La maldición DE PELA
Inscrita en una plancha de plomo datada entre los siglos IV y III a.C., contiene una maldición o hechizo griego de amor. Se conocían como katadesmoi (defixiones en latín) y eran encantamientos escritos sobre material no perecedero (en este caso el plomo) enterrados en lugares secretos para garantizar su eficacia. La Tablilla de la Maldición de Pela fue encontrada en 1986 en Pella, una antigua ciudad que se encuentra en la llanura central de la región de Macedonia.
Se trata de un hechizo mágico o conjuro de amor escrito por una mujer (de nombre Dagina), cuyo amante Dionosifón (Dionysophon, que significa «la voz de Dioniso») está a punto de casarse con una tal Thetima o Tetima (cuyo significado es «la que honra a los dioses»).
Dagina invoca a «Maketón y a los espíritus» para que Dionosifón la tome a ella en matrimonio y no a Tetima, y a su vez para que jamás se case con otra mujer, a menos que ella misma recupere y desenvuelva el rollo. Reproducimos a continuación el texto:
«De [Teti]ma y Dionisofón la ceremonia y el matrimonio escribo en encantamiento, y de todas las otras
mu[je]res, tanto viudas como vírgenes, pero
especialmente de Tetima, y confío a Makrón y a
[los] espíritus, y (solo) cuando yo desentierre y vuelva a leer esto desenrollado,
[¿] que ella pueda casarse con Dionisifón, pero no antes, pues no quiero que tome a otra mujer sino a mí,
que [yo] envejezca con él, y ninguna otra. Vuestra suplicante [soy]:
Compadeceos de [¿Fil?]a, estimados espíritus, pues estoy ¿dagina? de todos los míos y estoy abandonada. Pero
guardad [esto] por mi bien para que estas cosas no pasen y la malvada Tetima perezca de mala manera.
[…] pero que yo me quede feliz y bendecida».
El amor y la posesión, asuntos eternos que a lo largo de los siglos han impulsado a hombres y mujeres a recurrir a todo tipo de sortilegios y maldiciones para la consecución y mantenimiento del ser amado.*