Pogacar está solo
Hay cierto consenso en el mundillo ciclista de que la temporada 2021 es una de las mejores de los últimos tiempos. En España no nos estamos enterando mucho, al menos no el público generalista, porque entre los actores del espectáculo no hay ningún ciclista del país, y porque el festival en sí no se estaba produciendo, hasta ahora, en carreras de seguimiento patrio. Aquí siempre hemos sido más vueltómanos, pero hay otros universos. Dos de los principales culpables de esta ebullición son Van der Poel y Van Aert, que llevan rivalizando entre sí desde que eran niños en todo tipo de escenarios. Lo hacen en el ciclocrós, en las clásicas… Y ahora han trasladado el duelo al Tour de Francia, el plató estelar.
El maillot amarillo, Van der Poel, y el aspirante, Van Aert, protagonizaron la escapada de la primera etapa de media montaña del Tour, un aperitivo de 249 kilómetros para afilar las piernas antes de la doble jornada de los Alpes. Un territorio propicio para fugas consentidas, pero también para emboscadas. Con estos dos fenómenos en liza, la opción más probable era la segunda. Y así ocurrió. Ambos entraron en un grupo de 29 ciclistas que puso contra las cuerdas a Tadej Pogacar, que aunque no viste la prestigiosa prenda, sí emerge en el pelotón como el gran patrón del Tour, como el líder virtual. El enemigo.
Sólo dos días después de que Pogacar diera un golpe en la contrarreloj, de que distanciara a más de un minuto a sus teóricos rivales, de que los analistas en pleno le colgaran la etiqueta de futuro campeón en París, sólo dos días después, Pogacar encajó una dura derrota en el Tour. Esto es ciclismo. La presencia de Van Aert en la fuga probaba la consistencia del equipo del esloveno, que como se esperaba hizo aguas en un terreno difícil de controlar. La escapada abrió hueco, sin que el UAE Team fuera capaz de neutralizarla.
El hachazo de Pogacar en la crono fue bueno para sus intereses individuales, pero ha tenido también consecuencias negativas, porque desde el último miércoles el Tour pasó de ‘todos contra todos’ a ‘todos contra Pogacar’. Y esa situación de carrera se notó durante la persecución, en la que el equipo de los Emiratos se vio sin aliados. Ni el Ineos, ni el Education First, ni el Movistar, tres escuadras con bazas para luchar la general, apoyaron al desolado UAE.
El grupo puntero llegó a superar los siete minutos, que en la meta se redujo a cinco con respecto al ganador, Matej Mohoric, otro esloveno, y casi cuatro con la pareja rebelde. Buen mordisco. La general sigue comandada por Van der Poel, con 30 segundos sobre su eterno rival, Van Aert. El dorsal uno divisa el amarillo a 3:43, lo que tampoco es una diferencia insalvable con toda la gran montaña y con una contrarreloj todavía por delante. Pogacar tiene experiencia en grandes vueltas y en remontadas. El holandés es novato en estas lides. Otra cosa es Van Aert, que ya demostró en 2020 que puede con el Tour en todos los terrenos. El belga tiene que asumir ahora el liderazgo de su equipo, porque el jefe inicial, Primoz Roglic, se descolgó en la parte decisiva, aún convaleciente de su tremenda caída. Hay sorpasso en el Jumbo.
Alpes. La dureza final hundió a Roglic y lanzó a Richard Carapaz, que con su acción adelantó la estrategia del Ineos, que ya no pasa por controlar y bloquear la carrera como antaño para un líder indiscutible, porque el gran líder viste otros colores. Carapaz fue engullido en la recta final, no pudo sacar ninguna renta, pero dejó un pliego de intenciones. Al Ineos le corresponde ahora atacar, percutir, romper la carrera, buscar la sorpresa... Igual que a los demás, incluido Pogacar. La operación remontada comienza este fin de semana en los Alpes. Nuevo Tour. Todos contra Pogacar y todos contra todos.
Van der Poel, que sigue de amarillo, y Van Aert, segundo a 30”, entraron en la fuga y destaparon la debilidad del UAE