Tricampeona
La abanderada Michelle Alonso, a quien daban de lado por su discapacidad, suma su tercer oro en 100 braza
No hay dos sin tres. La sirenita Michelle Alonso (Santa Cruz de Tenerife, 1994) conquistó la piscina y se hizo con el oro en los 100 metros braza en categoría de discapacidad intelectual (S14), registrando también un nuevo récord del mundo (1:12:02). Por algo esta es su prueba estrella. Ahí se hizo con la corona en Londres 2012, la revalidó en Río 2016 y ahora, en Tokio, ha demostrado que sigue siendo la reina indiscutible. Tres oros en tres Juegos. Incontestable.
“Voy a ser sincera, no me esperaba el oro sino la plata porque no sabía cómo estaban mis rivales. Siento que estoy soñando y que va a sonar el despertador en cualquier momento. Ya tengo tres medallas paralímpicas, aunque esta es muy especial por el significado de conseguirla en Tokio”, confesó.
Este oro no hace más que redondear unos Juegos en los que ha tenido un papel protagonista. La nadadora fue elegida, junto al ciclista y antes nadador Ricardo Ten, como la abanderada del equipo español en la ceremonia de inauguración y se la vio con mucho desparpajo en el Estadio Nacional. Tenía tablas. Y es que Michelle ya ejerció como abanderada en la clausura en Río 2016.
Unos problemas de espalda la lanzaron a la piscina con sólo siete años. Apuntaba maneras, aunque las maneras en que la recibieron no fueron las mejores y pensó en marcharse para no volver. Tenía problemas de comunicación, no encajaba con el resto de compañeras y las burlas tornaron la situación en algo insostenible. Hasta que entonces llegó el Ademi
Medalla
Un podio “especial” porque la canaria es fan del sushi, el anime y el manga
y José Luis Guadalupe. Alias Guada. Su mentor, entrenador y padre dentro de la natación.
Y aquella sirenita sin voz empezó a hablar alto y claro con cada brazada. Con cada metro recorrido ganaba confianza y dejaba atrás el rechazo sentido por aquellas compañeras que la daban de lado por su discapacidad intelectual. Hoy ella está en
Tokio, deslumbrando con una carrera cimentada en esfuerzo, que brilla a base de medallas. Sonríe y disfruta de uno de sus países favoritos, puesto que es una loca del sushi, del anime y el manga y de la cultura japonesa. Por eso estos Juegos son tan especiales para ella. No es la primera vez que pisa Tokio, ni será la última.