BUENA VIDA
LA INDUSTRIA DEL LUJO CONECTA CON LOS MILLENNIALS A TRAVÉS DE SUS SMARTPHONES. TODO, A UN CLIC.
Cada generación tiene sus propios gustos, que la definen y la fijan en imágenes que luego nutren archivos y tramas novelescas generadoras a su vez de series televisivas y sofisticados videojuegos. Cada generación construye su imaginario a través de los elementos que encuentra en su propio presente y define, entre otras cosas, su concepción de los espacios domésticos y su propia idea del lujo. La generación de los llamados millennials (nacidos en los años ochenta y noventa, y criados en la experiencia del mundo a través de la sucesión vertiginosa de artilugios tecnológicos) no ha sentido la inaccesibilidad de otras épocas en relación a los artículos de lujo. Libres del respeto
reverencial que inspiraban las marcas de moda de mayor calidad y coste, han propiciado que la propia industria se acerque a ellos a través del uso dúctil de los mecanismos digitales de difusión. El intercambio –el ciclo de oferta y demanda– y al revés ha dado resultados que combinan el prestigio acendrado de la elegancia con el pragmatismo de la moda urbana, con las resonancias vintage y con una sensibilidad cada vez más alerta respecto del medioambiente. Una generación que, también, manifiesta una clara preferencia por ese diseño (la ropa, los adornos, los coches) que mantiene fructíferos vínculos con las nuevas formas del arte.