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ESTILISMO: CHIARA DAL CANTO FOTOS: HELENIO BARBETTA/LIVING INSIDE TEXTO: ANA BASUALDO
Una construcción tradicional con estética contemporánea de la mano de Annalisa Mauri.
Annalisa Mauri propone en este chalet de madera y piedra una robusta construcción con sello tradicional, pero de valor ambiental y estética elegante y contemporánea.
LA CASA TEJE SU ESENCIA ALPINA CON EL CONFORT URBANO
EsEs fácil imaginar una escena idílica en esta casa y en este paisaje: noche de invierno, la chimenea crepitante, la pareja y sus dos hijas disfrutando de una velada apacible, delante del majestuoso Mont-Blanc. Iniciado por el estudio milanés Oikos, el proyecto fue asumido luego por la arquitecta Annalisa Mauri, que introdujo cambios a partir de un diseño capaz de “mimar” los interiores de manera íntima y refinada. En tres niveles se han distribuido la suite principal, tres habitaciones con baño, sala de estar y cocina, gimnasio con jacuzzi, bodega, sala de cine, sauna. El espacio doméstico evoluciona a través de una sucesión armoniosa de estancias unidas por el hilo común de la madera, las vigas vistas y el trasfondo montañoso. La raíz tradicional de la construcción no desdeña experimentos, como la pared recubierta de sal del Himalaya que dibuja un delicioso telón de fondo a la bañera de hidromasaje. El mobiliario se expresa en un lenguaje de elegancia susurrada, al margen de efectismos, otorgando protagonismo a los revestimientos de madera, a los tejidos suaves y al impactante paisaje montañoso. Son los personajes principales de esta obra alpina. ■
La lámpara de suspensión Crown, de Venicem, atrapa la mirada. Está realizada a medida con cristal de Murano. Sofá,
modelo Bend-Sofa, diseño de Patricia Urquiola para B&B Italia. Cojines, de Ivano Redaelli. Mesa de centro Mexique, de
Charlotte Perriand, editada por Cassina.
El mobiliario de cocina es un diseño de Annalisa Mauri realizado en roble oscuro por la carpintería ESSE81-Alessandro Sormani.
En el comedor, las sillas Motek, diseño de Luca Nichetto para Cassina. La lámpara es la Royal Chandelier, de Mario Nani para Viabizzuno.
Butacas Utrecht, diseño de Gerrit Rietveld, editadas por Cassina. La chimenea, de acero cortén, es una creación de Annalisa Mauri realizada por Fratelli Rusconi.
Diseños contemporáneos se combinan con hallazgos rústicos, como el banco con pies de cuernos de ciervo adquirido en Gattopardi Gallery, y crean un ambiente muy personal. En una de las imágenes, las niñas de la casa con los taburetes Meribel y Berger, de Charlotte Perriand, editados por Cassina.
Bajo el tejado a dos aguas, una zona abuhardillada protagonizada por la impresionante viguería de nogal. El suelo es de madera de roble envejecido, de Brondello Erminio. Butaca con reposapiés Louisiana, de Vico Magistretti para De Padova. Manta, de Ivano Redaelli.
En el baño, la bañera exenta Sabbia, con grifería de la colección Aboutwater; ambas, de Boffi. El lavamanos es antiguo, de piedra.
En el dormitorio principal, la cama Lucrezia-Erik, de Antonio Citterio para la colección Maxalto de B&B Italia. Ropa de
cama y cojines, de Ivano Redaelli. El aplique es de Viabizzuno. Sobre la pared, obra de Gualtiero Nativi.
La casa cuenta con una habitación para guardar todo el material y prepararse para la jornada de esquí. La arquitecta Annalisa Mauri ha diseñado los contenedores que han sido
realizados por Alessandro Sormani con madera de roble.