EL ASPECTO DE KRISHNA Y JESÚS
Tanto en el Bhagavad Gita como en otros relatos, Krishna es descrito como un varón de gran altura, con ojos profundos y hermosos, piel canela, dientes de perfecta blancura y el pelo color negro azabache. La iconografía hindú suele retratarlo con la piel azul, dando a entender que su semblante resplandecía como el cielo limpio en un día despejado. Por otro lado, según la carta apócrifa del cónsul Publius Lentulus al Senado romano, Jesús sería igualmente: «De estatura alta, mas sin exceso. Gallardo. Su rostro venerable inspira amor y temor a los que le miran. Sus cabellos son de color avellana madura, y lasos, o sea, lisos, casi hasta las orejas. Pero desde estas se rizan un poco a la derecha y parecen muy resplandecientes. Los lleva sueltos y partidos en medio de la cabeza, según la costumbre de los nazarenos. La frente es llana y serena, sin la menor arruga en la cara, agraciada por un agradable tono sonrosado. En su nariz y boca no hay imperfección alguna. Tiene la barba poblada, mas no larga, partida igualmente en medio, del mismo color que el cabello y sin vello alguno en el resto del rostro. Su semblante es sencillo y grave. Los ojos son azules. Es terrible en el reprender, pero suave y amable en el amonestar. Jamás se le ha visto reír, pero llorar sí. La conformación de su cuerpo es sumamente perfecta. Sus brazos y manos son muy agradables a la vista. En su conversación es serio, aunque me parece que es el más singular y modesto de entre los hijos de los hombres». Al igual que Krishna, sabemos que, tras descender del monte de Tabor, la piel y el semblante de Jesús resplandecían en un tono blanco azulado.