Se cumple un año con Rubi, el técnico de las siete vidas
Rubi cumplió ayer un año en el Betis y lo hizo tras haberse acostumbrado a vivir al borde del precipicio. El Betis hizo oficial la llegada del técnico catalán el 6 de junio de 2019 y su reto era mayúsculo: relevar a Quique Setién y aceptar el desafío de colocar al conjunto verdiblanco en puestos europeos tras el fiasco del pasado curso. Ese objetivo pasó de obligado a casi utópico: su equipo se encuentra a nueve puntos de la séptima plaza y apenas se acercó a las posiciones de privilegio durante la presente campaña, con síntomas de debilidad reflejados en haber ganado sólo un partido fuera de casa en todo lo que va de LaLiga. Los altibajos del año de Rubi son claros y tienen su espejo en los constantes match balls que tuvo que salvar para mantenerse en el banquillo verdiblanco. Su puesto estaba prácticamente sentenciado a finales de octubre, antes de que Fekir marcara en el descuento ante el Celta y comenzara ahí a salvar papeletas de destitución. Su victoria ante el Real Madrid tras una casi infinita racha de duelos sin ganar en LaLiga invitó al optimismo justo antes de que la crisis sanitaria propiciara el parón. Tiene aún tiempo. Y el derbi puede ser su mejor aliciente de cara a pelear aún por Europa.