AS (Andalucia)

El central acabará su nuevo contrato, como poco, con 37 años

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Veterano

Calor Varios aficionado­s le reciben en las oficinas del club

Regreso Tras resolver su futuro con el conjunto parisino, volvió a Madrid

utilizó el estadounid­ense Charles Lindberg para tomar tierra tras 33 horas y 32 minutos a bordo de El Espíritu de San Luis, el primer aeroplano que conectó sin escalas los continente­s americano y europeo. Hoy Le Bourget ha dejado atrás sus días de gloria como aeropuerto principal de París y recibe vuelos privados como el que trasladó ayer a Ramos desde Madrid hasta su nueva ciudad.

Su primera etapa en París fue el Hospital Americano de Neuilly-sur-Seine, a las afueras del centro de la ciudad, cerca del Bosque de Bolonia que acoge, año a año, Roland Garros. Allí superó el reconocimi­ento médico, que fue especialme­nte exhaustivo. Ramos llega al PSG con 35 años y tras encadenar varias lesiones desde enero, dolencias que le dejaron jugar menos de 400 minutos con el Madrid este año. Pese a que terminó la temporada 2020-21 tocado, lo que le dejó fuera de la lista definitiva de Luis Enrique para la Eurocopa, el examen médico no reveló problema alguno y dio la luz verde definitiva para que se pudiese oficializa­r el fichaje del de Camas.

Ramos y su familia (su hermano y agente, René; su mujer, Pilar Rubio; y sus cuatro hijos: Sergio, Marco, Alejandro y Máximo Adriano) pusieron dirección a las oficinas del PSG en La Factory, un espacio multiusos a dos kilómetros a pie del Parque de los Príncipes, su nuevo estadio. En el breve paso al aire libre que hay entre el parking y las oficinas, Ramos recibió el calor de su nueva afición.

En torno a un centenar de aficionado­s le jalearon desde la verja exterior. A su salida, Ramos se acercó a firmar autógrafos a sus nuevos fans y regresó a la capital española. Incluso, vio cómo el vehículo que les transporta­ba era perseguido a la carrera por algunos aficionado­s parisinos. El PSG no emitió ayer (al cierre de esta edición) el comunicado definitivo, pero su error en torno al dorsal oficializó de facto un secreto a voces.

Me dicen mis amigos: “Tomás, nadie está por encima del escudo”. Y yo les respondo: “¿Y quién habla en nombre del escudo?”. Ese es el problema. Del Madrid

triunfal que ganó cuatro Champions en cinco años se han ido yendo Cristiano, Di María, Casillas, Keylor, James, Kovacic, Pepe, Sergio Ramos y puede que ahora Varane. También se fueron canteranos con nivel, a cambio de hacer caja, como Morata, Achraf, Reguilón, Marcos Llorente...

El Madrid se ha vuelto un club vendedor y, a cambio, desde 2018 el único fichaje de relumbrón fue Hazard,

con un resultado desalentad­or. Y hemos gastado 60 millones en Jovic y... 30 en Reinier. El chaval ni siquiera juega en Dortmund,

donde repetirá cesión tras un año casi inédito. No podemos renovar al capitán de la Décima porque dos años de contrato hipotecaba­n las cuentas pero sí podemos gastar 30 kilos en un crío llegado de Brasil

que no vale, de momento, ni para suplente en el Signal Iduna Park. Ver a Ramos con la camiseta del PSG duele, me parte el alma. Ya sé que pudo firmar el año que le daban y ya está. Pero la realidad es la que es...

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