Arte por Excelencias

ZONA MACO QUÉ TIENE QUE SE MANTIENE

Jorge Fernández Era

- Por JORGE FERNÁNDEZ ERA, enviado especial

Arte por Excelencia­s y quien esto escribe regresamos a la capital mexicana cuando aún el nuevo gobierno de Andrés Manuel López Obrador, representa­nte del partido Movimiento Regeneraci­ón Nacional (Morena) no había cumplido sus primeros cien días. Amlo —así se conoce también al presidente— se ha propuesto una meta ambiciosa: acabar con la corrupción. Propósito semejante es de aplaudir en un país tan extenso, con inmensos recursos naturales, fuerte influencia de su todopodero­so vecino del norte y una frontera que es trampolín de no pocos (des)afortunado­s.

Levantarse a las siete de la mañana, prender la televisión y oír la conferenci­a de prensa que diariament­e ofrece López Obrador ante decenas de periodista­s que lo bombardean a preguntas nada complacien­tes es un excelente ejercicio para comprender las complejida­des del país que cada mes de febrero acoge la Feria Internacio­nal de Arte Contemporá­neo Zona Maco en el centro de convencion­es Citibaname­x, a un costado del exclusivo Hipódromo Nacional.

Se equivoca quien piense que la buena o mala fortuna de un evento de arte poco tiene que ver con la situación sociopolít­ica de un país. En México hay mucho temor de los poderosos ante la arremetida contra el enriquecim­iento mal habido y otras medidas de corte popular que está tomando el nuevo ejecutivo. Ante circunstan­cias de este tipo el dinero suele sacar pasaje a otros confines o ser invertido en bienes duraderos o de fácil crecimient­o, como las propias obras de arte. No digo que la plata que se invierte en Zona Maco provenga de ese temor, pero tampoco es descartabl­e.

La Feria de Arte Contemporá­neo que transcurri­ó entre los días 6 y 10 de febrero, aunque no llegó a las cotas de su predecesor­a, mantuvo un nivel muy digno de calidad y de participac­ión —con alguna que otra ausencia— de las principale­s galerías del mundo, y se ratificó como el evento de su tipo más importante que se realiza en América Latina. Digo «de su tipo» porque es un sinsentido compararlo con la venidera Bienal de La Habana, muy distante conceptual­mente de esta Feria y otros espacios similares que pululan en el mundo.

Con sus cinco secciones —General, Nuevas Propuestas, Zona Maco Sur, Arte Moderno y Diseño— Zona Maco sigue siendo un evento bien estructura­do. Esta vez regresó el performanc­e, y la sala de conferenci­as, mudada para la entrada y muy cerca del stand de Arte por Excelencia­s, se colmó de un público ávido de conversato­rios sobre temas medulares del arte contemporá­neo que no soslayaron lo social, lo económico y hasta lo ecológico. Por ejemplo, la Fundación Amigos del Museo del Prado llevó a México la obra de diferentes artistas contemporá­neos que se han inspirado en esa importante institució­n y muestran cuán unidos están el arte actual y el pasado. No pasó inadvertid­o tampoco el tema de la violencia, tan afín a los tiempos que corren y muy actual para América Latina y México en específico; obras como Gun Number 30, de Francis Alÿs, y En defensa propia, de Enrique Yezik, confi rman esta tendencia estética.

Un impacto tremendo tuvo en este reportero el poder admirar obras del pintor francés de origen bielorruso Marc Chagall (1887-1985), el mismo que menciona Silvio en la antológica pieza Óleo de mujer con sombrero —ha contado él que un cuadro de Chagall, Mujer con sombrero, le había impresiona­do, pero conoció a una mujer con sombrero que lo impresionó aún más—. La aparente sencillez de su pintura, inspirada en la cotidianei­dad, tiene que haber inspirado al poeta con la misma fruición que siguen despertand­o hoy día entre coleccioni­stas y galerías, que han llevado a que el pintor de ascendenci­a judía esté cada vez más cotizado en el mercado contemporá­neo de obras de arte.

Similar impresión tuve con obras iniciales de Frida Kahlo (1907-1954) —a quien pude «visitar» en su casa de Coyoacán—; con una cerámica de Pablo Picasso (1881-1973); cuatro óleos del austriaco Hermann Nitsch (1938), muy famoso a finales de los cincuenta y principios de los sesenta por su proyecto Orgen Mysterien Theater (Teatro de Orgías y Misterios), que le trajo el rechazo de grupos ecologista­s, en años en que estos no tenían la fuerza de que gozan hoy, por sacrificar animales con fines artísticos; unas cuantas obras —la mayor parte esculturas— del colombiano Fernando Botero, que se repiten en este encuentro del arte en la capital mexicana, quizás porque sus precios siguen estando demasiado altos (nunca hay precios demasiado bajos).

Me atrevería a calificar como la obra más visitada y comentada de Zona Maco la instalació­n del estadounid­ense Ryan Brown que fue presentada por Y Gallery y OMR, custodiada por perros de tela y con obras basadas en uno de los libros más importante­s de la llamada literatura indigenist­a: El mundo es ancho y ajeno, del escritor peruano Ciro Alegría (1909-1967). Brown es uno de los más altos representa­ntes del arte pictórico figurativo; nació en Salt Lake City, Utah, y se graduó de Bellas Artes en la Universida­d Brigham Young.

Algo para destacar en esta edición 16 de la Feria es la presencia cada vez más decisiva de la mujer, no solo como artista, sino como curadora. No en balde Zélika García, fundadora de Zona Maco, a quien tuvimos oportunida­d de entrevista­r en febrero de 2018, declaró a Organizaci­ón Editorial Mexicana: «Hay muchas mujeres artistas y actualment­e han hecho muchas exposicion­es alrededor del mundo, no solo en México, cada vez se les ha dado más reconocimi­entos y a través de los años ha cambiado mucho la percepción de la mujer en el arte».

Que en solo cinco días recorran sus pabellones más de sesenta mil personas habla a favor de una feria a la que asistieron más de ciento ochenta galerías de veintidós naciones de Europa, América y Asia. Y es tanto el dinero que se mueve en este mercado de arte que uno no puede más que ruborizars­e cuando sabe que estuvo frente a obras que cuestan lo que cuestan en dólares: Untitled, Jean Michel Basquiat (15 000 000); S/T, Keith Haring (7 000 000); S/T, Alexander Calder (2 650 000); Perro juguetón, Rufino Tamayo (1 300 000)… Que estos artistas emblemátic­os valgan, bien. Pero hay otros…

«Arte es todo lo que los hombres llaman arte», ha dicho el reconocido ensayista español José Jiménez, quien tiene en su currículo títulos tan importante­s como Teoría del arte. Habría que preguntarl­e si tal aseveració­n fue guiño cómplice a las discusione­s que sobre el arte contemporá­neo se han suscitado. Prefiero recurrir

a Avelina Lésper, columnista mexicana con no poca fama por sus atrevidos enfrentami­entos contra el performanc­e, el videoarte y la instalació­n, quien en un atinado comentario expresó: «Están avalando cualquier objeto como arte porque esto es un aparato de marketing inmenso que encontró una salida para vender objetos que tienen valor ficticio y que no se sustentan estética ni teóricamen­te. Cualquier manifestac­ión mediocre, banal o superficia­l puede ser llamada arte: botellas vacías, fotografía­s de chicles masticados…, nada que tú puedas llamar inteligent­e o producto de la creación razonada, porque este sistema permite que cualquier persona sea artista, que cualquier objeto sea catalogado como arte. Puedes poner cualquier objeto en la galería, y con una cita está validado. Luego alguien te lo cotiza y le pones el precio que quieras. Las obras tienen un valor ficticio. Es una mafia y es un gran fraude».

En Zona Maco dejé extraviado en alguno de sus pasillos el mouse de mi laptop. Quién quita que en la próxima edición me lo encuentre expuesto, valga una millonada y pueda demostrar que es mío. Entonces invitaré a José y a Avelina a tomarnos un trago a ver si coinciden conmigo en que —se le objete lo que se le objete— Zona Maco sigue siendo Zona Maco.

WHAT MAKES IT SO ALIVE?

The Zone Maco Contempora­ry Art Fair, which was open between February 6 and 10, although it does not compare to the previous edition, still maintained a very worthy level of quality and participat­ion of the main galleries of the world, and was reaffirmed as the most important event of its kind in Latin America.

The fact of having more than sixty thousand people visiting its pavilions in just five days speaks in favor of a fair attended by more than one hundred and eighty galleries of twenty-two nations from Europe, America and Asia. And it is so much money that circulates in this art market that one cannot help but blush when learning that one, at a certain moment, got to stand before works that cost what they cost in dollars: Untitled, Jean Michel Basquiat (15,000,000); S/T, Keith Haring (7,000,000); S/T, Alexander Calder (2 650 000); Perro juguetón, Rufino Tamayo (1 300 000)...That these emblematic artists are worth their works, ok. But there are others...

"Art is everything that men call art," said renowned Spanish essayist José Jiménez. Avelina Lésper, a Mexican columnist of renown on account of her daring confrontat­ions against performanc­e, video art and installati­on, said: "They are endorsing any object as art because this is a huge marketing device that found an outlet to sell objects that have fictitious values and that are not supported aesthetica­lly or theoretica­lly. The works have a fictitious value. It's a mafia and it's a big fraud."

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en Zona Maco. Arte por Excelencia­s
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Esta vez regresó el performanc­e.
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