DE COLORES
El pasado mes de julio el Comité Europeo de las Regiones proponía la creación de un sistema europeo de etiquetado obligatorio basado en un código cromático, como parte de una propuesta más amplia recogida en un dictamen sobre "Incentivos locales y regionales para promover dietas saludables y sostenibles". Una petición que, de salir adelante, significaría que los fabricantes de alimentación y bebidas de la UE tendrían que colocar en sus envases colores para proporcionar información más clara sobre el contenido de azúcar, sal o grasas en los productos. Un enfoque que cambiaría radicalmente la situación actual.
La salud y el bienestar, conceptos estrechamente ligados a la nutrición, son factores en los que los consumidores se centran a la hora de optar entre productos; pero mientras la Comisión Europea ha hecho que el etiquetado nutricional del envase sea obligatorio para alimentos preenvasados, sin embargo el etiquetado nutricional de la parte frontal sigue siendo voluntario y su implementación es muy variada en función de cada país y marca.
El debate sobre normas que clarifiquen el etiquetado de los productos siempre ha estado presente, aunque ahora vuelve a reavivarse con fuerza. E, independientemente del eco que tengan las recomendaciones del
CDR ante los responsables del Consejo y el Parlamento Europeo, estas iniciativas reflejan un movimiento creciente por parte de los consumidores en favor de cambios que ayuden al cuidado de su salud y la prevención de enfermedades. Una demanda que, lejos de ser entendida como amenaza, puede transformarse en una oportunidad para las empresas que no se queden rezagadas y sepan ponerse al lado de los consumidores.
En esa línea, recientemente, Eroski ha propuesto a sus socios clientes mejorar su etiquetado añadiendo al actual “Semáforo”, presente en todos los envases de sus marcas propias, una clasificación global del producto en función de su calidad nutricional, dentro de una escala de cinco niveles cada uno con una letra y un color, de la “A” verde a la “E” roja. Este sistema, conocido como Nutri-Score y avalado por la comunidad técnica y científica internacional, se calcula atendiendo al contenido por 100 gramos de las calorías del producto, de los nutrientes beneficiosos para la salud y de los que se recomienda reducir... De ser avalada, Eroski podría tener los primeros envases con el nuevo etiquetado en sus tiendas a finales de este año.
Creemos que optar por un etiquetado nutricional en la parte frontal de los envases podría influir en un incremento de productos más saludables en las tiendas y aumentar de este modo el valor de la marca en la mente de los consumidores. Además, la salud copa una parte importante de los bulos en Internet; muchos de ellos relacionados con la alimentación, que generan gran alarma social. No olvidemos que los compradores tienen cada vez más información a su disposición y la capacidad de contrastarla en el momento de la compra a través de sus teléfonos; por lo que la transparencia en este sentido sería de ayuda también para frenar los comentarios malintencionados que se transforman en virales.
Adaptar las etiquetas nutricionales a modelos más intuitivos debería estar en la “hoja de ruta” común del sector alimentario y la distribución; que también debe ser capaz de encontrar el equilibrio entre la transparencia total y la garantía de información completa y clara para el consumidor. Sin duda una nueva oportunidad, que abordada con valentía, puede convertirse en una gran aliada para dar mayor valor a los productos.