Lo que hicimos en las sombras
Seguir jugando. El primer error (no forzado) que cometí como padre fue dejarme ganar la primera vez. He aprovechado el confinamiento para volver a equivocarme y cogerle el gusto a ganarles...
…en cualquier parte. Se nos olvidó, pero los críos nos ayudaron a jugar al fútbol por doquier. De la bañera al recibidor. Con bolas de papel, clicks, Lego o haciendo caños a las sillas.
Sin solución de continuidad, hubo que poner orden en la colección de camisetas, recontar los cromos y ordenar los recortes de periódicos.
Valorar la última vez que fuimos al estadio o vimos juntos un partido. Y entender a quien recuerde lo que sintió con el regreso de la Liga 39/40 (con un 0-1 del Espanyol en Can Barça).
Recordar que, aun sin jugar, un club de fútbol también puede perder. Por pedir un ERTE, por no devolver dinero a sus socios, por hacer obras en el estadio. Invicto solo era aquel glorioso balón marrón de los sesenta. La pelota nunca pierde.
Leer el fútbol en libros (esos ‘Hooligans Ilustrados’), prensa, columnas, Twitter, con avidez, sabiendo que esto no ha sido el apagón que se llevó a los Beatles en ‘Yesterday’ (pero no pudo con Salah).
Descubrir que una cosa es fútbol y otra, capital. Que vuelve el capital, mientras la liga femenina, 2ªB, Tercera y Regional, las pachangas, los veteranos y el público esperan por el bien de todos.
Rescatar los ídolos y la nostalgia. Aduriz. Leverkusen. Maradona en España. Las Champions de mayo. Y Benito, Lorenzo Sanz, Peiró, Capón y compañía, D.E.P.
Valorar la última vez que fuimos al estadio y vimos juntos un partido
Ver películas en las noches sin niños, y series por encima de nuestras posibilidades. Incluso sobre fútbol, esa mezcla maldita.
Debatir sobre adulterar la competición, mientras siempre hubo presupuestos, ayudas públicas e impuestos diferentes, no hay calendario regular y se acepta jugar 27 jornadas con público y 11 a puerta cerrada.
Confirmar que revive el opio del pueblo. También en democracia. Gobierno y oposición, unidos: rojos, azules, naranjas, verdes, morados y multicolores no se han insultado por el balón. Bendito fútbol.