USAR EN LUGAR DE POSEER
Aunque parezca imperceptible, el cambio en la forma que consumimos es un hecho imparable para el que las marcas ya se están preparando. Impulsada por la toma de conciencia por parte de las empresas de que ecología y economía van de la mano y por el cambio de actitud de las nuevas generaciones, la idea de consumo masivo está mutando. Quizá se antoje impensable la idea de amueblar el hogar con objetos de alquiler, pero compañías como el gigante Ikea ya están trabajando en esta línea. Una vía que ya lleva años desarrollándose en la industria de la automoción y que hace que los servicios de renting sean tan populares que en pocos años superarán en volumen de negocio a la venta tradicional. O los productos electrónicos y de bricolaje que próximamente dejarán de ser de propiedad individual para integrarse en un modelo de uso compartido. Todo gestionado por las tecnologías digitales y los sistemas de inteligencia artificial que ya están implantados en nuestro día a día, accesibles desde el móvil. Es un cambio profundo, que requiere de pasos lentos, pero firmes y en el que todos los sectores deben implicarse, tanto fabricantes como usuarios, aunque también necesita de sociólogos que entiendan la percepción de los usuarios y, por supuesto, de diseñadores que sepan proponer las mejores soluciones para una nueva realidad.