Los Hispanos de Shibuya, ante Alemania
La Selección se estrena contra los de Gislason en el Yoyogi Stadium, un recinto con historia
En el distrito de Shibuya, universalmente conocido por su semáforo triangular, se construyó entre 1961 y 1964, antes de los primeros Juegos de Tokio, el Yoyogi Stadium. En este recinto cargado de historia, donde se celebraron las pruebas de natación en aquella cita olímpica, debutan hoy a las 16:15 (9:15 hora española), los Hispanos. Un inicio durísimo.
Medalla de bronce olímpica, Alemania, contra medalla de bronce mundial, España, en un grupo muy complicado que incluye también a Francia o Noruega, rivales poderosos. Sin respiro. España llega a los Juegos emocionada por el adiós de Raúl Entrerríos, pero triste por Joan Cañellas, a quien una rotura de 0,9 centímetros le dejó sin cita. “Otro seleccionador me hubiese llevado...”, se lamentó.
Pero a Cañellas, como al aficionado de a pie, le tocará apoyar desde la televisión a un grupo que llega con serias aspiraciones de medalla. Seguro de su potencial pese a bajas importantes como las Dani Dujshebaev y Aitor Ariño, además de la de Cañellas, pero con jugadores de jerarquía desde la portería, con Gonzalo Pérez de Vargas y Rodrigo Corrales, hasta el pivote, con el regreso de Julen Aginagalde; pasando por los Maqueda, Gurbindo, Aleix Gómez o Valero Rivera. Un equipo completo y determinado, que pasó en Sasebo, en la prefectura de Nagasaki, los últimos días antes de emprender el viaje a Tokio.
Alemania es un viejo gigante del balonmano dirigido por un maestro Alfred Gislason, muy conocido del aficionado añejo al balonmano español por sus años en el Bidasoa. Con una trayectoria dilatadísima en el país germano, donde triunfó tanto con el Gummersbach como con el Magdeburgo o el Kiel, Gislason se vio sorprendido el pasado marzo cuando recibió una carta xenófoba en la que se le insultaba por ser islandés y se le ‘instaba’ a marcharse de Alemania.
Gislason pensó en hacer caso, pero finalmente decidió quedarse y, además, sumó refuerzos. Jugadores como Steffen Weinhold o Hendrik Pekeler, que decidieron no participar a principios de año en el Mundial de Egipto por la pandemia, se han vuelto a unir a un grupo peligrosísimo, con mucha experiencia en la alta competición y acostumbrado a las exigencias de la competitiva Bundesliga.
Nada que impresione, por otra parte, a los Hispanos de Shibuya, que también lucen una hoja de servicios internacional considerable y quieren dejar su huella en el mítico Yoyogi Stadium.