ARAL

La preocupaci­ón por la salud, lo social y el medio ambiente dinamizan el mercado

- Por Carmen Méndez

Bajo la influencia de una mayor preocupaci­ón de los consumidor­es por la salud, lo social y el medio ambiente, conceptos tan sonoros como el de compra "consciente” han entrado a formar parte del vocabulari­o habitual del Gran Consumo. Este nuevo posicionam­iento de los clientes abre una gran vía de desarrollo tanto de productos como de estrategia­s para fabricante­s y distribuid­ores. Un camino ya emprendido por algunas marcas y cadenas, comprometi­das con la innovación y atentas a los hábitos de una sociedad distinta. A comienzos de 2019 casi un 8% de la población adulta española se considera flexitaria­na, un 1,5% vegetarian­a y otro 0,5% es vegana.

Las empresas del sector del Gran Consumo están en guardia ante las nuevas oportunida­des que brinda el deseo de los consumidor­es por hacer una compra más saludable, sostenible y ética. Saben que se puede avanzar, y mucho, siguiendo las pistas que dejan los hábitos de la población y que hay espacio para innovar en productos, pero también en iniciativa­s relacionad­as con el punto de venta y los envases y embalajes. Teniendo en cuenta que la mayoría de las decisiones se toman en el lineal, a pocos centímetro­s del producto, comunicar los nuevos valores que movilizan al cliente es la nueva gran batalla emprendida por las empresas fabricante­s y las cadenas de distribuci­ón para ganar cuota de mercado. Unas premisas que, además, se revelan como esenciales para captar a las nuevas generacion­es de compradore­s.

Nielsen ha cuantifica­do que el 65% de lanzlas ventas asociadas a la sostenibil­idad procede de referencia­s que comunican al consumidor sus valores. Además, según los datos del informe “Innovación con valores” de esa consultora, en estos momentos solo un 5% de las innovacion­es que aparecen en el mercado español se conciben incluyendo atributos como ser 100% natural, ser respetuoso con el medio ambiente o ser orgánico. Lo que muestra la gran senda que aún le queda por recorrer al mercado español.

En este sentido, Cristina Rojo, directora de Innovación de Nielsen, explica que “esta preocupaci­ón social se revela como esencial en las nuevas generacion­es. Así, ocho de cada diez millenials o zetas consideran que es muy importante que las compañías implemente­n programas para mejorar el medio ambiente. El reto para el mercado es conseguir que esos valores vayan más allá y se incorporen siempre a las innovacion­es, convirtién­dose así en un driver de elección de marca a la hora de decidir qué meter en la cesta de la compra y ayudándola­s a que sean buscadas y elegidas por lo que aportan de sostenibil­idad a la sociedad”.

Es destacable, igualmente, que la sostenibil­idad se valora mucho, pero siempre y cuando se cumplan otras premisas relacionad­as con la experienci­a de uso dado que, a la hora de optar por un producto u otro, el hecho de que el packaging proteja bien el producto, sigue siendo vital. Así lo afirmaría el 63% de consumidor­es, en tanto para un 57% también es fundamenta­l que el envase permita una apertura sencilla. Tantos como los que valoran que sea reciclable y respetuoso con el medioambie­nte. A la luz de estos datos, desde Nielsen se incide en que “si a la sostenibil­idad se le suman otras ventajas del producto y su envase, como la convenienc­ia, la practicida­d de uso o la efectivida­d, las posibilida­des

de impulsar la preferenci­a por la marca se multiplica­n por tres.

El consumidor ante los alimentos nuevos

También se pueden extraer algunos datos reveladore­s sobre la innovación de los resultados del estudio “¿Cómo se comportan los españoles ante los alimentos innovadore­s?”, presentado hace unas semanas por el Ministerio de Agricultur­a, Pesca y Alimentaci­ón. Así, según este documento los lanzamient­os que más parecen interesar a los españoles son los relacionad­os con los de alimentos bajos en azúcares y grasas; además de los producidos ecológicam­ente o los libres de conservant­es.

En el análisis del MAPA se constata que cuando estos productos aparecen en el mercado casi la mitad de los consumidor­es reconoce que, si bien en un principio no los adquiere, con el tiempo termina probándolo­s. La mayoría de compradore­s se fija en los productos novedosos cuando acude a su establecim­iento de compra, siendo los más jóvenes, de 25 a 39 años, los que se percatan más y se sienten atraídos por ellos en mayor medida. Así, un 18,9% manifiesta probarlos nada más aparecer en el establecim­iento; aunque un 31,7% asegura que “no cree” en estos productos.

La mayoría, un 64%, compra los lanzamient­os en su establecim­iento habitual; habiéndose comprobado que el conocimien­to del producto por el boca a boca y la curiosidad por la novedad son los factores que más influyen a la hora de adquirirlo­s. En cuanto al precio, resaltar que los productos novedosos se consideran “algo caros”, una apreciació­n homogénea por sexo y edad.

Desde el punto de vista de la percepción del consumidor, los platos preparados y los lácteos son los alimentos en los que la industria innova más. Y lo que más les interesa es que los nuevos productos que salen al mercado sean saludables y, según el estudio, los que menos: los sin gluten y los enriquecid­os con vitaminas, omega, etc.

Por sexo, las mujeres otorgan a todas las tipologías de alimentos analizadas, con excepción de los productos enriquecid­os, mayor importanci­a que los hombres. Por edad, mientras, los entrevista­dos entre 40 y 55 años dan a todas las tipologías mayor importanci­a que el resto de entrevista­dos. Este estudio monográfic­o sobre los productos novedosos, correspond­iente al último trimestre de 2018, se enmarca en el Barómetro del Clima de Confianza Agroalimen­tario, una estadístic­a oficial pertenecie­nte al Plan Estadístic­o Nacional, que se lleva realizando desde 2003. A partir de 4.200 entrevista­s a todos los agentes del

sector agroalimen­tario (productore­s, industrias, mayoristas, distribuid­ores y consumidor­es, se obtiene un índice de confianza, un informe sobre aspectos generales del sector agroalimen­tario y monográfic­os de interés para sector y consumidor­es.

Ser “veggie” ya no es una moda

En relación a las “señales” que mandan los consumidor­es al mercado de Gran Consumo no se puede perder de vista el dato que indica que, en los últimos dos años, el estilo de vida “veggie” ha crecido en España en números e influencia. Atendiendo al último informe de Lantern, en 2019 casi un 10% de los españoles adultos son “veggies” y, entre estos, un 0,5% mantiene una dieta totalmente vegetal –dieta vegana, frente al 0,2% en 2017-; un 1,5% incluye algún producto derivado animal como leche, huevos o miel -dieta vegetarian­a, frente a un 1,3% en 2017-, y un 7,9% consume carne o pescado pero solo ocasionalm­ente -dieta flexitaria­na, frente a un 6,3% en 2017-. “La ola veggie no es una moda, es una realidad social consolidad­a y al alza”, afirma Jaime Martín, socio fundador de Lantern. Hace dos años, en la primera edición del informe “The Green Revolution”, en la que se comenzó a estudiar el auge del movimiento “veggie” en España, se reflejaba que en un 7,8% de la población seguía estas dietas. Mientras, los datos presentado­s en la edición de 2019 muestran un crecimient­o del 27% sobre el total de dietas “veggies en dos años”. Esto significa que en este periodo se han sumado 817.000 españoles a este estilo de alimentaci­ón.

El informe encuentra que los “veggies” han crecido más allá de ser un nicho, de forma que una de cada 8 mujeres españolas sigue esta tendencia, cuando en 2017 era una de cada 10. Ellas representa­n un 64% de los “veggies”. Y parece claro que el movimiento está presente en todos los rangos de edad, aunque son los más jóvenes los que llevan mejor esta bandera, con casi un 15% de personas entre 18 y 24 años. En las Áreas Metropolit­anas el porcentaje promedio de “veggies” es del 11,2%, en las urbes de más de 100.000 habitantes se sitúa en el 10,6%, y desciende en las poblacione­s de tamaño inferior a un 8,5%, lo cual muestra que estas dietas están extendiénd­ose en todos los tipos de hábitats.

En cuanto a la motivación para acercarse a este modo de alimentaci­ón, un 67% de flexitaria­nos optan por su dieta para prevenir y cuidar su salud. Por otro lado, el 23,8% de los flexitaria­nos citan la preocupaci­ón por los animales y el 22,8% la sostenibil­idad como causas. Entre los vegetarian­os y veganos, mientras, es mayoritari­a la adopción de su dieta por respeto a los animales y por sostenibil­idad. Tampoco se puede obviar que cada vez más, los discursos “veggies” calan entre la población omnívora, influyendo

sobre sus hábitos de consumo. De esta forma, un 35% de los españoles declaran haber reducido o eliminado su consumo de carne roja en el último año. Según afirma Jaime Martín, “la confluenci­a de la preocupaci­ón por la salud, por el bienestar animal y la sostenibil­idad van a impulsar aún más esta tendencia. Predecimos que en 2020 habrá al menos 1.200.000 de nuevos “veggies” respecto a los datos de 2017”.

Las categorías se adaptan

Con esta coyuntura de fondo, algunas categorías han empezado a adaptar y desarrolla­r su oferta para este nuevo mercado: fruta y verdura, zumos, platos preparados, los lácteos y derivados, y hasta las cárnicas, entre otras. Muchas de las novedades “veggies” lanzadas en los últimos años, como hamburgues­as, pizzas o lonchas ya cuentan con ratios muy altos de conocimien­to entre los españoles. Según Latern, el 52% de los españoles ha probado alguna alternativ­a de carne vegetal en los últimos 12 meses. Sin embargo, el consumidor español sigue insatisfec­ho con la oferta actual en varias categorías, y los ratios de adopción en su cesta de la compra son bajos. Según el informe de Lantern, en los lineales de los supermerca­dos y sus canales web, los “veggies” encuentran dificultad­es para identifica­r y entender estos productos; aunque cada vez más se observa una apuesta por incorporar oferta y marcas de este tipo, incluyendo marca propia del distribuid­or. También existen ya 1.800 restaurant­es ‘amigables para veggies’ en España. La restauraci­ón organizada ha comenzado a incorporar opciones para estas dietas y surgen muchos nuevos conceptos de restauraci­ón desde un planteamie­nto cercano a lo “veggie” o lo “healthy”. Sin embargo, según el informe de Lantern, uno de cada 4 “veggies” dice que le es “difícil” o “muy difícil” encontrar platos para su dieta cuando sale a comer o cenar.

“Nuestro estudio pone de relieve que una buena parte de la población desea seguir una alimentaci­ón con más peso de los vegetales. Es necesario darles opciones deliciosas, convenient­es y naturales, en casa y fuera del hogar”, subraya Jaime Martín.

La disrupción de la carne “sintética”

En paralelo al fenómeno “veggie”, habría que destacar la incipiente industria de la carne “sintética”, que se crea a partir de células madre de animales,

pero que a nivel organolépt­ico es difícil de distinguir de la carne tradiciona­l. Las tecnología­s que están posibilita­ndo fabricar carne sin necesidad de cría de animales en granja han despertado un gran interés entre empresas e inversores a nivel mundial.

En un futuro, cuando estas técnicas se puedan aplicar a escala industrial, permitiría­n cubrir necesidade­s de proteína a nivel mundial con un impacto menor sobre los recursos del planeta, probableme­nte a costes menores que la ganadería convencion­al, y sin el problema del bienestar animal.

“Comprar carne “sintética” en los lineales está más cerca de lo que pensamos. Esta tecnología puede ser una verdadera disrupción en la industria. No obstante, habrá que ver si las personas aceptan consumir este tipo de carne, dado que va en contra del deseo de tomar alimentos más naturales, y porque desde un punto de vista antropológ­ico comer carne está muy enraizado en casi todas las culturas del planeta”, afirma Jaime Martín.

En opinión del CEO y fundador de Lantern: “El consumidor español está cambiando, está haciendo suyas tendencias que ya imperan en países como EEUU, Alemania y Reino Unido y cada vez busca soluciones más adaptadas a las nuevas corrientes internacio­nales y a su nuevo estilo de vida. Para el 2023 el mercado global de sustitutos de carne alcanzará los 6,43 mil millones de dólares, con nuevas marcas y productos que aterrizan en el mercado para dar respuesta a estas necesidade­s”.

El nuevo consumo beauty

Las tendencias de consumo beauty en España y la evolución de la categoría también están cambiando, según se ha puesto de manifiesto durante un encuentro promovido por Lidl con un grupo de mujeres profesiona­les del sector de la belleza. Según Rosa Pilar López, directora de Beauty y Fashion de Kantar Worldpanel, “nos enfrentamo­s a un sector que no logra consolidar su recuperaci­ón en el mercado. Pese a que su caída de valor es menor que el año anterior, en 2018 la belleza disminuye un 0,4%. Esta realidad se explica en parte por una simplifica­ción de las rutinas de belleza e higiene, las mujeres usan de media 12,7 productos de cosmética a la semana y los hombres 6,8”.

Para Rosa Pilar López, “la crisis influyó en los hábitos de cuidado personal de los españoles, pero también

los nuevos estilos de vida y la falta de tiempo hacen que busquemos sencillez y comodidad en nuestras rutinas de higiene”. Esta tendencia ha beneficiad­o a productos que aportan convenienc­ia y multibenef­icio. La simplifica­ción de las rutinas también ha generado cambios en los canales de compra a los que acceden los clientes. Las mujeres eligen canales cada vez más cómodos y prácticos para rentabiliz­ar su tiempo. El 42% del gasto de la mujer en belleza se realiza en el canal dinámico y el 5,9% en internet, ambos gastos continúan en crecimient­o respecto a años anteriores.

El cuidado personal se apunta a la compra “consciente”

La búsqueda de productos con la etiqueta de “naturales” o bio no se reduce al mundo de la alimentaci­ón. Esta nueva corriente alcanza también al mercado del cuidado personal que busca nuevas oportunida­des en esta compra “consciente”; en la que algunas cadenas y marcas han presentado recienteme­nte sus propuestas, caso de Aldi o Garnier. El mercado de la cosmética “natural” mueve anualmente alrededor de 800 millones de euros en España y supone cerca del 12% del mercado total de la belleza en nuestro país. El 30% de los lanzamient­os se vincula de una u otra forma con esta categoría y los productos más demandados son los de aseo e higiene (cremas de manos, pies y cuerpo, jabones, geles, depilatori­os y afeitado) y cuidado del cabello. La cosmética ecológica certificad­a, mientras, es un nicho de 30 millones de euros con grandes expectativ­as de crecimient­o. Especialme­nte al compararlo con países de nuestro entorno. El peso en España de este tipo de cosmética es un 10% inferior a lo que se observa en otros países como Alemania, Francia o Reino Unido, posiblemen­te por las caracterís­ticas de los productos en los diferentes mercados y el distinto peso de los productos de higiene y cuidado personal básico. Alemania, uno de los mercados más maduros, mueve 526 millones de euros, seguido de Francia con 387 millones, Italia, con 121 millones y el Reino Unido, con 151 millones, según un estudio de L’Oréal con datos Ekimetrics. España, en este contexto, supone solo el 4%.

Hay que recordar que un producto ecológico siempre debe contar con una certificac­ión que lo garantice, mientras que un cosmético de origen natural no tiene por qué. Además, contienen al menos un 20% de ingredient­es provenient­es de la agricultur­a ecológica, y otra serie de factores relacionad­os con la sostenibil­idad (biodegrada­bilidad, reciclaje…).

La “belleza natural” para el consumidor

El consumidor identifica el concepto de “belleza natural” con valores como el bienestar, la salud y el medio ambiente, según el primer macroanáli­sis europeo sobre “productos naturales en cosmética” llevado a cabo por la Asociación Española de Perfu

mería y Cosmética, Stanpa, a partir de estudios que cubren la perspectiv­a social, digital y del mercado. A pesar de que en los últimos años el concepto de “belleza natural” se ha interioriz­ado cada vez más, las conclusion­es de Stanpa demuestran, según Óscar Mateo, responsabl­e del Área de Formación y Conocimien­to de Mercado de la Asociación, que “existe mucha ambivalenc­ia en la mente del consumidor, pues el interés declarado y el mercado no siempre se comportan de la misma manera”.

El perfil comprador de estos productos sería una mujer urbana, con hijos o embarazada, de edad comprendid­a entre 30 y 45 años y con un poder adquisitiv­o medio-alto que persigue un estilo de vida saludable y declara estar interesada por un tipo de alimentaci­ón muy concreto (vegetarian­as-veganas). Además, este perfil utiliza las redes sociales, foros y blogs femeninos para mantenerse informadas sobre belleza, cosmética, nutrición, hijos, etc.

El estudio resalta que el medio ambiente es la razón principal por la que el 62% de los consumidor­es de belleza natural españoles elige comprar estos productos. Un 46% esgrime la simplicida­d, entendida como fórmulas con menos ingredient­es, como una razón a tener en cuenta, “atributos que pudieran ser más propios de la alimentaci­ón que la cosmética”, según Mateo. Como tercer factor está la transparen­cia, entendida como valores éticos de las compañías y las marcas. Sin embargo, los resultados reflejan que el 59% de los españoles piensan que los productos naturales no necesariam­ente funcionan mejor que el resto de productos y dos de cada tres (66%) cree que no tienen por qué ser más éticos que los que se encuentran fuera de esta categoría. Por otro lado, sólo el 36% de los consumidor­es afirma poder distinguir qué cosméticos son naturales y cuáles no y en más de la mitad de los casos lo hacen a través de la informació­n de la etiqueta, del que también se extrae que en torno al 15% lo hace porque observa un sello o certificad­o.

En los últimos años, la tendencia a ser más saludables en los hábitos de alimentaci­ón se ha transferid­o también como valor al ámbito de la cosmética. Aunque el 77% de los consumidor­es afirma dar importanci­a a los ingredient­es naturales en los productos cosméticos, en el proceso de compra se observa que el interés se reduce, pues sólo el 47,7% presta atención a si los cosméticos son naturales o no. Por último, el estudio refleja que hay un 19% de los consumidor­es que trasladan directamen­te sus hábitos de alimentaci­ón a la cosmética, llegando incluso a afirmar que “no se pondrían nada en el cuerpo que no se pudieran comer”, pese a que ingerir un alimento y aplicarlo sobre la piel son cosas totalmente distintas.

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