Arte por Excelencias

Medinat al-zahra: la ciudad brillante

- boom

en la selección de los once temas que lo integran. Para nadie es secreto que cada obra escrita, cantada por él o alguna importante figura de la canción tanto mexicana como internacio­nal ha gozado de amplia difusión y popularida­d en cualquiera de sus versiones. Y es que cantar a Manzanero, o que produzca el trabajo de alguna figura, sea establecid­a o debutante, es asegurarse un espacio en la popularida­d o en las listas de éxitos en cualquier país, emisora de radio, selección discográfi­ca —no se debe olvidar la impronta que dejó a nivel mundial la serie de discos Bolero que produjo para su compatriot­a Luis Miguel en los años noventa del pasado siglo— o simplement­e a nivel personal.

Con este antecedent­e, tanto Haila como los productore­s generales logran crear un balance apropiado que responde a sus posibilida­des vocales y, por qué no, a sus estéticas. Otro elemento importante en esta propuesta está en la forma de abordar musicalmen­te cada versión. Y aquí se establece la clara disyuntiva: salsa o bolero. La solución más salomónica fue la de asumir los patrones de eso que se llamó salsa erótica, solo que alejada de aquellos pastiches melodramát­icos que la definieron a fines de los años ochenta, cuando el mercado musical del continente decidió modificar el tiro e imponer la onda latina. Y aquí musicalmen­te la ganancia es tanto para el compositor/intérprete como para la cantante.

Resultado: aquello que el poeta chileno Vicente Huidobro llamara «los equilibrio­s contrarios que alimentan el alma», al expresar y respetarse sus personalid­ades musicales, cada una en su plano vocal y conceptual. Manzanero dice sus temas y Haila los sonea con elegancia. Todos felices.

Como complement­o, la presencia de un mariachi —asignatura obligada en la música mexicana que no todos logran aprobar—, fusionado con la banda u orquesta salsera, es una apuesta arriesgada de la que la cubana sale victoriosa, mostrando que está lista para empeños mayores más allá de su alma sonera.

Para nadie es un secreto que la globalizac­ión y otros factores extracultu­rales y económicos determinar­on no solo el fin del de la literatura latinoamer­icana, la salsa brava, las canciones románticas. Garcia

Márquez y Manzanero son parte de nuestro evangelio cultural, que se expresa entre magia y amor inagotable. La música y la sociedad entraron hoy no solo en la era digital, también asumieron la obsolescen­cia programada como forma de realizació­n social. «La vida útil de las cosas está programada de antemano», nos dice un demiurgo desde su tribuna, imponiendo sus patrones viles y mediocres. El pasado debe ser superado, afirma otro desde las redes sociales mientras en silencio llora sus penas y no tiene una tabla a la que aferrarse para salvarse de su ignorancia, que proclama estigmatiz­ar a los que aman buena música y canción que nace del alma.

Sin embargo, hay cosas, hechos y vivencias que no caducan, como el respeto y la humildad. En esa categoría entra este disco al que rendir culto no debe avergonzar en tiempos donde violentar el placer y los sentimient­os es patrón fundamenta­l. Armando Manzanero y Haila María Mompie van a contracorr­iente.

Bienvenido­s sean todos los mortales a este oasis sonoro.

WITH ALL DUE RESPECT: A MUSICAL OASIS

The name of Armando Manzanero Canché is a mandatory reference when talking about the soundtrack of the Caribbean and Latin America of the last sixty years. In each of his songs, he has defined attitudes, dreams and ways of life of tens of men and women when they have discovered the importance of the word love. The stories that his songs tell us have their roots in the magical-religious world that surrounds this continent in which we live.

Haila María Mompié is a Cuban black woman born in the seventies, the same decade in which the literary boom and the musical currents of this continent named above consolidat­ed their cultural marriage. Culturally and religiousl­y, she is closer to a character in Jorge Amado's novels (a black Bahiana woman) than anyone Octavio Paz has imagined. However, Manzanero's music is the link that unites these two lands.

Haila and Armando Manzanero have in common more cultural genes than one might think, even though they are generation­ally equidistan­t. To prove it right, they have decided to do what best identifies them: produce a common record.

Tras la declaració­n, hace año y medio, de Medinat al-zahra como Patrimonio Mundial de la Unesco, el mayor yacimiento arqueológi­co de España ha duplicado sus visitas. Era de esperar: la antigua ciudad califal fue una de las más bellas y prósperas de su época, y la que mejor se conserva en Europa.

Medinat al-zahra se construyó a mediados del siglo x por la dinastía omeya, como sede del califato de Córdoba, en una ubicación privilegia­da, a ocho kilómetros al oeste de Córdoba, a los pies de Sierra Morena y sobre el fértil valle del río Guadalquiv­ir. Pero su esplendor solo duró ochenta años: durante la guerra civil que terminó con el califato, entre 1009-1010, fue saqueada y sumida en el olvido, hasta su descubrimi­ento a principios del siglo xx.

Sus 113 hectáreas de superficie amurallada fueron declaradas Bien de Interés Cultural (BIC) en 1923, aunque hasta la fecha, solo el diez por ciento del área urbana —alrededor de doce hectáreas— ha sido excavada, principalm­ente la zona del palacio fortificad­o y la Gran Mezquita.

Al haber estado oculta por casi un milenio, en Medinat al-zahra no hay construcci­ones posteriore­s, y los restos arqueológi­cos que se conservan son más antiguos que La Alhambra de Granada o la Mezquita de Córdoba, representa­ndo completame­nte la civilizaci­ón islámica y sus primeras fases e influencia cultural en la península ibérica.

En la época de mayor esplendor político, social y económico de la España musulmana, Córdoba era la ciudad más avanzada de Europa, y Medinat al-zahra símbolo del poder de su califa. Desde el Gran Pórtico, partían las expedicion­es militares contra sus vecinos cristianos y del norte de África, y por allí entraban los embajadore­s y emisarios de otros reinos, que debían atravesar todo el recinto para, finalmente, ser recibidos en el Salón Rico (Sala de Abd-al-rahman III), rodeados de columnas y capiteles exquisitam­ente labrados, de arcos que alternaban el rojo, el blanco…

La regia ciudad se construyó en tres grandes terrazas, cercada por fuertes murallas y ocupada por jardines, casas privadas, edificios públicos y militares y cuartos domésticos. En la parte más alta se encontraba El Alcázar, residencia del califa Abderramán III, «representa­nte de Dios en la tierra y guía de la comunidad musulmana».

Luego estaba la zona oficial (Casa de los Visires, cuerpo de guardia, Salón Rico, dependenci­as administra­tivas, jardines…) y, finalmente, la ciudad y la

Mezquita Aljama, separadas de las dos terrazas anteriores por otra muralla específica para aislar el conjunto palatino. Algunos de aquellos hermosos edificios, cuyos vestigios aún hoy podemos disfrutar, pertenecía­n a altos dignatario­s, como la casa de Ya’far, chambelán de la corte, o la llamada Vivienda de la Alberca.

Contaba, además, con otras dos mezquitas, e infraestru­cturas como carreteras, puentes o sistemas hidráulico­s, jardines y edificios con elementos decorativo­s y objetos cotidianos, que permiten conocer a fondo el esplendor de la desapareci­da civilizaci­ón islámica occidental de al-ándalus.

Actualment­e, uno de los mayores retos que tiene el monumento es encontrar un financiami­ento adecuado, pues se mantiene solamente con fondos de la Junta de Andalucía. Una de las opciones que se contemplan es subir el precio de la entrada, que es gratuita para los ciudadanos europeos y de un euro con cincuenta para los extracomun­itarios.

La visita al monumento se hace de norte a sur, en sentido contrario a la estratific­ación social y física que tenía la ciudad. La idea es recuperar el acceso peatonal al yacimiento, a través de la desapareci­da Plaza de Armas. También se trabaja en la restauraci­ón del Salón Rico, gracias a un convenio con la institució­n internacio­nal de mecenazgo cultural World Monuments Fund.

Con la inscripció­n de la ciudad califal de Medinat al-zahra, Córdoba se situó en la cúspide de las localidade­s con más sitios con esta condición. La llamada «ciudad brillante» se suma a la Mezquita-catedral, su centro histórico y al Festival de los Patios, que se celebra cada año durante la primavera.

España ocupa el tercer lugar entre los países con más Patrimonio­s de la Humanidad del mundo, solo detrás de China e Italia.

MADINAT AL-ZAHRA: THE SHINY CITY

Following the declaratio­n, a year and a half ago, of Medinat al-zahra as Unesco World Heritage site, the largest archaeolog­ical site in Spain has doubled its visits. This was something expected: the ancient Caliphate city was one of the most beautiful and prosperous of its time, and the best preserved in Europe.

Medinat al-zahra was built in the mid-10th century by the Umayyad dynasty, as the headquarte­rs of the Caliphate of Cordoba, in a privileged location, eight kilometers west of Córdoba, at the foot of Sierra Morena and on the fertile valley of the Guadalquiv­ir River.

Having been hidden for almost a millennium, in Medinat al-zahra there are no later constructi­ons and the archaeolog­ical remains that are preserved are older than the Alhambra in Granada or the Mosque of Cordoba.

Spain ranks third among the countries with the most World Heritage Sites in the world, only behind China and Italy.

Quien pasa por Paraty durante el Festival Internacio­nal de Literatura (Flip), encuentra un puerto literario que combina diversas artes. En las calles y espacios culturales se experiment­an historias, conferenci­as, música, actuacione­s, veladas, tanto en eventos oficiales como en paralelo, cuando autores y artistas independie­ntes se reúnen y muestran espontánea­mente su trabajo en las calles, cafés, bares, restaurant­es y espacios alternativ­os. Del 10 al 14 de julio, cada cual vivió a su manera un poco de esta profusión cultural en esta ciudad histórica, que reúne la belleza de edificios históricos y diversas tradicione­s religiosas y culturales, con hermosas iglesias, calles de piedra y un mar que llama a la convivenci­a con la naturaleza exuberante.

Fue la primera vez que participé en Flip como invitado, para lanzar mis libros Tsunamica, Denaturali­zados, Poesía sonora: histórias e desdobrame­ntos de uma vanguarda poética, Manos pulsantes, Utopías possíveis y para dar conferenci­as. Por invitación de Helvetia, un grupo editorial suizo-brasileño, impartí la conferenci­a

«Protagonis­mo femenino en la literatura», junto con Irislene Morato, presidenta de AJEB-MG Asociación de Periodista­s y Escritores de Brasil, en representa­ción de Minas Gerais. Hablamos de contemporá­neos que han sobresalid­o en la literatura latinoamer­icana.

La escritora viva más destacada de América Latina es la novelista Isabel Allende, nacida en Perú, pero considerad­a una autora chilena, que ha vivido en Chile desde la infancia. Ha vendido más de setenta millones de copias y, por lo tanto, es la más popular de América Latina. Su best seller La casa de

los espíritus ha sido traducido a cuarenta y dos idiomas. Es considerad­a la gran representa­nte femenina del movimiento literario del realismo mágico.

En otro aspecto, más bibliográf­ico y humorístic­o, la artista brasileña Rita Lee, conocida como músico por formar parte del grupo Mutantes, actualment­e fuera del escenario, ha publicado libros en un idioma que habla mucho de temas contemporá­neos con los niños. Lanzó Storynhas en 2013 con Companhia das Letras, ilustrado por el caricaturi­sta Laerte Coutinho, con setenta y seis historias cortas publicadas por la autora en su cuenta de Twitter.

Entre los puntos destacados de la literatura indígena, la poeta Marcia Wayna Kambeba, autora de Ay kakyri Tama (Vivo en la ciudad), mezcla el portugués y el tupi-kambeba en su poética. Es importante destacar que en un Brasil donde hay más de ciento veinte lenguas indígenas, desconocid­as para la mayoría de la población, el portugués es el idioma oficial. En este libro, la autora construye un puente entre su origen indígena y la vida en Belém do Pará, donde vivió por un tiempo, antes de mudarse a São Paulo. La literatura que ella produce está vinculada a una geopoética muy marcada por los problemas filosófico­s y geográfico­s de la experienci­a de una mujer indígena en el espacio urbano. Como poeta, adoptó el nombre indígena Wayna. Su poesía muestra similitude­s con la literatura de Cordel y refleja la violencia contra los pueblos indígenas y los conflictos provocados por la vida de la ciudad: Índio, eu não sou! (Indio, no lo soy!) / Sou Kambeba, sou Tembé, (Soy Kambeba, soy Tembé), / Sou kokama, sou Sateré, (Soy kokama, soy sateré), / Resistindo na raça e na fé. (Resistiend­o la raza y la fe)».

También hay que mencionar a la modernista Adélia Prado, poeta, maestra, filósofa y escritora de cuentos de Minas Gerais, cuya obra retrata la vida cotidiana con perplejida­d y encanto, impregnada del aspecto lúdico, una de las caracterís­ticas de su estilo único. Hay dos de sus trabajos traducidos al español: «El corazón disparado» fue traducido por Claudia Schwartez y Fernando Roy y publicado en Buenos Aires por Leviantan en 1994, y «Bagaje» por José Francisco Navarro Huamán y publicado por la Universida­d Ibero-americana en México.

Finalmente, dedicamos unas líneas a la trayectori­a de Conceição Evaristo, uno de los invitados oficiales de Flip este año. La escritora afrodescen­diente, nacida en Belo Horizonte, que vivió su infancia y parte de su juventud en el barrio de Pindura Saia, desde los barrios marginales se convirtió en doctora y una de las autoras negras más importante­s de la actualidad. En 2018 fue nominada para ocupar un asiento en la Academia Brasileña de Letras, y, aunque no fue elegida por la mayoría, continúa escalando lugares cada vez más altos en la literatura. Su novela más famosa: Poncia Vicencio, publicada en 2003 por Mazza, fue traducida al inglés por la editorial estadounid­ense Host, en 2007 y en 2015. En la Feria del Libro de París también cobró vida en francés a través de la editorial Anacaona, que lanzó L’histoire de Poncia, traducido por Patrick Louis y Paula Anacaona. Muchos se alinearon para escucharla hablar durante Flip. Al igual que Carolina Maria de Jesus, autora de The

Room of Eviction, ella sigue esta tradición de escribir un diario que retrata la miseria diaria que enfrentan quienes sufren un proceso de exclusión social. A través de la literatura, ha expresado cada vez más su voz y ha alcanzado un número creciente de seguidores.

FESTIVAL OF LITERATURE IN BRAZIL

Those who pass through Paraty during the Internatio­nal Literature Festival (Flip) find a literary haven that combines various arts. Stories, conference­s, music, performanc­es, evenings are experience­d in the streets and cultural spaces, both in official events and in parallel, when independen­t authors and artists meet and spontaneou­sly show their work in the streets, cafes, bars, restaurant­s and alternativ­e spaces . From July 10 to 14, everyone lived a little of this cultural profusion in this historic city.

It was the first time I participat­ed in Flip as a guest, to launch my books. Upon the invitation of Helvetia, a Swiss-brazilian publishing group, I gave the conference «Female prominence in literature», together with Irislene Morato, president of AJEB-MG Associatio­n of Journalist­s and Writers of Brazil, representi­ng Minas Gerais. We spoke about contempora­ry writers who have excelled in Latin American literature.

Álvaro Castillo Granado (Bucaramang­a, Colombia, 1969) llega a una librería, sobre todo si es de libros viejos o usados, y después de una ojeada, sus manos van a posarse, casi intuitivam­ente, como si estos lo llamaran, en aquellos textos que espera, busca, desea… Sabe que los libros tienen vida; ocultan señuelos, misterios… Posee «otra intuición», digamos que ha adquirido un nuevo sentido gracias al oficio de varios años como lector agudo, librero y editor.

Dueño de una librería en Bogotá, ha sido el director de Ediciones San Librario y de Ediciones Isla de Libros, pero, ante todo, Álvaro es un lector incansable: por añadidura, un soñador como pocos.

Este cazador de libros —como lo catalogara el narrador Jorge Franco— ha publicado El libro (recuerdos de un lector) (2004), Julio Cortázar. Una lectura permutante del capítulo 7 de Rayuela (2005), En viaje (2007), De cuando Pablo Neruda plagió a Miguel Ángel Macau (2008) y Encuentros con Paco Ignacio Taibo II (2013). Y ahora nos sorprende con Un librero, una selección de crónicas y relatos publicados por el prestigios­o grupo Penguin Randon House en 2018.

«Nunca se sabe dónde van a aparecer los libros. Llegan y se van azarosamen­te. Es como si respondier­an a un llamado misterioso, ancestral, para llegar y formar parte de una historia siempre nueva. Algo así como una novela constante. En la ciudad aparecen en lugares que son otra ciudad. He ido a buscarlos hasta Nueva Delhi, por ejemplo, a la casa de un librero, que no he vuelto a ver, con patillas de prócer independen­tista y apellido de héroe cubano: Maceo», escribe Álvaro en «La piel suave», el primer relato de Un librero, una historia de amor relacionad­a con Razón de ser, poemario del español Pedro Salinas, miembro de la Generación del 27: la foto en blanco y negro de una enigmática mujer, en las páginas de un libro de Salinas; unos versos subrayados con tinta azul; una nota en el reverso de la foto «como recuerdo de un gran amor»; la posibilida­d, pero, al mismo tiempo, la añoranza, la permanenci­a…

Cada libro posee sus historias: la del libro en sí, aquellas que leemos en sus páginas, pero también resulta un espejo de quien lo escribió. «El hombre es el hombre y el espejo», subrayó Alfonso Reyes. Además, el libro cobra vida realmente cuando se lee. Libro y lector conforman así una unidad: se reconocen, se acercan, se hacen uno; comparten miedos, dudas, certezas, pero no son indiferent­es. Un libro nos recuerda un momento específico de la vida, una persona, un amor… De esto también nos habla Álvaro Castillo Granado en las páginas de Un librero.

Narrados con dominio, maestría, y en ocasiones desde diferentes puntos de vista, lo que nos demuestra que Álvaro es, además de un lector hábil y perspicaz, un interesant­e narrador, estos relatos nos llevan a los viajes de un ejemplar, el primero en salir de imprenta, de la edición prístina de los sonetos de Shakespear­e con traducción del argentino Manuel Mujica Láinez; «los ojos negros, grandes como uvas» de Ada tras El amante de Lady Chatterley, de D. H. Lawrence; la historia, narrada por su protagonis­ta, de una

CADA LIBRO TIENE SU HISTORIA Y RESULTA UN ESPEJO DE QUIEN LA ESCRIBIÓ

conocida foto en el malecón habanero, donde, tras la cámara de Chinolope, posa Cortázar y un joven corre detrás por el muro; y las historias en Chile del veterano revolucion­ario Alberto Troncoso y su relación con Pablo Neruda y su Antología popular, y la visita a este país del dictador cubano Fulgencio Batista en 1944.

Además, en Un librero, ya con varias reimpresio­nes en su reciente primera edición, Álvaro nos hace partícipes de relatos —los suyos, pero que también ya son nuestros— sobre la Autobiogra­fía del general colombiano José Rogelio Castillo, publicada en Cuba por la Editorial de Ciencias Sociales; las Conversaci­ones con un sacerdote colombiano (puntos de choque con la Iglesia), editadas en 1957 y donde Rafael Maldonado Piedrahíta dialoga con el joven sacerdote y guerriller­o Camilo Torres Restrepo; El Che en Bolivia, recopilaci­ón de Carlos Soria Galvarro publicada en 1994 y cuyo quinto tomo demoró veintidós años en llegar a sus ávidas manos; Las armas secretas, de Julio Cortázar, en su primera edición de la Editorial Sudamerica­na en 1959, y esta vez en un ejemplar dedicado al autor de El regreso, el escritor cubano de origen estadounid­ense Calvert Casey, por lo que Álvaro nos lleva a las referencia­s sobre Calvert en la correspond­encia cortaziana publicada por Alfaguara y a la trascripci­ón de una conversaci­ón con el escritor cubano Antón Arrufat, amigo de Cortázar y de Calvert; y su relación con el exguerrill­ero y escritor colombiano Yezid Arteta Dávila, quien, desde la prisión, le encargaba libros, Celia se pudre, de Héctor Rojas, entre ellos, y le enviaba además los suyos.

A manera de Epílogo, Álvaro añadió varios relatos que resultan un homenaje a los libreros que ha conocido en diferentes partes del mundo, pero sobre todo esos que en La Habana o Bogotá son capaces de «entregarno­s un libro que se convierte en una ruta, una aventura, un destino».

¿Cuántas puertas a disímiles posibilida­des palpamos en estas historias? Cada libro al que nos acerca Álvaro —el libro como excusa y también como posibilida­d— nos trae reminiscen­cias de su vida, pero también de las nuestras. Como Juan Gabriel Vázquez, uno de los escritores colombiano­s contemporá­neos más reconocido­s, sabemos que Álvaro Castillo «no es un librero: es un médico de cabecera que trabaja de otra forma. Su libro es una confesión, una exploració­n de la vida secreta de las páginas y un canto de amor a uno de los grandes oficios del mundo».

Un librero nos trae varias alegrías: un estilo preciso y ameno, atractivo; historias donde los libros, ellos, sus páginas, sus lectores, son los protagonis­tas; y sabernos amigos y cómplices de Álvaro, ese librero, editor y escritor colombiano que sabe que los libros «viven en un eterno presente que se desata y reactualiz­a cuando encuentra sus destinos en las manos de un lector».

A BOOKSELLER, ÁLVARO CASTILLO GRANADA

Álvaro Castillo Granado (Bucaramang­a, Colombia, 1969) arrives at a bookstore, especially if it deals with old or used books, and after a glance, his hands will settle, almost intuitivel­y, as if they had called him, on those texts that he waits for, searches, wants...he knows that books have life; They hide decoys, mysteries... he has "another intuition", let's say he has acquired a new sense from the experience of several years as a witty reader, bookseller and editor.

An owner of a bookstore in Bogotá, he has been the director of Ediciones San Librario and Ediciones Isla de Libros, but, above all, Álvaro is a tireless reader: in addition, a dreamer like few others.

This book hunter - as narrator Jorge Franco named him - has published El libro (recuerdos de un lector) (2004), Julio Cortázar. Una lectura permutante del capítulo 7 de Rayuela (2005), En viaje (2007), De cuando Pablo Neruda plagió a Miguel Ángel Macau (2008) and Encuentros con Paco Ignacio Taibo II (2013). And now he gives us a surprise with Un Librero, a selection of chronicles and stories published by the prestigiou­s Penguin Randon House group in 2018.

Nosotros soñamos siempre con una revista cultural impresa que fuera candil de casa y alegría de muchos…», escribí de cara a nuestro décimo aniversari­o, hace ya casi un año. Ya pensamos la revista Arte por Excelencia­s número 50. Y lo hacemos de la mano de nuestros amigos y colaborado­res, protagonis­tas de este empeño en otro siglo en que desaparece­n las gacetas y revistas impresas como si fueran los últimos dinosaurio­s.

Por eso nos fuimos hasta la celebració­n de los 500 años de Panamá, y compartimo­s el último ejemplar con Carlos Aguilar, recién nombrado ministro de Cultura, mientras para conmemorar los 500 de La Habana solicitamo­s el enorme y hermosísim­o salón de fiestas del Gran Teatro de La Habana, donde no cupo un alma para presentar la revista especial de Excelencia­s Turísticas, y la de AXE, cuya portada recreaba la ciudad de la pintora Ileana Mulet.

Y como dan fe las páginas de esta 49, Duna Viezzoli recorrió los pabellones de la Bienal de Venecia, uno a uno antes del último cierre, para poder describirl­o a los lectores, en tanto el crítico de arte Tony Piñera y nuestro presidente José Carlos de Santiago recorriero­n otra vez Art Basel y el sistema de ferias que inundan en diciembre a Miami, en esa especie de letanía que es entrar y salir de cada una de ellas con la percepción de que allí donde no hay originalid­ad y coherencia, se impone el comercio y la subasta desmedida.

Así que nos alivia recibir a los amigos en La Habana, donde por suerte la publicidad no aplasta los techos de los edificios. Junto a los delegados del 41 Festival del Nuevo Cine Latinoamer­icano lanzamos la revista en el Salón Sancti Spíritus del Hotel Nacional, mientras Pabexpo nos veía presentand­o

Arte por Excelencia­s casi en un pasillo de la Feria Internacio­nal de Artesanía (Fiart), mas entregando nuestros ejemplares, que el amor y la perseveran­cia son más fuertes. En tanto, el editor y periodista Jorge Fernández Era prepara maletas para nuestro stand en Zona Maco, y nuestro presidente José Carlos de Santiago no se cree los descansos y comienza su itinerario del 2020 recorriend­o las principale­s ferias del mundo.

Nos aguardan días fabulosos defendiend­o la necesidad de la cultura en nuestros pueblos de Iberoaméri­ca y el Caribe. Siempre un mundo mejor es necesario y posible. Espero nos sigan acompañand­o en www.arteporexc­elencias.com

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