AS (Andalucia)

Los primeros domésticos del acaudalado Pépin

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Alas 5:30 de la mañana del 8 de julio de 1907, todos los ciclistas menos tres salieron desde Porte Bineau, en París, para iniciar la quinta edición del Tour de Francia. Uno de ellos, Henri Pépin, se retrasó porque se quedó charlando tranquilam­ente con una dama, mientras lanzaba besos a otras y saludaba levantando el sombrero. Los otros dos, Jean Dargassies y Henri Gauban, se acercaron para avisarle de que la carrera ya estaba en marcha. A lo que Pépin respondió: “Caballeros, partamos. Pero recuerden, tenemos todo el tiempo del mundo”.

El acaudalado Pépin quería cubrir aquel Tour como un viaje de placer, pero tenía dos temores: las averías y los incidentes con el público. Así que contrató a otros dos expertos ciclistas para que le sirvieran de mecánicos y guardaespa­ldas. Dargassies había sido cuarto en 1904, mientras que Gauban no había faltado a la cita desde 1903. El trío rodaba sin prisas, paraba a comer en los mejores restaurant­es y dormía en buenos hoteles, aprovechan­do que aquel año no había límite de tiempo, porque la clasificac­ión se establecía por puntos.

El resto del pelotón comenzó a llamar ‘domestique­s’ a Dargassies y Gauban, que era como se denominaba a los criados que servían en las casas. Aquello dio origen a la palabra ‘domésticos’ como sinónimo de ‘gregarios’, que todavía se utiliza para el ciclismo.

Un día encontraro­n a otro corredor, Jean Marie Teychenne, tirado en una zanja, derrumbado por el hambre y la debilidad. “Venga con nosotros”, le dijo Pépin. “Somos tres, pero vivimos bien. Puede que no ganemos, pero veremos Francia”.

Sus dos asalariado­s le recogieron, le limpiaron el barro y le acompañaro­n hasta la siguiente posada.

En algún lugar de la quinta etapa, entre Lyon y Grenoble, Pépin se cansó, pagó lo acordado a sus dos domésticos como si hubieran llegado a París, se montó en un tren y regresó a casa. Dargassies se marchó con él, pero Gauban continuó compitiend­o hasta que se retiró a tres días del final, cuando iba 11º de la general.

Falso aristócrat­a. La leyenda popularizó que Pépin era un aristócrat­a. En unos sitios aparece como Barón de Gontaud y en otros como Conde, pero en verdad no tenía ningún título nobiliario. En su equipaje estaba etiquetado como Henri Pépin de Gontaud. Ese ‘de’ generó la confusión, cuando realmente se refería a su procedenci­a: Gontaud de Nogaret, cerca de Burdeos. También trascendió como alguien inexperto sobre la bicicleta, pero ya había corrido siete etapas del Tour en 1905. De igual forma, Pépin tomó la salida en 1914, el mismo año que falleció a causa del síndrome del atleta… un corazón demasiado grande.

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