Arte por Excelencias

HORACIO PAGANI Y SUS AUTOS SPORT PREMIUM

HORACIO PAGANI AND HIS PREMIUM SUPER SPORT CARS

- Willy Hierro Allen

¿ Cómo definir a este argentino de 63 años que ha dicho: «Leonardo Da Vinci me enseñó que arte y ciencia pueden ir de la mano»? Por un Pagani Zonda HP Barchetta —del que solo hizo tres— pagaron 15 millones de euros.

Casilda, pequeña ciudad de veintiséis mil habitantes en la provincia de Santa Fe, Argentina, es cuna de Horacio Pagani, quien nació en noviembre de 1955. Siempre soñó con fabricar automóvile­s, pero no cualquier automóvil, sino «el mejor y más lindo auto del mundo». Así le dijo a inicio de la década de los ochenta al ingeniero Giulio Alfieri, director de Lamborghin­i. Entonces tenía 26 años.

De padres panaderos, su madre era aficionada a la pintura, y probableme­nte de ahí le viene a Horacio su gen artístico. A los 12 años fabricaba maquetas de autos deportivos con madera de balsa y recortes de latas de chocolate. ¿Había decidido ya a qué se iba a dedicar? A los 13 años le dijo a su madre: «Voy a diseñar y construir mis automóvile­s».

A los 15 años construyó una motociclet­a con la que paseaba por Casilda. Luego se mudó a La Plata para estudiar Bellas Artes y, a la vez, cursar algunas materias de ingeniería. A los 23 años fabricó un auto Fórmula 2 que compitió en el equipo oficial de Renault.

Su mentor, Oreste Berta, famoso preparador de autos de carrera, lo llevó a conocer a Juan Manuel Fangio, entonces presidente de Mercedes-benz Argentina. Fangio escuchó sus proyectos y escribió cinco cartas para los principale­s fabricante­s de autos deportivos italianos.

Ferrari no le hizo caso, pero Lamborghin­i sí, y empezó de obrero de tercer nivel —«el de segundo nivel barría el piso», recordó después Pagani—. Al año siguiente era el responsabl­e de toda la parte de carrocería en la automotriz italiana. Por esa época comenzó a hacer pruebas con la fibra de carbono, material muy novedoso en esos tiempos. Pero requería una autoclave para darle calidad a las piezas.

En Lamborghin­i no querían comprar la autoclave y Pagani pidió un crédito, la compró y la llevó a su taller particular. Fangio le dijo que hiciera su auto propio y agregó: «Un proyecto tiene validez cuando uno deja de hablar de él y lo transforma en realidad». Así, en 1993, inició la construcci­ón del Pagani Zonda, que exhibió en el Salón de Ginebra (1999). Motor V12, biturbo, 6,0 litros, 790 CV, 380 km/h. Y empezó la leyenda.

Horacio Pagani es querido y admirado en su natal Casilda, a donde va cada año en uno de sus autos deportivos. En 2012 fundó una Escuela de Diseño en Santa Fe bajo los preceptos de Leonardo Da Vinci: arte y ciencia.

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain