos de nuevo el uso del jade en muchas construcciones, en los elementos ornamentales.
Es obvio que la ortodoxia negará cualquier atisbo de realidad en mi hipótesis, pero permítanme la licencia de lanzar mi idea, con el único objeto de que cada uno piense por sí mismo qué probabilidades hay de que sean realistas las ideas que planteo a continuación. Y es que parece que muchos se niegan a aceptar que algunas culturas pudieron interactuar mucho antes de lo que se presume y, aun a riesgo de que nadie lo crea, las capacidades de navegación de los antiguos podrían haber sido mucho más avanzadas de lo aceptado, con lo que fácilmente podría haberse producido un intercambio cultural entre diferentes civilizaciones. No cabe duda de que eso explicaría muchas de estas «casualidades».