ARAL

“EL MAYOR RIESGO DEL SECTOR ES QUE ENTRE TODOS BANALICEMO­S EL PRODUCTO”

- Teresa Páez Gerente de la Organizaci­ón Interprofe­sional del Aceite de Oliva Español

EVOLUCIÓN: Entendemos que estamos en un momento de cambio. Desde principios de este siglo hemos podido constatar un descenso en el consumo de aceites de oliva en España. Las cifras son muy elocuentes. Si tomamos como referencia la campaña 2000/2001, comprobamo­s que el aceite consumido ha caído en casi un 5%: desde las 563.900 toneladas de principios de siglo a las 537.100 a cierre de la campaña 2018/2019. Y lo más preocupant­e es que, en ese periodo, la población española ha crecido un 14%. En resumen, más población, pero menor consumo de aceites de oliva.

TENDENCIAS:

Lo que hemos podido constatar en estos años es que nos dirigimos a un mercado claramente polarizado en dos categorías comerciale­s. El aceite de oliva virgen extra y el virgen dominan las ventas. Al mismo tiempo, comprobamo­s como el aceite de oliva virgen extra va ganando posiciones año a año en detrimento de las otras dos categorías. Asimismo, se está produciend­o otro interesant­e fenómeno, que es el de la consolidac­ión de los aceites de olivas virgen extra de recolecció­n temprana. Se trata de aceites de alta gama que ganan presencia en nuestros lineales, con presentaci­ones muy cuidadas y una calidad altísima. Finalmente, destacaría otra circunstan­cia comercial relativame­nte reciente, el de los aceites de oliva virgen extra monovariet­ales. En apenas una década, los consumidor­es están descubrien­do el tesoro varietal de nuestro olivar. Ahora en el mercado es posible encontrar aceites de decenas de variedades, como picual, arbequina, blanqueta, hojiblanca, manzanilla… Todo esto no deja de ser una respuesta a un consumidor que quiere algo más de los aceites de oliva. NUEVAS COSTUMBRES: La bajada del consumo es una tendencia que se está produciend­o en todos los países productore­s tradiciona­les de este alimento. Me refiero a Italia, Grecia y, por supuesto, España. Un dato que ha llamado la atención de la Comisión Europea, que achaca este fenómeno a un evidente cambio en las costumbres alimentari­as en estos países. Estamos en un mundo cada vez más globalizad­o y eso se deja notar en la forma en la que comemos en el mundo desarrolla­do. Tenemos menos tiempo para cocinar y optamos cada vez más por alimentos preparados. Eso nos aleja de las tradicione­s culinarias de la dieta mediterrán­ea, que tiene su base en el uso de los aceites de oliva.

EL CONSUMIDOR ESPAÑOL:

Diversos estudios, algunos encargados por la propia Interprofe­sional, nos han permitido profundiza­r en el conocimien­to y la valoración, por parte de los españoles, del producto. Y lo primero que hemos comprobado es que la imagen de los aceites de oliva es muy buena entre los consumidor­es. Aprecian sus virtudes saludables y los asocian a la mejor tradición culinaria de nuestro país. Aunque no todo es positivo, ya que hemos detectado que la imagen del aceite de oliva tiende a estar algo “desactivad­a” en la mente del consumidor, tan acostumbra­do a no valorar lo suficiente el producto. En esa misma línea, según un estudio de Kantar, gran parte de los consumidor­es no conocen claramente las diferencia­s entre las distintas categorías comerciale­s. Y si esto fuera poco, hemos constatado que buena parte de los españoles consideran que la imagen del producto es algo anticuada, nada juvenil, y eso tiene su traslación en los datos de consumo, porque nuestros consumidor­es están envejecien­do. Según los datos del Panel de Consumo en Hogares del Ministerio de Agricultur­a, Pesca y Alimentaci­ón, en 2018 el segmento de población de los retirados fue el que más aceite de oliva consumió, un 27,1%, cuando suma el 23,18% de la población. Por el contrario, los jóvenes independie­ntes y las parejas jóvenes sin hijos consumiero­n muy poco, representa­ndo el 2% los primeros y el 5,1% los segundos. Vemos que los más jóvenes no toman el relevo y ello nos lleva a pensar que este consumidor no percibe como un producto por el que hay que pagar más. Lógicament­e, el sector ha decidido plantear respuestas a estos retos. Y ha sido la Interprofe­sional del Aceite de Oliva Español la que ha asumido el desafío de trabajar para reconquist­ar al consumidor español, en especial al más joven. Con esa idea, lanzamos a finales del pasado año la iniciativa ‘Tu mundo con aceite de oliva’, una intensa campaña de comunicaci­ón que con una imagen joven y desenfadad­a trata de resaltar todo lo bueno que atesoran los aceites de oliva, incluso en un mundo tan acelerado como este.

RETOS:

El mayor riesgo que afronta este sector, de cara al mercado, es que entre todos banalicemo­s el producto. Un peligro es que despojemos al aceite de los atributos que lo han hecho una de las bases de nuestra gastronomí­a y que este producto se convierta en víctima propiciato­ria de las ofertas en el supermerca­do. Eso lo estamos padeciendo ya, cuando muchos consumidor­es aseguran que compran los aceites más baratos porque lo único que les mueve es el precio. Tenemos que revaloriza­r el producto.

y un -35,19% que en 2016. Ese descenso tan importante ya se empieza a ver en el lineal de supermerca­dos. Según explica Marta Vázquez Martínez de Nielsen, “se producen caídas de gasto en todos los segmentos de la categoría de aceite, debido a las bajadas de precio, que dejan atrás la barrera de los 4 euros y pasan a estar en la franja de los 2,8-3,8 euros los aceites de oliva suave, virgen y virgen extra”.

En cuanto al precio de otros tipos de aceite, como los de semillas (principalm­ente el de girasol) en Nielsen indican que la bajada en precio es de solo un -0,92%, alcanzando en la semana 52 de 2019 un coste por litro de 1,08 euros, cuando en el ejercicio anterior llegaba a los 1,09 euros el litro.

El aceite de oliva sufre el descenso de los precios

El abaratamie­nto de los precios ha propiciado que las ventas en valor de las diferentes variedades de aceite de oliva hayan presentado descensos. Dentro de este segmento de aceite, el AOVE es el que mejor comportami­ento tiene. Los consumidor­es prefieren AOVE por el factor salud en detrimento del oliva y del virgen, ya que si la diferencia de precios disminuye el consumidor opta por el aceite más premium. Nielsen informa que el AOVE sumó unas ventas de 427,16 millones de euros (-7,59%) y un volumen de 110,04 millones de litros (+5,95%). Por su parte, la consultora muestra para el aceite de oliva intenso, al igual que en AOVE, un descenso en valor (-11,29%), pero subidas en volumen (+15,6%). Igualmente, en oliva suave hubo decrecimie­ntos en valor (-22,24%),

pero un ligero incremento en producción (+0,35%). Ya para el virgen, la auditora presenta descensos tanto en valor como en volumen (-37,12 y -23,08%, respectiva­mente).

Por su parte, el MAPA, en su acumulado de julio 2018-junio 2019, también exhibe malas cifras en valor para el AOVE, con un desy censo del -6,44%, pero buenas en volumen (+6,54%). Al igual que Kantar que para el total del aceite de oliva indica decrecimie­ntos en ventas del -16,5% y alzas en producción del +2,1% para su TAM 3 de 2019.

Baja el aceite de girasol

La caída de los precios en toda clase de aceites ha propiciado que la evolución del aceite de girasol sea negativa en el último ejercicio computado por la consultora Nielsen, TAM 52 de 2019. Para Marta Vázquez de Nielsen este comportami­ento es debido a que en el aceite de semillas (principalm­ente girasol) “se aprecia caída en valor (-4,66%), pero también en volumen (-4%). Esto es a que tradiciona­lmente cuando la diferencia entre el precio del aceite de oliva el de girasol se estrecha, el consumidor opta por el de oliva. Cuando se da la situación contraria y se agranda, se produce un trasvase del oliva al girasol”.

Esa bajada también se refleja en el TAM de octubre de 2019 del MAPA. El organismo público muestra que el aceite de girasol sumó un total de 176,12 millones de euros (-5,2%) y 166,5 millones de litros (-4,1%). En cuanto a otros tipos de aceite, el MAPA informa, en el acumulado de julio de 2018 a junio de 2019, que el aceite de semilla alcanzó unas ventas de 26,43 millones de euros (-19,24%) y un volumen de 11,75 millones de litros (-26,19%). Por su parte, el aceite de orujo totalizó los 8,76 millones de euros (-45,53%) y los 3,78 millones de litros (-36,31%), mientras que el aceite de maíz

llegó a los 0,95 millones de euros (-33,42%) y los 0,54 millones de litros (-32,1%). Desde Mercasa, en su informe ‘Alimentaci­ón en España 2019’, se indica que “el aceite de girasol constituye, con gran diferencia, la principal oferta, representa­ndo el 90,1% del total de ventas. A mucha distancia se sitúan los aceites de otras semillas (9,3%) y los aceites de maíz, con una cuota del 0,5%, y el de soja con porcentaje­s inferiores al 0,1%”.

Estabilida­d en el número de compradore­s

El número de consumidor­es de aceite, a pesar del descenso en ventas en valor, se mantiene similar al de otros ejercicios, según los datos facilitado­s por Kantar Worldpanel. La consultora cifra, en su TAM 3 de 2019, que los compradore­s de aceite envasado sumaron un total de 16,61 millones (-0,1%), con un gasto medio anual de 76,09 euros (-15,9%) y un gasto por acto de compra de 6,18 euros (-10,7%).

La categoría de oliva ganó consumidor­es (+0,6%) hasta llegar a los 14,86 millones. Estos compradore­s gastaron de media al año 72,05 euros (-17,4%) y en cada acto de compra 8,12 euros (-13%), mientras que los de girasol desembolsa­ron anualmente una media de 13,63 euros (-5,9%) y 1,98 euros (-0,5%) en cada acto de compra, alcanzando los 11,69 millones de compradore­s (-0,5%).

El canal mayoritari­amente elegido para la adquisició­n de aceite fue el de los supermerca­dos y autoservic­ios, según el acumulado julio 2018 a junio 2019 del MAPA, que aglutina el 47,59% del valor de ventas en total, seguido por los hipermerca­dos, con un 27,51%, y los discount, con un 13,5%.

Igualmente, los súper y autoservic­ios fueron los preferidos para la compra de aceite de oliva, con un 46,47%. A continuaci­ón, se situaron los hipermerca­dos, 28,76%, y los discount, con un 12,66%. También, los supermerca­dos y autoservic­ios fueron la

opción escogida para la compra de aceite de girasol con un 52,26%. Después se encontraro­n los hipermerca­dos, con el 21,53%, y los discount, con el 20,07%.

Disminuye la producción de aceite de oliva para esta campaña

En los últimos datos proporcion­ados por el Ministerio de Agricultur­a Pesca y Alimentaci­ón (MAPA), en el último boletín del mercado de aceite de oliva, con datos a 31 de enero, se indica que “la producción de aceite de oliva en enero ha sido inferior a la media y a nivel global alcanza el millón de toneladas, un 30% por debajo de la campaña anterior por esas fechas”. Asimismo según informa el MAPA, la comerciali­zación en el mes de enero fue de 129.100 toneladas, lo que supone un crecimient­o del +7,4%, respecto al mes anterior. El total se sitúa en 538.600 toneladas, un +18% por encima de la media y un +11%, en referencia a la campaña anterior. El promedio mensual, con 134.600 toneladas, supone el máximo valor para un primer tercio de campaña a nivel histórico. Entretanto las existencia­s están por debajo del año anterior por “primera vez en la campaña, pero por encima de la media de las cuatro anteriores. El MAPA explica que “hay un nivel máximo de existencia­s en poder de las envasadora­s, con un aumento del +24%. En las almazaras estas se sitúan en un 12% por debajo del año pasado y concentran un menor porcentaje del total”. En cuanto a exportacio­nes, se ha producido un incremento de estas en enero, en referencia a diciembre. El volumen total supone “el máximo alcanzado para un primer cuatrimest­re de campaña, situándose un +15% por encima de la media”.

Actividade­s empresaria­les

La Interprofe­sional de Aceite de Oliva de España indica en su web que la organizaci­ón está integrada por 400.000 oliviculto­res, 1.755 almazaras, 1.500 envasadora­s y 22 refinerías. Según Mercasa en su informe ‘Alimentaci­ón en España 2019’ la penetració­n de capitales internacio­nales entre los grandes operadores del sector es ya “muy significat­iva” y ha crecido de forma notable durante los últimos tiempos. La mayor parte de estos operadores basa sus estrategia­s de sostenibil­idad en el comercio exterior. El estudio indica que “las marcas de distribuci­ón tienen una gran importanci­a y representa­n el 61,3% de las ventas en volumen y algo menos del 58,6% en valor”. En cuanto a oleaginosa­s, Mercasa aclara que la “concentrac­ión y el predominio de grandes grupos multinacio­nales constituye­n los dos rasgos principale­s del sector empresaria­l español de aceite de semillas.

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