LOS MISTERIOSOS ORÍGENES DEL BUDISMO
El budismo que se practica en el Tíbet tiene orígenes misteriosos y características muy particulares, que lo diferencian del resto de ramas del budismo. Parece ser una fusión de la tradición Bon y del budismo inicial de la India. ¿Qué es la tradición Bon? Es un conjunto de prácticas budistas que tienen un substrato chamánico cuya procedencia parece estar en tierras de Irán y Afganistán. En algún momento, el budismo de la India fue exportado hasta estas regiones. Allí se fusionó con antiguas costumbres procedentes de la religión persa y una tradición chamánica y animista nativa. Poco después, hacia el siglo II a. C., misioneros procedentes de estas zonas asiáticas penetraron en la región occidental de Tíbet, denominada Tazig, al oeste del reino de Zhang-zhung, y extendieron este budismo especial que traían con ellos. La tradición dice que el primer rey del Tíbet, Songsten Gampo (siglo VII d. C.), contrajo matrimonio con tres esposas: una de Nepal, otra de China y otra del reino de Zhang-zhung, a donde había arribado la corriente persa del budismo procedente del oeste. Cada una de las esposas aportó a la corte los escritos religiosos de sus propias tradiciones. Todas estas ramas del budismo convivieron durante un tiempo en aquellas tierras. El monarca Songsten Gampo nunca llegó a convertirse al budismo, pero respetó sus prácticas, pues cada vez más súbditos las seguían. Un ejemplo de esta mezcolanza de tradiciones chamánicas y budistas es el antiguo relato que nos cuenta cómo, en aquellos tiempos, se pensaba que el país estaba dominado por un gigantesco demonio femenino. Este yacía tumbado ocupando todo el territorio del Tíbet. El rey Songsten Gampo ordenó la construcción de templos budistas en lugares específicos que coincidían con los puntos clave del cuerpo del demonio, para así contener su furia con la potencia de la nueva religión incipiente.