Konrad se hace grande
Uno, dos y tres. Estos son los números de Patrick Konrad, que ayer conquistó su primera victoria en una grande, que también es la primera en el calendario WorldTour; la segunda del Bora después de Nils Politt en Nîmes, ambas con su líder Peter Sagan ya retirado de la carrera; y a la par se convirtió en el tercer ciclista austriaco que gana etapas en la historia del Tour, después del pionero Max Bulla en 1931 y de Georg Totschnig en 2005. Konrad remató la fuga del día con un ataque lejano que le reportó el triunfo en la segunda de las cuatro jornadas de los Pirineos, a las puertas de las dos batallas decisivas de esta edición: Saint Lary Soulan y Luz Ardiden, hoy y mañana.
El Tour había retomado el camino a toda mecha. Con las piernas afiladas en el día de descanso y espoleadas por un arranque descendente. El pelotón había partido de Pas de la Casa, a 2.080 metros, la salida más alta en la historia de la carrera. Tierra de esquiadores. Todo hacia abajo. La primera hora se cubrió a 48,5 km/h. Mareante. En la segunda se acumulaba un promedio de 45,4 km/h. Sin tregua.
Por delante había un recorrido de montaña con un puerto de primera, dos de segunda y uno de cuarta, distribuidos en 169 kilómetros. El terreno era apto para una fuga numerosa, para los cazaetapas. Pero también presentaba posibilidades en la lucha por la general.
Los capos conocen bien el talón de Aquiles del líder, la diana donde pueden lanzar sus flechas: el equipo. Si los rivales eran capaces de desarmar al UAE Team, de aislar a Tadej Pogacar, había opciones de hacerle daño, de madurarle antes de las dos llegadas en alto que se avecinan estos días. El trazado de ayer era incluso más propicio que la gran montaña para buscar esa soledad del maillot amarillo, porque en los colosos ya ha demostrado que puede valerse sin compañía.
Sus oponentes buscaron esas flaquezas durante 80 primeros kilómetros frenéticos. Todos lanzaron soldados por delante que sirvieran para la batalla posterior. El Ineos propuso a Kwiatkowski, a Geoghegan Hart, a Thomas... El Jumbo, a Van Aert. El Movistar, a Superman López. El Astana, a Fraile. Hasta el propio Keldermann lo probó sin intermediarios. El UAE contuvo el bombardeo como buenamente pudo, hasta que comenzó a desarbolarse. Era un momento clave. Pogacar lo sabía y decidió actuar en primera persona, con respuestas directas a las arrancadas de López y de Van Aert. No quería alegrías que luego se pudieran convertir en lágrimas.
Con el incendio sofocado, los aventureros encontraron por fin el semáforo abierto para buscar su propia gloria. Y se formó la escapada del día. Alex Aranburu, recientemente proclamado líder de España para el Mundial, un hombre rápido en perfiles sinuosos, vio una buena oportunidad en un final que se adaptaba a sus características, aunque lo mismo pensaron Michael Matthews y Sonny Colbrelli, otros dos caballos similares. A los tres se les puso cara de favoritos, pero para rematar la faena tenían que domar el ímpetu de los escaladores. Patrick Konrad, un austriaco de 29 años poco acostumbrado a ganar, pero con buenos resultados en las grandes, con dos top-ten en el Giro, pensó exactamente lo mismo, pero a la inversa. Que sus opciones pasaban por atacar de lejos, por romper a sus compañeros de fuga en los puertos, por buscar la heroica en solitario... Y acertó. Aramburu llegó en el grupo perseguidor: sexto. Otro puesto para el ciclismo español, que siempre está ahí, pero de momento no remata.
Sin éxito Aranburu se metió en la fuga, pero no pudo rematar y acabó sexto
La traca. Con más de 14 minutos de retraso, poco se esperaba ya del pelotón, pero fue una opinión equivocada. El Cofidis decidió jugar con Simon Geschke y Guillaume Martin, que apretaron en la última tachuela de Aspret-Sarrat. A Van Aert le gustó la travesura y dio continuidad al ataque, a ver si cazaba a alguien despistado. El grupo se rompió, pero todos los gallos estaban atentos, todos entraron delante. Listos para las dos siguientes batallas. Hoy, Peyresourde, Val Louron y Portet. Mañana, Tourmalet y Luz Ardiden. La traca final.