Alejandro Falcón: vivo para la música
Aveces piensa que quisiera tener una vida más simple: jugar a la pelota o ir a la playa cada vez que quiera… Pero al instante recapacita, porque su vida es la música, desde que a los 13 años se interesó por el piano y su pasión por el instrumento lo llevó a ingresar a la Escuela Nacional de Arte.
Alejandro Falcón vive para la música y, por suerte, de ella vive. Aunque estudió también guitarra, es en el instrumento de percusión que toca todos los días, en el que encuentra lo que necesita para ser feliz. Desde sus teclas ha acompañado magistralmente a Omara Portuondo, Beatriz Márquez, Miriam Ramos y otras importantes figuras de la escena musical cubana, o a los foráneos Danny Rivera y María del Mar Bonet. No es cosa fácil, cada género tiene su estilo, cada cantante también, y crecer en ese sentido requiere de entrenamiento y dedicación.
Antes de iniciar su camino en solitario con su agrupación Cubadentro una década atrás, Falcón integró la Élite, de Paulito FG; Otra Visión, de Orlando Valle (Maraca), entre otras. Con facilidad y soltura transita desde la timba hasta el jazz, pero confiesa tras bambalinas que no puede dejar de componer música sinfónica. Muchas de sus piezas se han interpretado por Ruy López-nussa y La Academia, Cuerdas Habana, Aires de Concierto y Cuarteto Café, además de la Orquesta Sinfónica Na
cional, la del Lyceum Mozartiano de La Habana y la de Cámara de La Habana.
Su primer fonograma, Claroscuro, obtuvo Premio Cubadisco en 2013 en la categoría de Ópera Prima. El segundo, Cuba
Now Danzón, fue el más nominado en la edición del 2015 y ganó el Premio en Música Instrumental y en Grabación. Luego Mi
monte espiritual tuvo dos nominaciones al Cubadisco 2018 en Diseño y Música Instrumental. El más reciente, su cuarto álbum, es Vidas cruzadas, con los temas de la banda sonora de la telenovela homónima.
La lista de discos en los que ha colaborado es vasta. Pudiera mencionarse dos que ha grabado como artista invitado: Lecuona Jojazz (2013), junto a los pianistas Rolando Luna, Alejandro Meroño y Jorge Luis Pacheco, y el álbum Alejandro Falcón y la Charanga Rubalcaba (2017), en homenaje al maestro Guillermo Rubalcaba.
Le interesa contribuir a la enseñanza de la nueva generación de músicos del país. Para ello, escribió el libro Danzando entre puentes, cuyo título es el mismo de un danzón que le regaló a su Matanzas natal en su primer álbum. Dividido en los capítulos «Pequeñas obras para piano», «Obras libres», «Danzones con tumbao» y «Estudios de contradanzas», se emplea en las aulas en diferentes provincias, y en Argentina, España, República Dominicana, Alemania, Costa Rica y Estados Unidos.
Falcón ha participado en prestigosos festivales internacionales en Canadá, Finlandia, Francia, Colombia, México, Egipto, España, Alemania y Argentina, entre otros certámenes. Ha compartido en escenarios cubanos con figuras relevantes de la escena mundial. En Francia estuvo, del 3 al 7 de julio, en el Barrière Enghien Jazz Festival, junto a Chick Corea, Maceo Parker, Kool&the Gang, Rickie Lee Jones y Charlie Winston.
ALEJANDRO FALCÓN: I LIVE FOR MUSIC
Alejandro Falcón lives for music and, luckily, lives from it too. Although he also studied guitar, it is in the percussion instrument he plays every day, in which he finds what he needs to be happy. From his keys, he has masterfully accompanied Omara Portuondo, Beatriz Márquez, Miriam Ramos. It is not easy: each genre has its style, and so does each singer, and to grow in that sense requires training and dedication.
Before starting his solitary path with his Cuban group “Cubadentro” a decade ago, Falcón joined the “Elite,” of Paulito FG; “Otra Visión,” of Orlando Valle (Maraca), among others. With ease, he shifts from timba to jazz, but confesses behind the scenes that he cannot quit composing symphonic music. Many of his pieces have been interpreted by Ruy López Nussa and “La Academia,” “Cuerdas Habana,” “Aires de Concierto,” and “Cuarteto Café,” as well as the National Symphony Orchestra, the “Lyceum Mozartiano de La Habana,” and “Cámara de La Habana.”