Hacia la democratización del consumo
En los últimos meses han aparecido en el sector gran consumo varias iniciativas que, más allá de su razón principal de ser, dejan entrever cómo las relaciones entre el trinomio marcas – retail – consumidor están cambiando de forma acelerada y todavía tienen más margen de transformación, abriendo un abanico grande de oportunidades para aquellos que sepan tomar bien el pulso de estas tendencias.
En este contexto, los retailers han sabido construirse en estos últimos 25 años una situación de predominancia clara en el mundo del gran consumo; han creado un espacio en el que toman la posición central de relación y contacto entre la industria y el consumidor. Estos dos actores, de forma muy resumida y simple, podemos decir que juegan dos papeles muy claros: por un lado, el consumidor ‘escoge’ con qué gama de productos, categorías y, especialmente, marcas cubre sus necesidades más primarias; por otro lado, las marcas y la industria satisfacen estas necesidades poniendo a disposición del consumidor un abanico de opciones de lo más variado. El punto de encuentro entre los dos actores ha sido uno mayoritariamente: la tienda.
Ésta ha sido la forma de darse la operativa en estas décadas pasadas, con todas las especificaciones y especificidades lógicas en función del sector (no es lo mismo un producto fresco que una lejía) o del modelo de retail (la propuesta de valor de un harddiscount no es la misma que la de un hipermercado o la de un colmado de alimentación).
Es en este punto, en el que el sector Retail ha desempeñado un papel como nexo de unión, cobran especial relevancia estas iniciativas que han ido surgiendo en los últimos tiempos. A modo de
ejemplo, describimos brevemente tres propuestas muy relevantes y significativas:
• Terrycacle Loop. En el pasado foro de Davos se hizo pública esta iniciativa, por la cual varias de las principales marcas de gran consumo en Reino Unido se asociaban con un operador logístico (UPS) para crear un modelo de economía circular, anclado en la reutilización de envases y la suscripción (los consumidores reciben directamente en casa sus productos habituales en envases reutilizables y de alta duración). En cuanto el producto se acaba, es el propio operador logístico quien recoge los envases, los higieniza y se reutilizan. Uno de los principales objetivos, sino el principal, es dar un paso más en el eje de la sostenibilidad.
• Las fronteras entre negocios se difuminan; por ejemplo, Glovo. La startup nacida en 2015, da un paso más en el negocio de los pedidos y entra de lleno en la entrega de productos de alimentación vendidos en supermercados. ‘Conectar’ a los consumidores con los productos, bajo la promesa de que todos los individuos puedan acceder a lo que necesitan en poco más de treinta minutos, es su prioridad. Esto lleva a que el negocio de ‘supermercados’ ya se haya convertido en la segunda unidad de negocio en términos de facturación para la compañía. En este caso, es el eje del convenience el que han aprovechado, ‘facilitando’ el acceso a cualquier producto en un gran número de ciudades en el mundo que sigue en aumento.
• Boom de los Asistentes de Voz; estos dispositivos podrían ser los aceleradores del ya creciente ritmo de ventas del canal e-commerce a nivel mundial. A día de hoy, existe un parque instalado de asistentes de voz de aproximadamente 100 millones en todo el mundo. La con