YO SOY EL REY DEL MAMBO
AN EXPLOSIVE THEATER AND MAMBO LEAGUE
Vivian Martínez Tabares
Un atractivo proyecto binacional, creado para la escena por artistas de Cuba y México, culminó con el estreno de Yo soy el rey del mambo, la obra del cubano Ulises Rodríguez Febles que dirigió Dana Stella Aguilar al frente del grupo mexicano Conjuro Teatro y los músicos matanceros de Atenas Brass Ensemble. La premier abrió diez presentaciones en la Isla —Matanzas, Sancti Spíritus, Cienfuegos y La Habana—, en el contexto del Coloquio Internacional por el centenario de Dámaso Pérez Prado, que Ulises armó con decisivo apoyo de las instituciones teatrales de su ciudad, donde naciera el genial músico.
Todo comenzó cuando el dramaturgo y la escritora y editora Yanira Marimón culminaron una investigación sobre el creador del mambo, y comprobaron —con el hallazgo de pruebas irrefutables: la certificación de nacimiento y la fe de bautismo— que su natalicio, de fecha imprecisa y polémica debido a que el músico cambiaba a menudo las fechas, había sido efectivamente en 1917. Ediciones Matanzas les publicó el libro Mambo, que rico e’, e’, e’.
A esas alturas ya Ulises estaba picado por la fiebre del mambo y comenzó a expandirla. Un diálogo con Israel Rodríguez, diseñador cubano residente en México, fue el puntillazo decisivo para emprender la escritura de la pieza, con la expectativa de que el grupo mexicano la representara con el excelente quinteto de su ciudad. Y ahí me involucró para que yo lo acompañara como asesora drama- túrgica, y me contagió del bacilo Pérez Prado, al punto que terminé presentando al Coloquio una reflexión sobre su indiscutible performatividad corporal y vocal.
El entusiasmo colectivo coronó la puesta. Dos semanas antes del estreno en Matanzas llegó la tropa, se integró a los músicos y pulieron un montaje en el que Gerardo Trejo Luna brilló como El Chaparrito, Cara de Foca, que fue capaz de poner a bailar al mundo con su ritmo contagioso y sus singulares sonidos guturales. El actor se lo apropió con esmero, acompañado de Fabiana Perzabal, Ernesto Álvarez, Héctor Hugo Peña, Omar Godínez —un carismático Benny Moré—, Julio Olivares y la colombiana Luz Marina Arcos. Emiliano González de León, mexicano formado en el Instituto Superior de Arte de La Habana, asumió la codirección musical con el líder del quinteto, Rodolfo Jorge Horta.
Los secretos del mambo y la discusión por su paternidad cruzados con la impronta del artista atraviesan la trama, y su pasión por las mujeres, siempre acompañado por alguna, que este montaje concreta con dos nombradas como piezas suyas: Patricia, una periodista inquisidora que termina conquistada, y María Cristina, una mamboleta siempre en función suya. Y la música, la sonoridad que estremece y hace mover los cuerpos. Teatro y mambo en una liga explosiva.
En abril, Yo soy el rey del mambo se verá en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, de la capital mexicana. Y el cubano volverá a brillar en el cuerpo y el ritmo de cultores de su legado.