Significación de la muerte de José Martí para la cultura cubana
La caída en combate de José Martí en Dos Ríos, territorio de Jiguaní, el 19 de mayo de 1895, fue una pérdida de grandes dimensiones para la patria cubana. Él había convocado y organizado lo que denominó Guerra Necesaria, para lograr la independencia de Cuba del colonialismo de España. Contaba al morir con 42 años. Su desaparición física fue un duro golpe en la continuación de la lucha por la independencia; además, segó la continuidad de su obra como pensador, artista y político de extraordinaria dimensión humana.
La continuación de la lucha careció a partir de ese momento de sus importantes juicios y valoraciones en la construcción de las bases de la futura República, aquella que él afirmara debía ser “con todos y para el bien de todos”.
La significativa creación literaria de Martí desde su periodismo fue logrando un alcance esclarecedor de profunda visión cultural, política y social enlazando la lucha en Cuba con sus raíces universales y en particular latinoamericanas.
En su poesía latió su corazón con una belleza cautivadora en las imágenes de los Versos Sencillos o la ternura de su amor filial en el Ismaelillo. Estimuló a los poetas cubanos con su crítica profunda donde destacaba aciertos y limitaciones. Podríamos referirnos a sus ensayos tan visionarios de los orígenes, retos y amenazas a la América española para lograr asegurar su identidad y soberanía.
La nación cubana que emergió en el siglo xx sentiría intensamente que no estuviera la inteligencia creadora y fundadora de José Martí. Nos faltó esa voluntad, ese espíritu enaltecedor de lo mejor del ser humano. Faltaron sus emociones, sus profundas verdades, sus juicios certeros sobre las raíces de los pueblos y la posibilidad de ser cultos y libres a partir de sus propios esfuerzos y sacrificios.
Los cubanos y cubanas durante el siglo xx y lo que transcurre del xxi, han ido penetrando incesantemente en el legado profundamente sagrado y enaltecedor de los valores por los cuales el luchó y entregó su preciosa vida; nuestro devenir como nación con su presencia habría alcanzado en menos tiempo altas cotas de educación, cultura y verdadera libertad, pero su vida, pensamiento y obra fue tan trascendente que ha servido de ejemplo y acicate a diversas generaciones, que hicieron suyas su anhelo de patria cuando afirmó: “… patria no es más que eso, …la pasión del decoro y ventura del hombre. República no es más que eso, el deseo ardiente… de ver al hombre dichoso y libre”.