Un poco de historia
La utilización de materiales reciclados es algo tan antiguo
como los propios materiales en sí; lo moderno es especificar
el origen reciclado de los mismos. Tradicionalmente se han empleado materiales reciclados por una cuestión de economía, porque es más barato aprovechar algo que ya existe que obtenerlo desde recursos naturales sin transformar. Los forros polares, por ejemplo, se han fabricado siempre a partir
de las fibras obtenidas del reciclaje de botellas de plástico, pero hasta hace pocos años no se
etiquetaban como reciclados. O las tuberías de construcción,
que de manera normal contienen al menos un 40%
de material reciclado. Y no hablemos del hierro, un material que es imposible distinguir si es virgen o reciclado.
Pero podemos remontarnos a un pasado más lejano para descubrir cómo desde que se inventó el papel moderno los
traperos recogían las telas fuera de uso para reciclarlas en celulosa que formara parte del papel de uso normal, el cual era mucho más fácil de fabricar que a partir de la madera de
los árboles. Y siguiendo con la madera, se puede observar también el mismo origen de
los tableros aglomerados omnipresentes en el mobiliario de nuestros hogares, que nacen
de la unión de las virutas de maderas recuperadas de todo tipo de procesos y que gracias a
su versatilidad de diseño han logrado ser los protagonistas del mercado y el material que hace
la madera reciclable.