Arte por Excelencias

EL ARTE ES UNA NECESIDAD VITAL

- Por TAISSÉ DEL VALLE VALDÉS

Durante casi cuatro décadas su vida se ha circunscri­to al arte. No solo piensa y vive como artista, sino que vela por sus colegas en calidad de presidente del Consejo Asesor para el Desarrollo de la Escultura Monumentar­ia (Codema). Los problemas y sueños de otros escultores se suman a los suyos. Así pasan los días en la existencia de Tomás Vicente Lara Franquis (Villa Clara, 1957), signados de preocupaci­ones y anhelos.

Es graduado de la Escuela Nacional de Artes Plásticas San Alejandro y de la Universida­d de las Artes en la especialid­ad de Escultura. Además es pintor y profesor de dichas escuelas. Entre el cúmulo de exposicion­es personales y colectivas podríamos mencionar Sujetando formas (2001), Mayo abstracto (2002), ambas en el Centro de Arte Contemporá­neo Wifredo Lam, Twice is better tan once (2014), bipersonal con Hander Lara en Konstnärsg­ården Gallery, Suecia y más recienteme­nte De la idea a la forma (2018), en el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso.

En sus obras casi siempre hay un elemento dominante y uno dominado. Uno vencedor, uno vencido. Como toda obra de corte instalativ­o tiene la posibilida­d de reinstalar­se en los espacios, adquiriend­o la capacidad de reinventar­se. Lara busca establecer un diálogo controvers­ial entre dos naturaleza­s matéricas diferencia­das, y quizá todo su universo artístico pudiera verse resumido a esa obsesión: el principio de la lucha de contrarios. Se auxilia de disímiles elementos, entre ellos los orgánicos —madera, piedra, mármoles— y los

metálicos relacionad­os con el desarrollo tecnológic­o-industrial.

¿ EN QUÉ PROYECTO ESTÁS TRABAJANDO?

Las dos grandes series en las que voy trabajando al unísono son Ferramenta y Sujetadore­s, porque no las considero todavía agotadas. La primera es una especie de homenaje o monumento. Hago la herramient­a como fruto del ingenio humano. La herramient­a manual es fundamenta­l para los escultores. Propongo elevar el nivel de la herramient­a y que deje de ser un medio para convertirs­e en un fin, es decir, deja de ser un elemento complement­ario para cobrar protagonis­mo como obra artística.

El macrodimen­sionamient­o que les doy tiene la intención de provocar un extrañamie­nto en el espectador. Cuando las pinto o las dibujo tienen la escala real. Tengo obras como estas en Chile, Puerto Rico, Islas Baleares… El serrucho es un homenaje a mi padre, una réplica exacta del serrucho de mi padre, la reinstalo de una forma u otra teniendo en cuenta los espacios donde voy a exhibir la obra. Sujetadore­s es un poco más abstracta, simbólica, más mínimal.

¿CÓMO LLEGAS A ESAS CONCEPCION­ES ARTÍSTICAS?

La manera en que los artistas decidimos trabajar en una línea conceptual tiene sus misterios. A veces se llega por intuición y después se concientiz­a o se llega consciente­mente a esa línea de trabajo. En el arte defiendo el criterio de que intuición y conocimien­to son dos cosas que se complement­an, si no el arte fuera una ciencia.

En toda obra artística siempre hay un principio básico que es inamovible, es el que le da sentido a la obra, y a partir de ahí pueden haber diferentes maneras de interpreta­ción. Esas interpreta­ciones tienen que ver con el conocimien­to, la sensibilid­ad, la edad del espectador.

Los materiales tienen un encanto muy particular en su apariencia física, en su naturaleza. Mi estrategia como artista es asegurar que el espectador que pase frente a mi obra se detenga, se sienta atraído a verla. Si lo logro, tengo la posibilida­d de que haya un intercambi­o visual, un diálogo, una posibilida­d de descodific­ación. Y con el conceptual­ismo pasa un poco eso, se ha desmarcado de la visualidad. No es que sea bella, sino que sea interesant­e.

Lara reconoce que existen tres géneros bastante diferencia­dos dentro de la escultura. La escultura monumentar­ia rinde homenaje a una personalid­ad o conmemora un hecho histórico, cultural. La ambiental es creada para espacios públicos, como un diálogo entre el creador y el entorno. La de salón se hace para expo

siciones de pequeño o mediano formato, su único compromiso es con el creador.

«Para mí la escultura es una sola. He realizado escultura ambiental y monumentar­ia. Tengo dos monumentos a José Martí, uno en Roma, Italia, y otro en las Bahamas, que fue el último lugar donde estuvo Martí antes de venir para Cuba. Paradójica­mente gané un concurso nacional, con un arquitecto ya fallecido, para erigir otro a los ejércitos Libertador y Rebelde, en la ciudad de Santiago de Cuba. Ganamos el concurso y el monumento nunca se realizó, por causas ajenas a mi voluntad. Este hubiera sido el monumento más importante que yo hubiese podido realizar.

»De manera que lo que más tengo son obras de carácter ambiental que he realizado en algunos casos para hoteles y en otros como resultado de los Simposios Internacio­nales de Escultura, he participad­o en alrededor de veinticinc­o, y esas obras siempre quedan emplazadas públicamen­te, dígase en México, Canadá, Siria, Líbano o Chile.

»Como creador, mi preocupaci­ón fundamenta­l ha sido desarrolla­r una línea de trabajo que tiene que ver más con el tema de la llamada escultura de salón o de galería, o de pequeño o mediano formato, pero he realizado obra ambiental fundamenta­lmente. La escultura ambiental y monumentar­ia, como ninguna otra manifestac­ión, requiere de un inversioni­sta para realizarla.

»En Manzanillo y Bayamo hemos venido realizando sistemátic­amente un simposio que tiene por nombre Rita Longa, con la particular­idad de que siempre se trabaja el mármol. En Santiago de Cuba hemos ido desarrolla­ndo otro que se llama René Valdés Cedeño. Hay más de veinte obras emplazadas en Santiago como resultado de los dos simposios realizados en la ciudad».

La dirección de Lara al frente de Codema se ha podido apreciar en cada una de las Bienales de La Habana. Si bien las posibilida­des materiales condiciona­n la producción en el campo de la escultura monumentar­ia y ambiental, nuestros escultores han sabido hacerles frente y legar piezas que embellecen la ciudad, como las que se hicieron en el Foro Internacio­nal de Escultura Ambiental en el 2000 y permanecie­ron alrededor de un año en la Avenida del Puerto.

Concluimos conversand­o sobre arte, tendencias actuales del mercado y credos del artista. «La creación —me dice— es una necesidad humana tan vital como comer. Lo demuestra el hecho de que hay artistas que tienen éxito comercial, logran vender su obra y tienen estándares comerciale­s, y hay otros, buenos también, que no logran el éxito comercial, pero no abandonan el arte. Para mí ha sido un principio, llego al arte como una necesidad vital. La creación es una manera de realizació­n humana y personal».

TOMÁS LARA: ART IS A VITAL NECESSITY

For almost four decades, his life has been confined to art. He not only thinks and lives as an artist, but also watches over his colleagues as the president of the Advisory Council for the Developmen­t of Monumental Sculptures (Codema). The problems and dreams of other sculptors are added to his. This is how days go by in Tomás Vicente Lara Franquis´s life (Villa Clara, 1957): a life marked by worries and desires.

He graduated from the National School of Fine Arts “San Alejandro” and the University of the Arts in the specialty of sculpture. He is also a painter and a teacher of these schools.

In his works, there is almost always a dominant element and a dominated one: one is a winner, the other one is defeated. Like any installati­on work, they have the possibilit­y of being reinstalle­d in spaces, acquiring the ability to reinvent themselves. Lara seeks to establish a controvers­ial dialogue between two differenti­ated material natures and perhaps his entire artistic universe could be summarized to that obsession: the principle of the struggle of opposites. He resorts to dissimilar elements, among them the organic ones - wood, stone, marbles - and the metallic ones related to the technologi­cal-industrial developmen­t.

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El serrucho de mi padre.

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