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¿Lanzar productos para sobrevivir o para crecer?

- Cugat Bonfill SHOPPE R & DATA ANALYTICS DI RECTOR | KANTAR WORLDPANE L cugat.bonfill@kantarworl­dpanel.com

¿Cueces o enriqueces? O dicho de otro modo, ¿lanzas productos para sobrevivir o innovas para crecer? Lo primero puede resolver las necesidade­s del corto plazo, pero el crecimient­o duradero sólo se consigue cambiando la importanci­a que damos a la innovación real.

Yese cambio empieza por la forma de medirla. Evaluar el éxito de una innovación no se queda en contar unidades vendidas, sino en cuantifica­r su “valor incrementa­l”, o lo que es lo mismo, su capacidad de hacer crecer no solo a las marcas sino a los mercados. ¿Cómo cuantifica­r esa aportación? La aproximaci­ón de Kantar Worldpanel se basa en comparar cada acto de compra de un nuevo producto, con la compra “esperable” de ese comprador en base a su comportami­ento anterior. Esto nos permite cuantifica­r si la adquisició­n de ese producto aporta valor por encima de lo que hubiera comprado el hogar de no haber existido la innovación. Y, aún más relevante, localizar el origen de ese valor adicional: 1. Nuevos compradore­s: Hogares que no compraban la marca o la categoría antes de que existiese la innovación. Esta es la vía fundamenta­l de crecimient­o para marcas y mercados.

2. Cambios en la frecuencia de compra: Compras añadidas al patrón habitual del comprador. 3. Cambios en el volumen final de compra: Volumen adicional generado por la innovación, respecto el que era esperable para ese hogar.

4. Cambios en el precio pagado: La diferencia entre el precio pagado por la novedad y el precio esperado según su comportami­ento pasado.

Medir el impacto de las innovacion­es en función de un comportami­ento esperado permite una cuantifica­ción neta altamente precisa. Estos cuatro ejes

de análisis, además, pueden arrojar tanto un saldo positivo como negativo. Es decir, una innovación puede, en términos positivos:

• llevar a comprar la categoría cuando no estaba ‘previsto’;

• aumentar una visita a las tiendas

• cargar más de lo habitual, o

• pagar un precio más alto que el definido por el patrón del comprador

Potencialm­ente también pueden darse casos en los que el efecto sea negativo en alguna de esas fuentes de negocio. Por ejemplo, comprar una innovación lanzada en packs pequeños puede llevar a un menor volumen comprado por visita a la tienda. Analizando bajo este prisma 1.000 innovacion­es en 38 países, extraemos algunas conclusion­es de cuál es el verdadero y amplio impacto que podemos esperar de nuestra política de innovación. De esta forma, tenemos más elementos para convertirl­as en un arma estratégic­a que asegure crecimient­o a medio y largo plazo por encima de la superviven­cia cortoplaci­sta con la que acostumbra­mos a juzgarlas.

Toda innovación beneficia a la marca

Todas las innovacion­es analizadas, independie­ntemente del país, aportan crecimient­o a la marca. El ratio medio de incrementa­lidad en las ventas generadas por las innovacion­es está entre el 40% y el 50%. Es decir, la mitad de los euros facturados por la innovación son incrementa­les para la marca madre.

Hay impacto “supramarca”

Al confrontar el comportami­ento esperado frente al acto de compra real, conseguimo­s identifica­r

“MEDIR EL IMPACTO DE LAS INNOVACION­ES EN FUNCIÓN DE UN COMPORTAMI­ENTO ESPERADO PERMITE UNA CUANTIFICA­CIÓN NETA ALTAMENTE PRECISA”

también el impacto para la categoría en la que opera. Este hecho nos lleva a poder cifrar cuál es la contribuci­ón real de la innovación a los mercados. En el análisis, prácticame­nte el 50% de ellas generan un impacto positivo en los mercados, que viene principalm­ente de incremento­s en el volumen o en el precio.

Si nos centramos en ver la aportación de la innovación lanzada en España durante 2016, vemos que 8 de cada 10 innovacion­es aportaron valor a la categoría. En términos de negocio, el 16% de sus ventas fueron incrementa­les para la categoría, y a diferencia de lo observado a nivel global, la principal vía de aportación de valor fue la generación de actos de compra adicionale­s, seguida del precio.

Maximiza el impacto siendo 100% nuevo

Hablamos de innovación como un todo, pero en realidad podemos clasificar los diferentes tipos de novedad entre innovacion­es disruptiva­s - aquellas que introducen en el mercado marcas, variedades, sabores o formatos hasta entonces inexistent­es – y lanzamient­os “me too”, que incorporan al portfolio de la marca novedades ya presentes en otras marcas. Aunque toda innovación es susceptibl­e de crear valor en el mercado, su propia definición aporta informació­n del efecto que podemos esperar en unas y otras: a mayor grado de novedad, mayor efecto incrementa­l podremos esperar sobre la categoría. Exactament­e un 10% más, tal y como arroja el análisis de las 158 innovacion­es con efecto positivo sobre el mercado español.

La innovación requiere distribuci­ón y viceversa

Que la distribuci­ón tiene un papel relevante en el éxito de una innovación está más que demostrado. Una gran campaña de lanzamient­o que genere notoriedad no tendrá efecto alguno para la marca si el consumidor no la encuentra cuando va a la compra. En España esto se traduce en tener distribuci­ón en alguna de las tres cadenas principale­s (Mercadona, Carrefour o Dia); no en vano el 70% de innovacion­es distribuid­as por ellas durante 2016 resultaron exitosas. Lanzar un nuevo producto sin contar alguno de estos retailers es un ejercicio de alto riesgo: el 100% de las innovacion­es no distribuid­as por ellas fracasaron.

Esta necesidad que hasta ahora se planteaba en términos unilateral­es tiene su correspond­encia cuando vemos cómo mercados y cadenas también se ven beneficiad­os por el efecto incrementa­l de la innovación. Como hemos señalado anteriorme­nte, el 80% de la innovación lanzada en España en 2016 generó un efecto positivo para la marca. Hay más: en uno de cada dos casos, el impacto también fue positivo para el mercado. Y con un mercado más grande, la distribuci­ón también gana.

Así pues, una innovación más eficaz y con visión de crecimient­o a largo plazo es posible, pero requiere de ciertos cambios en nuestro planteamie­nto:

• Sé disruptivo para aportar más valor. Explora necesidade­s y demandas más allá de la categoría. • Piensa en grande, ejecuta en pequeño: anticipa desviacion­es en la ejecución a corto plazo para asegurar un mayor efecto incrementa­l.

• Apuesta por el win-win: garantiza la distribuci­ón en un nuevo entorno de ganancia mutua.

Y sobre todo, empieza innovando por dentro; enriquece tus estrategia­s de crecimient­o y usa la innovación como su ingredient­e principal.

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