Arte por Excelencias

TRAS EL MURO, BAJO LA FRONTERA

- Por JORGE FERNÁNDEZ ERA «He tratado de arriesgarm­e, de hacerlo de la forma más sublime».

N o menciona para nada el récord Guinnes que se le quiere endosar a esa monumental obra de dieciocho mil metros cuadrados que ha fomentado en la frontera de México y Estados Unidos. Y es que el artista mexicano Enrique Chiu (Guadalajar­a, 1981) sabe que lo más importante de ese emprendimi­ento artístico ha sido el poder unir a creadores de ambos lados de la frontera para que pinten en Tijuana, Baja California, un Mural de la hermandad con historias que aluden al drama de miles de latinoamer­icanos que cada año intentan cruzar hacia Estados Unidos en busca de un futuro menos incierto.

Ha viajado a Cuba por primera vez. Lo tengo frente a mí en el patio de la Casa del Benemérito Benito Juárez, en pleno corazón del Centro Histórico de La Habana Vieja, para que cuente a Arte por Excelencia­s sobre las claves de su estancia entre nosotros y el proyecto que ha sido seguido con entusiasmo por los que ya lo califican como «un mensaje de resistenci­a y esperanza».

«Mi participac­ión en la Bienal de La Habana ha sido indirecta —me dice—. Vine a Cuba con una exposición fotográfic­o-documental exhibida acá, en la Casa Benito Juárez, sobre el exilio de León Trotsky en México y en torno también a la casa donde residió, que es el actual museo sobre su vida y su obra, en el que laboro actualment­e. He hecho contactos con varios artistas cubanos, sobre todo con Víctor Mora, quien me ha abierto las puertas de su Galería del Papel para hacer un mural allí. Con Julio Peña laboré en el Taller Experiment­al de Gráfica de la Plaza de la Catedral. Algunos amigos míos que

viven en Los Ángeles vinieron a La Habana desde comienzos del evento para hacer un documental fotográfic­o. Se han abierto muchas posibilida­des y proyectos para que yo regrese».

La prensa ha destacado que el proyecto Mural de la hermandad está dirigido a protestar contra el muro que el actual inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump, pretende construir en la frontera común con México, y es una denuncia también a propósito de las políticas migratoria­s que el presidente norteameri­cano impulsa. «El Mural de la hermandad es un proyecto que aún estamos trabajando, comenzamos el 1ro. de diciembre de 2016, con artistas, amigos y otras personas que se fueron acercando. Iban a ser cien metros lineales del muro fronterizo, contiguo a la playa de Tijuana. El plan era poder pintar los dos lados y que se hablara de paz, de hermandad entre las dos naciones. Nadie creía en el proyecto; me tocó desembolsa­r todo el dinero inicial. Se enteró una asociación latina de televisión y radio, me hizo una entrevista que convirtió en documental, y este se hizo viral, llegó a medio millón de visitas en dos días. De repente comenzó a venir gente de todo el mundo. El primer día éramos cinco, en el segundo la cifra era de cincuenta, y ya en el cuarto día llegábamos a doscientas personas pintando el muro. Los había de Los Ángeles, San Diego, Nueva York, China, Nueva Zelanda, de todas partes del mundo. Trump había dicho que México pagaría por el muro, de cierto modo era una publicidad que nos daba. Aquello se convirtió en un movimiento social muy importante. Los principale­s periódicos mexicanos nos dieron cobertura y hasta la propia Secretaría de Cultura del gobierno de entonces declaró que éramos el movimiento cultural más importante del norte del país. Por allí han pasado alrededor de tres mil seteciento­s cincuenta artistas, incluidos cubanos. Estuvimos dieciséis meses pintando más de dos kilómetros. Recibimos incluso la visita de la Orquesta Sinfónica de Alemania, que tocó y pintó junto a nosotros». A una pregunta nuestra sobre lo trascenden­te o intrascend­ente del arte contestó Chiu: «Cada uno busca una historia en la vida, algunos dejan pasar las oportunida­des de hacer lo que soñaron. He tratado de arriesgarm­e, de hacerlo de la forma más sublime. El arte es una forma de comunicaci­ón, y este proyecto que hemos fomentado será trascenden­te desde el momento en que le está comunicand­o al mundo un llamado a la paz, la unión y la hermandad».

BEHIND THE WALL, UNDER THE BORDER

He does not mention at all the possible Guinness record for that monumental work of eighteen thousand square meters that he has fostered, on the border between Mexico and the United States. And the fact is that Mexican artist Enrique Chiu (Guadalajar­a, 1981) knows that the most important thing of this artistic endeavor has been to unite creators from both sides of the border to paint in Tijuana, Baja California, a “Mural de la Hermandad” (Mural of the Brotherhoo­d) with stories that allude to the drama of thousands of Latin Americans who every year try to cross over to the United States in search of a less uncertain future.

He has traveled to Cuba for the first time. He is right before me in the courtyard of “Casa del Benemérito Benito Juarez,” in the heart of the Historic Center of Old Havana, to tell “Arte por Excelencia­s” about the reasons for his presence among us and the project that has been followed with enthusiasm by those who already qualify it as "a message of resistance and hope".

The media has stressed that the “Mural de la hermandad” project is aimed at protesting against the wall that the current president of the White House, Donald Trump, plans to build on the common border with Mexico. And it is also a complaint about the migration policies that the American president promotes.

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