Arte por Excelencias

CONGA, RUMBA, JAZZ VALE TODO EN EL JAZZ PLAZA EN SANTIAGO DE CUBA

- Redacción Excelencia­s

Qué es la conga sino esa explosión de energía que brota del cuero de los tambores y se eleva trasformad­a en toques de corneta china? La conga se vive en la calle: cantos, baile, sudor. Por eso no se podía creer. ¡La conga, la Conga de los Hoyos estará esta noche en el teatro Martí! La voz corrió por todos lados y allá fueron periodista­s, artistas, los niños, las abuelas. Todos elegantes a disfrutar la conga, la conga sin pies descalzos, sin chancletas, sin vaho humano.

Primero el maestro Arturo O’farrill y sus músicos cautivaron con la magia del jazz. «Muchos no lo notan, pero todos tenemos la misma raíz musical — había comentado en rueda de prensa esa mañana—, nosotros validamos el legado musical africano que nos une. Lo que da sentido a mi vida es mi familia, esa es la herencia africana, allí la vida es en familia y es donde aprendemos los valores y las guías para crear música y arte. El jazz, la rumba, la conga, todos tenemos el mismo origen». Y así se comprobó. Su piano insaciable, fuerte, seductor.

Arturo O’farrill es considerad­o una de las figuras más importante­s del panorama jazzístico mundial. Sus últimas produccion­es discográfi­cas confirman el compromiso de este músico con los problemas sociales de su tiempo: Familia: Tributo a Bebo Valdés y Chico O'farrill; Cuba: la conversaci­ón

continua y Fandango en la frontera son testimonio de que la primera misión de la música es crear puentes y destruir muros.

Para el piano en seco. El público aplaude efusivamen­te y de entre los aplausos surge un cantar fuerte, voces que confirman que ha llegado la rumba a Santiago. Bailan todos juntos, juntos como si fueran uno solo. ¡Los Muñequitos de Matanzas están en Santiago!

Fundada el 9 de octubre de 1952 en las márgenes del río Yumurí, es esta la agrupación de rumba más importante del país. «Si existe una ciudad en Cuba donde se ama la rumba esa es Santiago —dijo Diosdado Ramos Figurín, director de esta agrupación rumbera—, y siempre hemos recibido ese respeto. Es la primera vez que trabajamos oficialmen­te con la Conga de los Hoyos. Estamos emocionado­s. Somos dos agrupacion­es de mucha fuerza, y esa explosión se siente en el escenario».

Mientras cantan y bailan Los Muñequitos de Matanzas en el tabloncill­o del Teatro Martí reparo en que la rumba cubana está vinculada a la cultura africana, pero también posee algunos elementos caracterís­ticos de la cultura antillana y el flamenco español. Por todo eso, desde 2016 es considerad­a por la Unesco Patrimonio Cultural Inmaterial. Los cantos, los movimiento­s expresan un espíritu de resistenci­a y al mismo tiempo seducen por su gracia y sensualida­d.

¿Y la conga, cuándo sale la centenaria Conga de Los Hoyos? El espacio del escenario no permite que coincidan todos juntos y el público lo lamenta, pero ya llegan vestidos de blanco, con la bandera de Cuba en sus tambores. El público que sale a la calle a arrollar esta vez se estremece en el teatro. Se escuchan los saxofones del cuarteto de la Escuela Vocacional de Arte Esteban Salas y los tambores, saxofones, tambores, todos tocan las emblemátic­as congas. Tres temas son suficiente­s para que no paren los aplausos y con toques de tambor el maestro Arturo O’farrill recibe la banderola de la santiaguer­a Conga de los Hoyos de manos de su director.

Esa misma mañana Damián Busqueta, director musical de la Conga, había adelantado: «Vamos a hacer algo completame­nte diferente: haremos un danzón con los instrument­os de la Conga, tocaremos con un cuarteto de

saxofones y estrenarem­os tres temas de nuestra última producción discográfi­ca, La Conga de Cuba, que verá la luz próximamen­te».

En el escenario fue mucho más. Los temas Bodas de Oro, Oh, Cuba y Se formó la sai dejan al público efusivo. Todos se funden en la despedida final: Los Muñequitos de Matanzas, el maestro O’farrill y su grupo y el público. Todos de pie, porque es la conga, y la conga se baila, se respira, se siente. Poco a poco los músicos bajan del escenario, arrollan con los toques de la corneta china y salen a la calle, donde una marea humana los espera: conga, jazz, rumba. Es en las calles de Santiago de Cuba donde se sabe en verdad cuánto suena el Festival Internacio­nal Jazz Plaza.

«Luego de lo que hemos vivido esta noche, anunciamos la grabación de un próximo disco todos juntos, y seguro que vuelvo a Santiago», dice O’farrill ya en las afueras del Teatro Martí, donde la conga suena.

Todas las noches de esta semana han sonado a jazz, a rumba, a conga. «El jazz en Santiago de Cuba es un fenómeno cultural que se disfruta en las plazas y parques», comenta Albertico Lescay, quien se presentó con su proyecto Formas en la céntrica Plaza de Marte. «Es muy especial lo que sucede en esta ciudad con el género, casi inexplicab­le. Que se disfrute en las calles marca verdaderam­ente a los músicos».

Y como es en Santiago, la edición 34 del Festival Internacio­nal Jazz Plaza culminó en la Plaza Dolores. Volvieron a fundirse la conga, la rumba y el jazz para dejar pactado el próximo encuentro, en el que vale todo.

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 ??  ?? La Conga de los Hoyos con Arturo O'farril.
La Conga de los Hoyos con Arturo O'farril.
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Roberto Fonseca, director artístico del Jazz Plaza.

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