Laporte sin La Marsellesa
Esperan los cuartos en San Petersburgo, maravillosa ciudad de la que nos queda un infausto recuerdo por la eliminación prematura en el
Mundial de Rusia. Lo peor no fue perder, fue perder con Iniesta de suplente. Pero eso pasó. Lo que viene es Suiza, para alivio de
Laporte. El hispano-francés se veía, como todos, en el trance de tener que jugar contra su país, del que nunca renegó. Abjuró de Deschamps, pero no de
La Marsellesa. España va a necesitar en lo que queda de campeonato de una defensa sólida, infalible.
Salvo que seas Sergio Ramos, hay que desconfiar de los defensas goleadores. Un defensa que mete muchos goles es que deja que el rival meta los suyos. No es el caso de Azpilicueta. El de Copenhague fue el primer gol del navarro con la Selección, nueve años después de su debut. Pero eso no es lo que necesitamos de Azpi, aunque se lo agradecemos. Ahora le pedimos que sea el zaguero que se destapó en Osasuna, el líder que es en el Chelsea. Azpilicueta fue el jugador más importante en Dinamarca, en un partido de infarto. El fue quien tiró del equipo. Le pedimos que haga lo mismo en Rusia.
Minuto 92. En un ataque a la desesperada en el tiempo añadido, Orsic pone un gran centro desde la izquierda para que Pasalic, llegando desde atrás, sorprenda a la defensa española y logre el tanto que dio paso a la prórroga.