GUERRA ISRAEL–HAMÁS
Un número significativo de cristianos evangélicos estadounidenses ve el conflicto entre Israel y Hamás como parte de una profecía bíblica, la Segunda Venida de Cristo, vinculando los acontecimientos actuales en Oriente Medio con interpretaciones de las Escrituras, lectura que parece tener cierto éxito entre los sectores más extremos del Partido Republicano. Así lo ve al menos en un reciente análisis de la situación Stephen Mihm, profesor de historia en la Universidad de Georgia. Mihm nos recuerda que desde hace siglos Israel viene siendo un elemento central en la escatología del cristianismo evangélico. Teólogos protestantes, especialmente aquellos con inclinaciones milenaristas, han venido interpretando pasajes específicos del Antiguo Testamento, como las profecías de Isaías, con la lectura de que el regreso de Cristo ocurriría una vez que el pueblo judío retorne a Palestina. Este pensamiento llevó a los llamados cristianos sionistas a abogar por el retorno de los judíos a Palestina, creando grupos de presión en sus respectivos países para que sus gobiernos se posicionaran a favor de dicha causa. Con la creación del estado moderno de Israel y su éxito en la Guerra de los Seis Días en 1967, se reforzó la creencia de que Israel es el «reloj de Dios», marcando el tiempo hasta el fin de los días. Según esta visión, eventos futuros incluirían la victoria final de Israel sobre sus enemigos y la reconstrucción del Templo de Jerusalén, seguido por la aparición del Anticristo y su dominio sobre Jerusalén, un período de tribulación de siete años y, finalmente, el regreso de Jesús. Ello lleva implícita la conversión de los judíos al cristiansimo. Para los evangélicos que interpretan los eventos actuales a través de las profecías bíblicas, la violencia en Oriente Medio es vista como un medio desagradable pero necesario hacia un fin: el fin del mundo tal como lo conocemos y el inicio de una nueva era de paz con el regreso de Cristo.